TOKYO GHOUL ZAKKI :RE, UN VIAJE DE RETROSPECTIVA ARTÍSTICA Y EMOCIONAL
Podrá gustar más o menos, pero no hay un ápice de duda acerca del impacto de Tokyo Ghoul como obra, y Sui Ishida como autor, dentro de la industria actual del manga. La llegada de la excesivamente cuestionable adaptación animada de la obra tuvo mucho que ver en ello, convirtiéndose en el clásico golpe de efecto necesario para empujar tanto a la pieza literaria como al autor al mainstream. Lo cierto es que Tokyo Ghoul, en superficie, podría parecer una obra muy distinta de lo que realmente es; la querencia de Ishida por el key visual, su manera de representar la violencia gráfica, su predisposición por las narrativas de corte trágico con presencia de personajes atormentados y la inclusión de elementos propios de las series de acción están ahí por su vistosidad y atractivo, pero no son más que el decoro de un excelente estudio psicológico de personajes, aprendizaje, convivencia y madurez. Y precisamente por eso, por tratarse de una obra con mucho que rascar si se mira en su interior, la publicación de productos como Tokyo Ghoul Zakki :re se postula casi como una necesidad para los más puristas, para los que quieran conocer más y mejor la mirada de un gran autor.
Del mismo modo que Tokyo Ghoul :re cerraba lo que comenzaba Tokyo Ghoul, este segundo artbook de la franquicia, Tokyo Ghoul Zakki :re, continúa en la línea de Tokyo Ghoul Zakki, publicado por Norma Editorial en 2016, fraguándose, también, como una especie de broche final a una trayectoria artística que comenzaría en 2012 en la revista Young Jump de Shûeisha. Como si se tratase del último legado del autor para con su primera obra de gran éxito, Ishida concibe este libro de ilustraciones como una extensión del primero, apuntando prioritariamente al contenido de Tokyo Ghoul :re y derivados: infinidad de merchandising, novelas, trabajos para las adaptaciones al audiovisual e incluso videojuegos.
La introducción, por supuesto, no podría ser otra cosa que el recorrido comercial de Tokyo Ghoul y sus hazañas. A través de una serie de infografías, se siguen milimétricamente los movimientos de la franquicia entre 2012 y 2019, hasta alcanzar los más de 44 millones de copias vendidas en el mundo en la actualidad y convirtiéndose en una obra con una gran presencia e impacto fuera de Japón —la obra de Ishida se ha traducido a 19 idiomas y está disponible en 52 países—. Gran parte del interior de Tokyo Ghoul Zakki :re está compuesto por ilustraciones a gran tamaño, muchas de ellas con los respectivos comentarios y puntualizaciones de Sui Ishida. Las portadas de los volúmenes recopilatorios pueden disfrutarse a doble página y con todo lujo de detalle. En ocasiones, Ishida hablará de su proceso de creación, de diferentes técnicas y composición de color o del porqué de la elección de un personaje u otro, pero en otras lo hará de sensaciones, de sentimientos e intimidades. Así es como conoceremos su creciente obsesión por la anatomía humana, la narrativa que esconden ciertos volúmenes, su estado anímico al llegar al decimotercer tomo o qué personaje le animó a sacar fuerzas de la nada y ampliar la historia un poco más en su recta final. También, la decisión de dibujar él solo, sin el trabajo de sus ayudantes, un capítulo tan especial como el 125 de Tokyo Ghoul :re.
Son estos apuntes los que enriquecen un material artístico que ya de por sí es exquisito. Las diferentes portadillas a color y portadas de la revista también son expuestas y sujetas a aclaración. A parte de las inquietudes técnicas artísticas, este material permite además hacerse una idea de la relación entre Sui Ishida y su editor, así como con la empresa de maquetación L.S.D. Por ejemplo, a lo largo de este libro de arte se muestran las diferentes versiones de algunas ilustraciones y sus anotaciones, una muestra del fruto de la retroalimentación surgida entre un mangaka y los distintos agentes que trabajan con él.
Como los más seguidores del trabajo de Ishida sabrán, su prolífica producción artística tiene mil y una ramificaciones. Tokyo Ghoul Zakki :re también dedica un más que merecido espacio a un extenso trabajo que abarca desde las ilustraciones que el autor hacía con motivo de los diferentes ending de la segunda temporada del anime Tokyo Ghoul, hasta un codiciado merchandising en forma de cartas de póker, chapas, calendarios o stickers para apps. Sin olvidar otros trabajos en paralelo a la publicación del manga, como aquellos que tienen que ver con videojuegos como Tokyo Ghoul: Jail o la serie de novelas ligeras escritas por Shin Towada. Se trata de un conjunto de piezas de corte más desconocido con las que es posible deleitarse con estilos y técnicas de muy diversa índole que, de otra forma, sería muy complicado hacerlo. Mención especial, además, al refinado gusto musical de Sui Ishida que se manifiesta a través de diversas colaboraciones con grupos de pop y rock japonés como Cö shu Nie, TK from Ling tosite sigure o Queen Bee, cuyas piezas musicales son, quizá, lo único rescatable de la traslación audiovisual de Tokyo Ghoul.
Este segundo y, aparentemente, último libro de arte de la popular franquicia nipona se alza como un preciado botín para los seguidores del trabajo de Ishida. Un baúl repleto de recuerdos, hechos y posibilidades; un mar de letras, a veces propensas a la bufonería y lo insustancial, y otras, en cambio, al intimismo y la faceta emocional de un creador inimitable, que acompasa un arte único. Toda esta miscelánea está perfecta y cuidadosamente recogida en un único volumen de gran tamaño (18,5 x 26 cm), a un precio de 29 €, con un desplegable en forma de calendario y 288 páginas de gran gramaje. Cubierta y contracubierta en cartoné con un diseño sobrio y elegante que, al unísono, conforman una preciosista ilustración doble a color marrón sepia. Sin embargo, la sobrecubierta que protege el libro de arte utiliza otra ilustración como portada, una que recuerda inevitablemente a la de Tokyo Ghoul Zakki. Kaneki y Touka repiten protagonismo en un ejercicio artístico que es un claro simbolismo a la obra, pero también extrapolable al autor. Un camino de búsqueda, aprendizaje y madurez artística. Únicamente hay que ver y comparar ambas portadas para percatarse de ello.
En la última página de Tokyo Ghoul Zakki :re Sui Ishida confiesa que el concepto detrás de Zakki :re era el de crear un álbum que le permitiera mirar atrás y pensar en lo que dibujaba en aquella época y en lo que le gustaba por aquel entonces. Como decía al principio, este libro de arte se siente como el cierre de algo que ha hecho historia, algo que ha resonado en miles y miles de personas alrededor del mundo. Del mismo modo que Ishida quería echar la vista atrás y rememorar todo lo relacionado a su antiguo yo, los lectores afrontan Zakki :re con un deseo moderadamente similar. Su lectura se convierte en un evocador ejercicio de retrospectiva que permite saborear la belleza que emana de su contenido y empatizar y comprender las tribulaciones, alegrías y reflexiones de un gran autor. La sonrisa de aquel que decía protagonizar una tragedia es el broche de oro a una etapa y a un producto que se antoja indispensable para los amantes de Tokyo Ghoul y de un autor cuyas últimas palabras, «Espero que volvamos a vernos pronto», difícilmente podrían generar una mayor sensación de expectación.
Edu Allepuz