BIBLIOTECA: THE PROMISED NEVERLAND #2
Ganarse el beneplácito del público nipón y mantener el éxito en el tiempo en una revista de la envergadura de la Weekly Shōnen Jump es, actualmente, una labor digna de admiración y elogio. Muchas son las obras que lo intentan y pocas las que lo consiguen. Para formar parte de este selecto grupo no basta sólo con gustar, es necesario seducir a un público de masas. Y, esto lleva consigo una dificultad mayúscula.
La obra que nos atañe comenzó su publicación en la mencionada revista en agosto de 2016. La conjunción del guion de Kaiu Shirai y el arte de Posuka Demizu tuvo un debut soñado gracias a un primer episodio que causó furor entre el público y que, a día de hoy, sus nueve volúmenes alcanzan los 5 millones de copias impresas. Nominada en varias ocasiones a los premios Manga Taishō y ganadora de la última edición de los Shogakukan Manga Award dentro de la categoría shōnen, Norma Editorial no ha dejado escapar la oportunidad de licenciar y publicar esta prometedora obra en territorio nacional. Una obra que, además, recientemente ha sido anunciada su adaptación animada. Una adaptación que posiblemente la lleve incluso a los primeros puestos actuales del mercado llegando a igualar al maestro Oda o Hajime Isayama.
¡No te pierdas nuestra reseña del primer tomo de The Promised Neverland!
Una vez superada esta toma de contacto, comenzamos la reseña de The Promised Neverland #2. Una reseña no exenta de algunos destripes argumentales o spoilers, ya que suponemos que quien proceda a realizar dicha lectura debe estar al corriente de lo acontecido en el desarrollo de la obra.
La confianza es algo que podríamos catalogar como «sustantivo placentero». Cuando eres joven, dicha cualidad se otorga de manera automática; e incluso ganarla o perderla parece estar a merced de la suerte. Pero cuando entregas tu confianza a una persona y hace con ella lo que quiere, incluso jugar con ella; recuperarla de nuevo es tarea complicada. Tanto que se podría necesitar infinitas palabras para hacerlo, pero en esta ocasión Kaiu Shirai sabe manejarla a su antojo y convertirla en una protagonista más del segundo volumen de The Promised Nerverland.
Cuando pierdes esa credulidad todo se convierte en preguntas. Absolutamente todo. ¿Y si eso también es mentira? ¿Qué pasa si aquellos a los que recurres simplemente te están utilizando no sólo para su propio beneficio, sino también para la supervivencia? ¿Qué pasa si están socavando sus metas, sus esperanzas y sus sueños, todo por el bien de la persona que rompió su confianza en primer lugar? ¿Qué pasaría si los que llamas «familia» no fueran más que eso? Estas, y mil cuestiones más, son las que se plantean a lo largo de este segundo tomo. Interpelaciones que surgen entre los personajes que dotarán a la obra de un nuevo toque de suspense, de tensión. Un toque que te hará desconfiar incluso de lo que lees y te hará repasar todos y cada uno de los detalles de las viñetas. En definitiva, un nuevo juego que nos anteponen a nosotros —meros lectores— para que nos convirtamos en uno más. E incluso dudemos de nosotros mismos y perdamos esa confianza de la que hablábamos antes.
Tras los eventos narrados en el primer volumen de The Promised Neverland, los huérfanos del orfanato Grace Field House están en un gran apuro. Uno que tiene como precio su propia vida y cuyas piezas en el tablero para jugar con ellos tienen nombre y apellidos: Izabella y Krone. Dos personajes ante los que tendrán que luchar de manera astuta y estratégica para vencer a su auténtico enemigo, los demonios que aguardan tras salir del orfanato. Unos seres que, tal y como se contaba en el primer volumen, se alimentan de los niños criados en esas granjas que muchos de ellos denominan «hogar». Emma, Norman y Ray emprenden un nuevo rumbo, tienen un nuevo objetivo. Pretenden salvar a todos sus hermanos, pero el escenario y el tiempo son dos factores que no juegan del todo a su favor. ¿Cuál será el siguiente paso?
El trío protagonista conoce la envergadura real de la situación, empiezan a percibir cómo actúan los «villanos» más cercanos y realmente saben qué tienen que hacer. Pero lidiar con todo ello dentro del Grace Field House es algo complicado. Cuentan con menos de 10 días para escapar de allí, para escapar de la siguiente recolecta. Para poder hacerlo tienen que conseguir que todos los huérfanos actúen al unísono, y sin saber realmente qué hacen, pues su amor a Madre podría acabar con el plan. Por ello, Emma, Norman y Ray piensan una estrategia realmente eficaz para entrenar a sus hermanos a salir de allí de manera astuta sin ser siquiera cuestionados. ¡Es hora de jugar al pilla-pilla! Un juego infantil, mundano y sin una apelación más allá que la de correr tras el enemigo se convierte en una de las piezas principales de la estrategia. Kaiu Shirai vuelve a sorprendernos con elementos simples que actúan como un arma de doble filo. Un filo que se convierte en la puerta a la libertad. Si los huérfanos consiguen que este inocente plan salga adelante, tan sólo les quedará un obstáculo más: los dispositivos de rastreo. Un elemento que ofrece a Madre su posición y por lo tanto no pueden acompañarles una vez se encuentren en el mundo exterior.
Parece que todo se tinta de color esmeralda en Grace Field House, pero ese mismo motivo es el que hace que su autor juegue con nosotros de nuevo y plantee un nuevo óbice en el camino. Hay un traidor en el orfanato. El elenco protagonista sigue entrenando a sus hermanos día a día para su huida, pero no sin dejar de observar todo lo que acontece mientras tanto. Y a través de su perspicacia y astucia descubren que entre todos ellos, entre los huérfanos, hay un traidor. Una persona que ejerce como vínculo entre ellos y sus enemigos más cercanos: Izabella y Krone. ¿Quién será la voz culpable?
Personalmente no me atrevo a desvelar este secreto tan bien guardado. Es merecedor de cada lector. Pero sí que puedo confirmar que los tres capítulos que desarrollan esta subtrama en la obra establecen un auténtico duelo dialéctico y ladino. Kaiu Shirai plantea un nuevo escenario, un nuevo problema que solventar. Entran en juego nuevos personajes como Don y Gilda, e incluso llegamos a conocer a más huérfanos que hasta el momento solo habíamos visto de pasada. El autor se atreve a lanzar una moneda al aire, una moneda con más de dos caras cuyo precio puede direccionar el camino a la libertad.
Poco a poco el tomo se va tintando de oscuro, siendo los problemas y la propia confianza los auténticos protagonistas. Emma, Norman y Ray juegan un papel crucial en el desarrollo de la obra, pero son los dos últimos quienes poseen el tono determinante. No solo se presenta un traidor sino que se descubren nuevas ubicaciones y secretos. Parece que el orfanato nace de nuevo para ofrecernos un nuevo escenario. Uno donde impera el misterio e incluso la curiosidad. Kaiu Shirai y Posuka Demizu se encargan de perfilar una nueva aura donde contar los nuevos compases de la obra. Unos compases que volverán a cogernos de la mano y no nos soltarán hasta el próximo volumen. William Minerva y una habitación secreta se encargarán de ser el hilo conductor y a su vez funcionan a modo de cliffhanger final. Un elemento que posiblemente se presentará ante cada nueva entrega y dotará de un carácter mucho más escalofriante a la obra. Hasta dentro de dos meses, Grace Field House.
A nivel artístico, The Promised Neverland #2, al igual que hacía en el primer tomo de la obra, ofrece un depurado estilo visual de enorme calidad. Posuka Demizu emplea un trazado fino y único para dar forma a todos los elementos de la obra, así como una clara definición en los contornos de sus personajes. Unos personajes que cuentan con un diseño tan característico como poco usual. Estos hacen acopio de unos rasgos muy singulares y un nivel de detallismo sorprendente, donde los registros expresivos —de gran importancia en este tipo de obras— son excelsos. La ilustradora logra una muy buena composición de páginas, y se encarga de poblar las viñetas con una gran variedad y cantidad de elementos que hacen de la lectura una labor más dinámica y vivaz.
La dualidad y los contrastes de los que hace gala The Promised Neverland se ven enormemente potenciados gracias a su arte. El claro predominio del blanco en los primeros compases de la obra transmite cierto aire de pureza e inocencia, un claro contraste respecto aquellas partes donde la tensión puede cortarse con el filo de un cuchillo o donde los antagonistas tienen presencia; aquí las tonalidades oscuras y los sombreados bañan las escenas con la esencia de lo lúgubre y lo tétrico. En definitiva, un estilo totalmente único que escapa de convencionalismos y que consigue radiar una atmósfera complemente distintiva que aúna aspectos tales como misterio e inocencia a partes iguales. Una dupla de cualidades que nos acompañará hasta el momento y que por ahora parece no querer soltarnos.
Hace unos meses Norma Editorial anunció la licencia durante el XXIII Salón del Manga de Barcelona. La llegada de una de las obras más prometedoras y con mejor crítica a día de hoy por fin se hacía realidad. The Promised Neverland #2 está compuesto por un total de 192 páginas, con ilustraciones en blanco y negro. Sigue el clásico formato tankoubon con una edición rústica con sobrecubierta y una dimensión de 11,5 x 17,5 cm. La calidad de los materiales que conforman este tomo es indiscutible, en la línea de este tipo de obras de la editorial. La portada logra un gran impacto visual tanto por su diseño como por su composición. El diseño de la cubierta respeta al máximo al original japonés, respetando la ubicación horizontal del título y optando por no traducirlo a nuestro idioma. En la misma podemos observar una paleta de colores cálidos y vivos que, junto a la presencia del elenco protagonista acompañado por otros huérfanos, logra transmitir esa sensación de pureza e inocencia que rezuma la obra en sus primeros compases. En la contraportada encontramos una ilustración con una fuerte carga de misterio y soledad, que ejerce de antítesis respecto a la portada y la primera impresión. Sin ánimo de desvelar más de lo necesario, aconsejamos quitar la sobrecubierta y observar con sumo cuidado la sorpresa que aguarda. Pequeños detalles que potencian —más si cabe— el misterio que aguarda las palabras de Kaiu Shirai y el arte de Posuka Demizu.
The Promised Neverland #2 salió a la venta el pasado 22 de junio de 2018 a un precio de 8,00 €. Un precio que establece de nuevo la normalidad frente a la promoción inicial de la obra, estrategia que la editorial también ha empleado en otras como Yona, princesa del amanecer y The Last Game, entre otras. Este segundo tomo cuenta con un total de nueve capítulos que narran la totalidad de los hechos acontecidos en este volumen. Y al igual que ocurría en el primero, volvemos a echar en falta alguna que otra página a color, páginas que en la obra original japonesa se encuentran coloreadas y que aportan un toque todavía más distintivo a la obra. Por último, tanto el entintado, como el sangrado y las viñetas gozan de una perfecta armonía en el tomo y además está perfectamente traducido a nuestro idioma, cortesía de Carlos Mingo e Irene Telleria.
Marisol Navarro