El Palomitrón

Tu espacio de cine y series españolas

Reseña de Snapdragon de Kat Leyh destacada - El Palomitrón
ANIME / MANGA REDACTORES RESEÑAS

SNAPDRAGON: ANIMALES, MAGIA Y UNA PIZCA DE AMOR

Actualmente siguen existiendo muchas ideas preestablecidas frente a muchos idealesPero hay una que llevo bastante tiempo dándole vueltas e intentando entender el comportamiento de la gente frente a este aspecto¿Y qué aspecto es ese, os preguntaréis? Sencillo: la forma de concebir el cómic. No he querido pecar de sabia y me he documentado al respecto, y sí, los primeros cómics datan incluso de etapas como la Edad Media. Cosa no muy complicada si nos ceñimos a su definición y ejecución: una sucesión de dibujos que constituye un relato, con o sin textoPor lo tanto, tomando esto como base y teniéndolo presente hasta nuestros días, todavía sigo sin entender muy bien porqué hay personas que “solo” leen cómic americano, otras cómic europeo y otras tantas cómic japonésParece que uno excluya al otro y viceversa, y para nada es así. Todo forma parte de un mismo concepto, de una misma idea. La única diferencia que hay entre todos ellos, además de su disposición, composición e incluso color, es su procedencia.

Entonces, ¿por qué no contemplar todo como un uno? 

Hay muchas personas que han conseguido dar ese salto, e incluso saben adaptarse a cualquier modalidad si es su historia o dibujo quienes les han llevado hasta ahí, pero hay otro público que parece que no quiere salir de su zona de confort. De sus grapas o sus tomos C6. Por ello, por este motivo que en lo personal no tiene argumento alguno, me gustaría alzar una bandera en pos de unificar culturas y países a favor del cómic; independientemente de su procedencia. Al final todos tienen la misma función y a pesar de que el cómic japonés haya adquirido con los años otro nombre incluso —lo mismo ocurre con el europeo, por ejemplo, y su nomenclatura BD (bande dessinée)— todos acaban siendo lo mismo: cómics, o historietas gráficas; como más os guste. Dicho esto, la bandera que alzo en esta ocasión une dos territorios totalmente opuestos pero que son capaces de unirse para crear arte: hablo de América y Japón.

Reseña de Snapdragon de Kat Leyh Snap Chapter 1 - El Palomitrón

Son muchos cómics los que llevo acumulando en mi biblioteca personal, pero recientemente he añadido uno nuevo que no he podido pasar por alto y considero que es un puente perfecto para ir de América hasta Japón, o viceversa. Una obra concebida en territorio estadounidense pero que, ya sea por su narrativa o por el arte que posee, puede encandilar a multitud de personas. Una obra capaz de cruzar fronteras y hacer que aquellos acérrimos al cómic nipón ofrezcan un espacio al americano, o al contrario. Hablo de Snapdragon, la obra escrita y dibujada por Kat Leyh cuyo nombre reconoceremos rápidamente si pensamos en títulos como Leñadoras o Supercakes, un webcómic queer que ha hecho de Leyh una de las autoras más relevantes de los últimos años. Una artista que ha logrado aunar magia y realismo en un cómic «juvenil» que no deja de cosechar éxitos y que, por ese motivo y muchos más, tenía muchas ganas de presentar.

Apariencias, identidades, realidades y ficciones

Snap cree que en la ciudad donde habita hay una bruja. O al menos eso es lo que dicen los rumores. Pero la realidad es que Jacks solo es una señora algo gruñona que lleva crocs y que se dedica a vender esqueletos de cuerpos animales en Internet tras realizarles un pequeño ritual para calmar sus espíritus. Es un poco raro, sí, pero Snap también piensa que mola mucho. Al poco tiempo de conocerse hacen un trato: Jacks enseñará a Snap cómo cuidar de las crías de zarigüeya que ha rescatado y Snap ayudará a Jacks en su trabajo. Pero a medida que Snap la conoce mejor, se da cuenta de que quizás Jacks sí tiene magia de verdad y un vínculo con el pasado de su familia. Una dupla prácticamente perfecta que protagonizará la obra pero que también dejará espacio a otros personajes.

A pesar de que su argumento parezca simple en apariencia o fácil en cuestiones de ejecución, será su desarrollo el que sorprenda con cada una de las páginas que componen Snapdragon. Pues aunque la obra se encuentre dentro del catálogo de Astronave, el sello de literatura y cómic infantil y juvenil de Norma editorial, puede encajar perfectamente con los gustos de su público objetivo pero también con el público más adulto e incluso con aquel más curtido en el sector. Snapdragon es un soplo de aire fresco en multitud de aspectos, pero también supone un grito de revolución en tantos otros. Pues a pesar de su «aparente sencillez», la obra de Leyh esconde muchas claves que representan nuestra sociedad a través de la identidad de, prácticamente, todos sus personajes. Cada uno tendrá un matiz diferente; pero todos, en conjunto, consiguen un efecto espejo muy difícil de conseguir con tanta naturalidad, campechanía y cohesión. Un sello que sin duda caracteriza a Leyh y que demuestra, una vez más, el tipo de autora ante la que estamos. Una artista capaz de embelesar con un cómic, en principio, juvenil, a niños, jóvenes y adultos.

Reseña de Snapdragon de Kat Leyh escenario - El Palomitrón

Tal y como decía, a lo largo de la obra conoceremos a diversos personajes, a pesar de que Snap y Jacks sean los ejes principales de la misma. Personajes que, junto a ellas dos, nos permitirán acercarnos a perfiles perdidos entre identidades, rostros desdibujados y caras todavía por definir. Aunque también encontraremos determinación, seguridad y autenticidad. Características que, como mencionaba anteriormente, podemos ver en nuestro día a día pero que en esta ocasión se aúnan todas bajo un mismo plano, bajo una misma perspectiva. Una visión de lo más acertada pues, es la unión de todos estos puntos, los que enriquecen a Snapdragon y lo convierten en un título realista a pesar de contar con una aura mágica de lo más encantadora. Una magia que, extrapolando su sentido narrativo y desarrollo a través de la propia Snap, se convierte en la fuerza motriz de nuestra protagonista y la representación gráfica de su crecimiento personal. Un acierto de lo más atractivo que quizá no permee tanto en los más pequeños pero sí en los más adultos. Pequeños matices que nos permitirán disfrutar la obra desde diferentes puntos y que será esto mismo lo que la convierte en un título transitable siendo sus relecturas con el paso del tiempo las que la conviertan en una obra digna de ser recordada —y muy, pero que muy, recomendada—.

Snapdragon se convierte así en un cómic que baila entre edades para llegar así a todas ellas. Un tebeo que nos invita a realizar un viaje sensorial; una travesía visualmente atractiva, sólida en cuestiones argumentales y de una aparente sencillez que, desde la cotidianidad y los aspectos más íntimos, apela al ámbito colectivo y universal transitando lugares como el valor de la amistad, la complejidad de las relaciones humanas, los rumores, los hilos inquebrantables que conectan personas, el camino para encontrar tu identidad, la singularidad de las emociones, los prejuicios de afirmaciones preconcebidas e incluso la aceptación personal. Un conjunto de «lugares» que, en consonancia a una trama ágil y fluida sellada por Kat Leyh, cohabitan continuamente con una aventura que nos susurra de una forma sencilla pero inteligente que, a nuestro alrededor, existen fuerzas más poderosas que la magia.

Reseña de Snapdragon de Kat Leyh Snap 1 - El Palomitrón

En definitiva, Snapdragon se desarrolla de tal forma que, además de atraparte con su inocente pero fascinante historia, hace que te abraces a todos y cada uno de sus personajes. Cada lector tendrá a su favorito, pero el descubrimiento que supone cada uno de ellos es realmente mágico y espontáneo. Un periplo de enriquecimiento personal que se efectúa entre los personajes de la obra pero también con los propios lectores. Quizá algunos ya tengan asumidos según qué roles o posturas y tan solo vean en Snapdragon un espejo de su realidad, pero para otros tal vez suponga una declaración de su propia existencia. Una que, tal y como pretende Leyh, debería estar totalmente normalizada y no tan estigmatizada. Y digo todo esto porque la autora convierte a su historia en el vehículo perfecto para representar aspectos tales como la homosexualidad, la búsqueda de identidades o la visibilidad trans —entre muchos otros—; temas que en muchas ocasiones parecen convertirse en los tapados de la función pero que aquí fluyen con total naturalidad y aceptación. Porque justamente esta palabra, aceptación, es la que representa casi a la perfección lo que representa Snapdragon. Aceptación personal, aceptación de los demás y aceptación de tu propio entorno.

El título de Kat Leyh posee multitud de virtudes, multitud de aspectos que lo hacen destacar. Pero además de contar con un maravilloso poso narrativo, también cuenta con un apartado gráfico sobresaliente. Un dibujo que, sumado a un color realmente atractivo y muy bien tratado, hacen que la historia de Snap todavía brille más. Una obra que permite acceder a ella a través de diversos caminos, y quizá sea esto, su propia accesibilidad, lo que me ha hecho estar ahora mismo escribiendo estas líneas para todos vosotros. Posiblemente muchos seáis asiduos al cómic en todas sus vertientes, es muy complicado picar de un lado y no de otro, pero si todavía queda alguien con dudas o sin saber muy bien por dónde acceder a un estilo diferente al habitual, Snapdragon es una solución que cumple con todo lo mencionado. Una aventura que te atrapa desde sus primeras páginas convirtiéndose en un slice of life con tintes de fantasía perfecto para todas las edades, disfrutable desde múltiples perspectivas y portando, además, un mensaje que trasciende entre generaciones, momentos e identidades.

«La magia es cuestión de voluntad. Ni palabras ni accesorios, solo te necesitas a ti misma.»

Marisol Navarro

Banner inferior Norma Editorial agosto 2021 - El Palomitrón

¡No olvides dejar aquí tu comentario!

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Publicista aficionada de las películas, las series y el cómic en general. No tengo un género preferido, pero todo lo gore me apasiona. Adoro viajar, y si algún día consigo ir a Japón, sin duda para el trayecto tendré preparada toda la obra de Sui Ishida.