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BIBLIOTECA: INDIOS, VAQUEROS Y PRINCESAS GALÁCTICAS

David Felipe Arranz publica esta colección de trabajos sobre cine, una serie de textos que han aparecido en distintos medios de comunicación y que han ido siendo recopilados a lo largo de diez años. En Indios, vaqueros y princesas galácticas, encontramos gran cantidad de títulos memorables (con breves comentarios), directores y personajes, algo que te obliga a estar constantemente añadiendo nuevas películas a tu lista de pendientes. Muchas de ellas, grandes obras maestras, y muchas otras, grandes películas menos aclamadas o algo peor recordadas.

Arranz no duda en empezar por el cine del Oeste, el llamado género norteamericano por excelencia. El western, más reconocible por su estética que por su temática en sí, también alberga una serie de paradigmas que hablan de la aventura, la conquista, el establecimiento de la civilización, la venganza o la redención. La mitología anglosajona en relación a la doctrina del destino manifiesto que les impulsaba a expandirse hacia el Oeste. El héroe solitario que impone la civilización y que, tras eso, desaparece para siempre rumbo al horizonte. El componente supremacista a la hora de valorar la anexión de territorios mexicanos a Estados Unidos. Héroes y antihéroes militares, bandidos. El trato racista del mexicano (sucio, bruto, de bigotes largos).

Hay mucho también de histórica bélica, y David Felipe Arranz (licenciado en Periodismo, Filología hispánica y Teoría de la literatura, además de profesor en la Universidad Carlos III) demuestra ser un gran conocedor y estudioso de la materia. Se habla de la guerra civil americana, de la guerra con México, y de cómo afectaron al cine estadounidense según iban sucediéndose las épocas.

Asimismo, también la filosofía está presente en el western: Platón, Nietzsche… El combate moral entre los que obran de forma correcta (casi siempre los más débiles) y quienes tratan de imponer su ley (más fuertes y mejor armados). La importancia de la figura del héroe, que busca restituir la justicia siguiendo sus principios, lo que en muchas ocasiones le genera más problemas.

Pero no todo en este libro gira en torno al Oeste. También tiene su espacio el cine del mundo rural o el cine bíblico entre otros. Termina por llegar el turno de Star Wars, y de ahí a la tercera parte del título: Leia. La única princesa que merecía la pena querer ser, como se leyó en alguna parte a la muerte de Carrie Fisher, desfilando esposada, pero con esa entereza ante las hileras de soldados de asalto. Luego: James Bond, o William Faulkner y Oscar Wilde en el cine entre otros muchos temas que el apasionado del cine encontrará interesantes John Huston, Clint Eastwood, una deconstrucción de Rambo

“Hay un cineasta […] en todos y cada uno de los que amamos el cine-comienza Arranz-. […] Y al salir, con el corazón enamorado, esperábamos que nos ocurriese algo maravilloso porque el clima era de cine y caminábamos hacia los grandes horizontes, hacia atardeceres más grandes, con la estampa desafiante de héroes y heroínas impresa en el alma».

Todavía no hemos encontrado una explicación más acertada de lo que sentimos de niños al salir del cine. Aún hoy quedan restos.

Pablo Núñez Noriega

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Walter Murch tiene la teoría de que la felicidad es dedicarse a lo que te gustaba con diez años, y yo tengo un problema porque en mi caso no recuerdo con exactitud de qué se trataba. Mientras tanto, hablo por la radio y escribo en sitios. No confirmo que fuera lo que me gustaba con diez años pero tampoco lo descarto.