El Palomitrón

Tu espacio de cine y series españolas

CINE ESPECIALES REDACTORES

REPOKER DE GRANDES JUGADAS EN EL CINE

POKER EN EL CINE

El cine siempre ha encontrado en los casinos un aliado perfecto para desarrollar sus historias y propiciar tensos encuentros en los que alrededor de una mesa de juego no pocas veces se ha jugado algo más que unas cuantas fichas.

La ruleta, los dados, el Black Jack… hay decenas de juegos practicados en la pantalla grande, pero de todos ellos quizá el Poker es el juego rey, el embajador absoluto en nuestra memoria de los momentos más destacados que nos ha brindado el cine. Ningún otro juego ha registrado planos tan profundos y sostenidos de los ojos de nuestros personajes favoritos, y ningún otro juego ha sido tan practicado por jugadores aficionados de todo el planeta.

Por eso vamos a recoger 5 grandes escenas que por unos u otros motivos permanecen grabadas a fuego en la memoria del espectador cinéfilo. 5 grandes momentos que no nos cansamos de recuperar. ¿Jugamos?

 

1. El golpe (George Roy hill, 1973)

Cuatro años después de Dos hombres y un destino, el director y productor George Roy Hill volvía a juntar a Paul Newman y Robert Redford en esta entretenidísima historia de pícaros que se llevó el Oscar a Mejor película, y de paso filmaba la mejor secuencia de juego a bordo de un tren de la historia del cine.

La escena es una gozada porque lo tiene todo: el talento de Paul Newman y Robert Shaw, ambos sensacionales en sus respectivos juegos de provocación/mosqueo («¡Me llamo Lonnegan, Doyle Lonnegan!»); el ambiente clandestino que se respira en el vagón; y el engaño que juegan ambas partes, y que despista por completo a un espectador que solo es consciente de las trampas de la víctima de un embuste que desde sus primeros compases busca en la provocación directa el ingrediente perfecto para un contundente golpe de humillación.

2. Maverick (Richard Donner, 1994)

Gracias a Bailando con lobos (Kevin Costner, 1990) y Sin perdón (Clint Eastwood, 1992) la década de los 90 sirvió para que Hollywood pusiese en marcha un buen puñado de títulos que devolvieron su mirada al lejano oeste. Maverick fue uno de ellos, y resultó uno de los mayores éxitos de taquilla de aquella corriente.

Y quizá una de las razones de su éxito fuese la importancia del Poker en su trama, que nos presenta el periplo de un jugador profesional para recaudar el dinero suficiente para participar en un partida cuyo premio son 500.000 dólares. Bret Maverick, nuestro pícaro jugador, se abre paso a lo largo de la cinta recurriendo a su inteligencia y cinismo, pero sobre todo gracias a un control total de la situación. Un dominio de la escena que le lleva a analizar cada momento con frialdad y evaluar la mejor baza a jugar dentro y fuera de la mesa. La «probabilidad cero» de esta escena le salva la vida en un lejano oeste donde el revólver mandaba, y en el que ganar a la persona equivocada podía suponer un fatal desenlace. O alomejor no…

3. Rounders (John Dahl, 1998)

Con su prestigio mucho más labrado y cuidado en el mudo de la televisión, John Dahl firmó un filme de Poker que fue duramente atacado por un amplio sector de la crítica, pero también muy aplaudido por los jugadores de Poker de medio planeta. Una partida de Poker tras otra, así que lo que no gustó a unos sí gusto (y mucho) a otros.

«No puedes perder lo que nos has puesto en la mesa. Pero así tampoco puedes ganar mucho». Con esta reflexión en voz en off Mike McDermott (Matt Damon) acepta el envite final de Teddy KGB (John Malkovich). Pasar, pasar, y volver a pasar. Una vez detectado el tic de tu oponente lo mejor es dejarle hacer hasta que llegue el momento de jugar las fichas. La cabeza, siempre mejor fría y calculadora, que la socarronería (y posterior bochorno) ya corre a cargo de tu contrincante.

 

 

4. Casino Royale (Martin Campbell, 2006)

La tradicional escena de créditos de apertura ya avisaba: en Casino Royale el mundo de los casinos y las cartas iba a ser determinante en la trama. Y para alegría de todos los fans de la saga, así fue. Martin Campbell (que volvía a la saga tras Goldeneye) se apoyó en un sólido guion en el que participó Paul Haggis para ubicar buena parte del tramo central de la cinta en torno a una mesa de juego.

Daniel Graig, el mayor acierto de la saga desde hace muchas décadas, se las ve con Mads Mikkelsen en un duelo que culmina con una mano no esperada por el villano Le Chiffre (sensacional el apunte «esa última mano casi me mata»), en la que Bond fulmina con una escalera de color un full mayor al as. 115 millones en mesa (no vais a ver un bote mayor en el cine) y una mirada de Le Chiffre que promete un epílogo para una secuencia que rubrica todo un tramo de cinta que orbita en torno al juego, recuperando y homenajeando una de las esencias inciáticas de la saga Bond.

5. In time (Andrew Niccol, 2011)

Cerramos la lista con un distopía en la que el tiempo de vida se ha convertido en una moneda de cambio. Andrew Niccol, versado en el cine de ciencia ficción, juntó a Justin timberlake y Amanda Seyfried en una cinta que recuperaba el eterno conflicto de lucha de clases y proponía una lectura futurista del reato clásico de Robin Hood con un toque a lo Bonnie and Clyde.

Relojes, coches, mansiones… en las mesas de Poker cinematográficas hemos visto a jugadores apostarse todo tipo de posesiones materiales. Pero el tiempo… lo del tiempo es un concepto nuevo. Ni más ni menos que más de 10 siglos en juego en esta breve escena de In Time, que bien merece su inclusión en el ranking, porque nunca el tiempo fue tan valorado en una mesa de juego.

 

Con todo, es posible que la mejor opción sea no poner tu vida en peligro o hacer enfadar a personas de escasos valores morales, así que si quieres emular a las grandes estrellas de Hollywood lo mejor será que juegues cómodamente en algún portal especializado, y que poco a poco vayas cultivando tus habilidades sobre la mesa de juego.

 

Alfonso Caro

¡No olvides dejar aquí tu comentario!

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Alfonso Caro Sánchez (Mánager) Enamorado del cine y de la comunicación. Devorador de cine y firme defensor de este como vehículo de transmisión cultural, paraíso para la introspección e instrumento inmejorable para evadirse de la realidad. Poniendo un poco de orden en este tinglado.