To Aru Majutsu no Index III se ha convertido en una de las obras más esperadas por parte de los lanzamientos previstos por Crunchyroll. No es una sorpresa, ya que es la tercera entrega principal del trabajo de Kazuma Kamachi y Kiyotaka Haimura y las secuelas tienen un poder especial para producir expectación.

Con todo, hay un problema. To Aru Majutsu no Index II se emitió en 2011. Vale. sí, tras ella hemos tenido dos entregas de To Aru Kagaku no Railgun EX y el film bautizado como Gekijōban To Aru Majutsu no Index -Endymion no Kiseki-. Pero lejos de este batiburrillo de «To Aru y algo más», insisto, hay un problema. Porque han pasado siete años y aunque su primer capítulo dedique minuto y medio a resumir los anteriores cincuenta episodios no es suficiente.

Supongo que las palabras de Touma en dicho resumen son la clave para entender el argumento.

«El mundo es un follón. No me estoy enterando de nada.»

Regreso a Ciudad Academia 

Dejando de lado los «follones» que se mencionan en dicho recopilatorio, las cosas con como son. Incluso habiendo pasado un enorme margen de casi ocho años, J.C Staff vuelve con una de sus obras (casi) más características (Orphen y Shakugan no Shana están por encima, lo siento) para compensarnos por esta larga espera.

Por ese mismo motivo la introducción de esta nueva temporada se lleva con tempos lentos, pausas y pequeños momentos que nos devuelven a la calma inicial de la obra. Como si quisiesen dar la impresión de que nada ha cambiado. Touma sigue siendo un gafe total, Index sigue pasando hambre y Misaka es tan irascible como siempre.

Una aparente y fina tela que se teje sobre los verdaderos problemas que azotan al mundo que representa la obra. Porque lejos de querer moverse entre compases pausados, su guión prepara un arco con potencial único y que, al menos sobre el papel, parece prometer convertirse en todo un hito para su franquicia.

Crítica religiosa en estado puro

No es que To Aru Majutsu no Index se hubiese acobardado nunca ante la ideología religiosa, pero en esta nueva entrega parece querer hacerla su objetivo principal, remarcando esa constante que se produce entre las diferentes ramas del cristianismo en las que se enfoca y el poder de la ciencia. Formando un triangulo mortal que, de nuevo, ya existía con anterioridad pero que ahora parece tomar mucha más importancia.

Disturbios y manifestaciones han empezado a sacudir a Ciudad Academia y los causantes no podrían ser otros que la propia iglesia. Un ansía de poder que ostentan de forma implacable y de la que aprovechan su influencia, tradición e historia para dictaminar sobre el resto del mundo sin miedo a las consecuencias.

Algo de lo que parece, especialmente, querer hablar esta nueva temporada de Index. Una que, al menos por el momento, pone antes el foco frente a los actos de la religión y sus seguidores que no en un plano general. Motivo por el cual Touma deberá viajar a Avignon —obligado por el bueno de Tsuchimikado—, donde se aliará junto a Itsuwa, una de las integrantes de Iglesia Católica Amakusa y partícipe del harem que traza el fanservice alrededor de su protagonista.

Salvación y pecado

Un viaje que se debe a la existencia de un objeto mágico conocido como Documento C y que los magos pertenecientes al Vaticano estarían utilizando para controlar a los fervientes seguidores del dogma para volverlos contra Ciudad Academia.

De nuevo, un trato crítico a la religión que no duda en batirse contra el fanatismo y la idea del control a través de las creencias. Algo que, por supuesto, no parece ir dirigido al colectivo, sino a quienes abusan de su poder y de la influencia que poseen.

Porque To Aru Majutsu no Index III no teme en poner al propio Papa como uno de los potenciales personajes ocultos tras las sombras. Tampoco en mostrar a Terra, el primer enemigo que aparece para representar a Asiento Derecho de Dios, como un asesino cruel y sin escrúpulos que no duda en matar a todo el que él considere «un pagano» bajo el falso ideal de estar sirviendo a Dios con la mano de la verdad.

No quiero entrar en detalles para no caer en spoilers. Pero todo apunta a que este nuevo arco tendrá un potencial efecto crítico, uno que se inspira en la parte más oscura de la religión y no duda en usar términos que hacen referencia a la Santa Inquisición o las carnicerías que se realizaron en nombre de los cruzados.

Más fuerte que nunca 

De nuevo, deberemos esperar a ver como se desarrolla la obra para poder emitir un juicio justo, pero el transcurso lento y portentoso del que está haciendo uso le sienta como anillo al dedo. Algo de lo que se nutre aprovechando las transiciones entre la historia de Touma y el trabajo de Magnus en su investigación sobre los planes de Asiento Derecho de Dios — que para sorpresa de nadie pretenden convertirse en una suerte de entes divinos.

El hecho de que Hiroshi Nishikiori regrese como director y la inclusión de Hiroyuki Yoshino, quien ha pasado por Railgun y su película, parecen ser todo un sello de calidad. Un punto que la obra no ha tenido excesivo tiempo para demostrar pero sobre lo que ha hecho algunos apuntes con una elaborada kinestesia en la primera batalla contra Terra y los efectos del Imagine Breaker de Touma, sin olvidar los movimientos de Itsuwa.

El problema, de nuevo, es que To Aru Majutsu es una recopilación enorme basada en numerosas novelas visuales. Pero por encima por de ello, la obra cuenta con una exagerada cantidad de lore, terminología y un sinfín de organizaciones que se enfrentan entre sí. Algo que hace muy difícil seguir el ritmo de esta nueva entrega siete años después de su último lanzamiento. Sin embargo, es innegable que el tiempo de espera ha valido la pena.

Óscar Martínez

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