PLATA O PLOMO: NUEVA OPORTUNIDAD PARA ELEGIR EN NARCOS
Netflix estrenó el día 2 de septiembre la segunda temporada de Narcos. Ese día estaba marcado a fuego para los seguidores de la serie y también para Netflix: la campaña de marketing iniciada desde ese mismo viernes ha sido de acoso y derribo. Pero no nos vamos a engañar, nos encanta.
Las ganas de ver esta segunda temporada de Narcos eran equiparables a los nervios que sentíamos por si resultaba ser un despropósito. La primera temporada había contado el endiosamiento, a nivel social, de uno de los capos del narcotráfico más buscados del planeta. Y ahora, la segunda se centra en narrar los diecisiete meses en los que Pablo Escobar se convirtió en un prófugo.
Trama más centralizada y detallista
Uno de los grandes aspectos positivos de esta temporada es la especificidad en la trama. Los anteriores diez capítulos no solo nos hablaban de la creación de la figura y mito de Pablo Escobar, sino de sus aliados, sus contrincantes, el gobierno de Colombia, es decir, el ascenso del patrón y el inicio de su fin. Nos presentaron a muchos personajes que pertenecían a dos bandos muy definidos: los narcos son los malos, la DEA y el Estado son los buenos. Y aunque algún personaje ya se salía de ese perfil, fueron finas pinceladas perceptibles, pero sin demasiada importancia.
Estos diez nuevos episodios se centran en la lucha que Escobar mantiene con todo aquel que le impida el paso. Esto provoca también la aparición de nuevos personajes como Los Pepes (Mauricio Mejía y Gustavo Angarita Jr.), brutales carniceros que forman parte del Cartel de Cali. Además, la temporada cuenta con alguna reincorporación que ansía truncar las intenciones de Escobar.
Profundidad en los personajes
Esta segunda temporada ahonda mucho más en la personalidad, los principios y las decisiones de los personajes principales. Así, presenciamos la lucha interna en la que se encuentran tanto Javier Peña como Steve Murphy cuando sus principios se derrumban bajo el pretexto de «el fin justifica los medios».
Las interpretaciones de Pedro Pascal (Oberyn Martell en Juego de tronos) y Boyd Holbrook (Una noche para sobrevivir), Peña y Murphy respectivamente, se reducen a gestos cargados de matices. Por otro lado está Escobar, o lo que es lo mismo, Wagner Moura (Tropa de élite), que nos presenta a un Escobar frustrado por estar perdiendo la batalla, aunque algunas victorias caigan de su lado.
Las mujeres en Narcos
En un ambiente como el narcotráfico, si pensamos en los papeles que pueden desempeñar las mujeres se suelen reducir a dos estereotipos: «mujeres de» y prostitutas. Pero Narcos va más allá del cliché y desarrolla en profundidad tres personajes femeninos.
Por un lado, tenemos a las mujeres de los narcos, Paulina Gaitán y Cristina Umaña, Tata Escobar y Judy Moncada; la Tata será el pilar al que se aferre Pablo para no hundirse en su huida, mientras que Judy es la principal traba en el camino de Escobar. Por otro lado, el papel de Maritza, interpretado por Martina García (La cara oculta), será una piedra más en el camino en la huida de Pablo, provocando otro motivo de lucha entre los Escuadrones de la Muerte y Escobar.
Ya en la primera temporada nos encontrábamos con personajes femeninos que iban más allá de la mujer florero. Personajes como la periodista Valeria Vélez, a la que da vida Stephanie Sigman (Spectre), o Elisa Álvaro, una de las principales activistas del M-19 a la que interpretó Ana de la Reguera (Jane the Virgin).
Acción a ritmo de tango y bolero
No nos mintáis, porque todos los que vemos Narcos deseamos escuchar ese Tuyo de Rodrigo Amarante. Todos y cada uno de nosotros tararemos eso de «soy el fuego que arde tu piel…», así que ahora ya no podemos escondernos. Pero Narcos se ha vuelto a superar. Mientras en su primera temporada hacían hincapié en la canción de cabecera (el propio Escobar la canta en el 1×01), en esta segunda los temas elegidos siempre tienen un mensaje que darnos (por ejemplo, el tango interpretado por Rubén Juárez, Cambalache, en el episodio 2×02, que Pablo canta mientras está en la ducha y también lo baila con su mujer al final del capítulo).
En esta última escena, la felicidad de Pablo con su esposa se intercala con escenas de violencia, mientras la canción dice «Es lo mismo el que labura noche y día como un buey, que el que vive de los otros, que el que mata, que el que cura o está fuera de la ley…». Aunque también nos decantamos por el tema Noche de ronda cantado por Los Panchos, que enmarca el final del triste capítulo 2×06, donde la desesperación encuentra a Escobar desprevenido.
Todo lo que Narcos nos puede ofrecer
La música, los actores, el guion, las tramas y la historia real se hacen uno, convirtiendo a Narcos en una serie adictiva. Veinte capítulos a disposición del espectador, mientras la voz en off del agente Murphy nos cuenta qué sucedió con Pablo Escobar, dónde y cuándo. Pero esto no acaba aquí (ni mucho menos), pues Netflix ha renovado la serie por dos temporadas más y la cara de Escobar es sustituida por la de Gilberto Orejuela (Damián Alcázar), uno de los hermanos que manejan el Cartel de Cali. Es todo lo que se sabe, aunque no haya noticias sobre el reparto de las temporadas. ¿Echaremos de menos a Pablo? Eso, seguro, nadie dice hijueputa como él. Mientras, os dejamos con el tráiler de la segunda temporada.
Lorena Rodríguez