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MANUAL DEL BUEN FIGURANTE: EXPERIENCIA COMO EXTRA EN “INTIMIDAD”

Intimidad, nuevo proyecto de Netflix, comenzó su rodaje a principios del mes de Junio en Bilbao. Con un elenco sobrado de experiencia y talento, formado por Itziar Ituño (La casa de papel), Patricia López Arnaiz (Feria), Emma Suárez (Criminal, Julieta), Verónica Echegui (Días de Navidad), Ana Wagener (El inocente) y Yuna Nogueiras (Akelarre), las expectativas alrededor de esta serie son muy altas. 

En ella, la filtración de un vídeo sexual a la prensa de una política con un futuro prometedor es el centro de esta historia que narra la vida de cuatro mujeres que se ven obligadas a pisar la fina línea entre la vida pública y la vida privada.

El pasado martes, el rodaje se trasladó a la Universidad de Deusto, donde tuvimos la oportunidad de formar parte de la figuración de la serie. Sí, de la figuración de Intimidad. La jornada comenzó a las 11 de la mañana con la realización de un test de antígenos, a lo que siguió una firma para comprobar que había llegado a la hora. 

Tras conocer a los demás figurantes (jóvenes interesados en el mundo de la interpretación y algunos con experiencia en series españolas), comenzó lo más arduo de la jornada. O quizás lo segundo más arduo: el vestuario. Tras comprobar que era el único que iba vestido como ordenaron el día anterior mediante un mensaje, pensé que algo había hecho mal. Y así era.

  • ¿Qué ropa has traído en la mochila?- el encargado de vestuario me miraba fijamente. 

Se sorprendió cuando le dije que no había traído nada más. Al parecer, la figuración debe llevar más de un look para poder cambiar de ropa para algunas escenas, o aunque sea para poder evaluar cual de los dos looks sienta mejor. Lástima. El encargado fue al camión donde guardan la ropa y volvió con unos bonitos pantalones color beige. “Pruébatelos”

Pensé que aquello sería el final de mi aventura en el vestuario, pero media hora después descubrí que aquello tan solo se trataba del final del principio. Así que decidí tomármelo con calma. Tras cuatro o cinco cambios de pantalón y otros tantos de camisa y sudadera, me dijeron que ya parecía un perfecto alumno de universidad. De la Universidad de Deusto. Tras despedirme del encargado de vestuario, un hombre amable y que se desvivía por hacer bien su trabajo, llegó la hora de rodar. O eso creía yo.

Me senté junto a algunos compañeros en el patio donde debíamos esperar a que fuéramos a rodar. Alguno preguntó si mientras no tuviéramos nada que hacer, se podía ver el rodaje. La respuesta fue negativa, así que permanecimos allí sentados. El ánimo no decayó, porque la gente se encargaba de hablar de todo tipo de temas y de recordar que, mientras estábamos allí sentados, percibiamos dinero sin casi darnos cuenta. “Este es un buen negocio”, comentó uno.

Tras casi seis horas allí sentados (tiempo más que de sobra para conocer a todos los compañeros), prácticamente se nos había olvidado que estábamos en un rodaje, y que íbamos a salir en escena. Lo cierto es que todavía no habíamos visto ninguna cámara por allí. Los nervios comenzaron a aflorar cuando llegó un ayudante de dirección para comentarnos qué debíamos hacer en escena y qué escenas se iban a grabar. Con el objetivo de no hacer spoilers, diré que en una escena debíamos pasear junto a unos bancos, en otra girarnos para observar y decirle algo (no diré qué exactamente) a Itziar Ituño (Malen Zubiri en la serie), y, por último, salir por la puerta principal de la universidad mientras Itziar entra en ella.

Lo cierto es que tuve mucha suerte en la grabación. Supongo que la clave está en esperar tu momento, llevar un vestuario adecuado y mirar con calma y decisión al ayudante de dirección que te sitúa en escena. Y, sobre todo, tener suerte. En la escena en la que Itziar entra en la universidad, tuve verdadera suerte. Conseguí un breve primer plano, como si de un actor de la serie me tratase, y tuve la oportunidad de hablar con Itziar Ituño y con el director, Jorge Torregrossa (Élite), antes de comenzar a grabar la escena, ya que debía bajar las escaleras en una dirección y pasar junto a Itziar (Malen en la serie). Antes de decir acción, miré a todo el equipo (técnicos cámaras, etc) y a Itziar Ituño, que me observaba, y me di cuenta de que parecía un verdadero actor por un día. Para los enamorados del cine, eso no se paga con dinero.

Tras terminar de grabar esas tres escenas y de hablar con algunos compañeros, volví a ponerme la ropa con la que había ido allí y me despedí del encargado, al que tanto trabajo le di aquel día y el cual me agradeció mi paciencia. Para terminar un largo y duro día como extra con una sonrisa y con gran satisfacción, qué mejor que un breve manual del figurante, en el que se desgrane lo necesario para disfrutar de un día como extra sin fracasar en el intento. 

Manual del buen figurante:

  • Acostúmbrate a que en el vestuario te cambien de ropa las veces que haga falta.
  • Lleva más de una ropa en tu mochila. Dos, tres, cuatro, pero no te quedes sin llevar más de una.
  • Prepárate para esperar. Mucho. Lleva cartas, charla con tus compañeros, pero no te quedes sin hacer nada. El día es largo, y un buen figurante lo aprovecha.
  • No te desesperes por nada. Ni cuando tienes que esperar, ni cuando ves que en una escena te han puesto tan lejos de la cámara que nadie te verá. Habrá más escenas, habrá más oportunidades, y solo podrás aprovecharlas si estás tranquilo y decidido.
  • Pregunta. Si hay algo que no sepas, es importante que no te quedes sin saberlo.
  • Disfruta. No todos los días se puede formar parte de una gran producción, por lo que debes valorar todo lo que ves y haces durante tu día de rodaje. ¡Las oportunidades son únicas!

Jorge Gutiérrez Leguina

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