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LOS RAZZIE O CÓMO SABER APROVECHAR EL FRACASO

RAZZ

 

El próximo 27 de febrero se darán a conocer los ganadores de los Razzie, los populares anti-Oscar norteamericanos. Este año, las cintas con más candidaturas son la polémica (y mojigata) 50 SOMBRAS DE GREY y el nuevo fracaso de los hermanos WACHOWSKI, EL DESTINO DE JÚPITER. Pocas sorpresas. La tónica general de estos premios es seleccionar algunos de los grandes éxitos del año (con nefastas críticas, eso sí) y los fiascos más sonoros (CUATRO FANTÁSTICOS, PIXELS) para así asegurarse una buena publicidad. Al igual que todos los años, se entregarán la noche previa a los Oscar, en un estratégico intento de aprovecharse de los titulares de prensa mundiales. Este año, tres de los nominados al Razzie (ROONEY MARA, EDDIE REDMAYNE y SYLVESTER STALLONE) optan también a la estatuilla más codiciada de Hollywood.

 

¿Cómo surgen?

Los Golden Raspberry, más conocidos como Razzie, surgieron en 1980, cuando a John Wilson, un crítico de cine (quién si no) se le ocurrió la idea de crear unos premios antónimos de los Oscar, que, en vez de reconocer lo mejor del año, premiasen lo peor. El objetivo, según decía, no era ridiculizar a nadie en particular del gremio, sino tomarse con humor los grandes fracasos artísticos que, de otro modo, nunca serían reconocidos.

El premio en sí mismo es una frambuesa del tamaño de una pelota de golf rociada con pintura en aerosol dorada y de un valor monetario ínfimo. Vamos, que ni ganando le podrías sacar demasiado valor vendiéndolo en Wallapop, y es demasiado cutre como para colocarla en tu estantería de trofeos sin que diese el cante.

 

¿Quién decide los nominados?

Las nominaciones en todas las categorías de los Razzie son determinadas por los miembros de la Fundación Golden Raspberry. Para formar parte, la única acreditación que uno necesita es el pago de unos 40 dólares anuales (o 500 dólares para ser miembro de por vida). Vivas donde vivas, y si estás dispuesto a gastar el dinero necesario, puedes afiliarte y formar parte del jurado anónimo que vota lo peor del año.

Es aquí donde empiezan las críticas del resto de medios cinematográficos del mundo. Cualquiera puede formar parte del comité de los Razzie. No se necesita ningún tipo de formación, ni tan siquiera es preciso ver las películas para votar (aquí no se entrega a los “académicos” un screener de cada cinta de la carrera). Lo único que hay que hacer es pagar la cuota.

 

Las categorías

Uno no puede tomarse más que a broma estos premios al ver que a las categorías fijas (película, director, actores, guion…) se le van sumando otras algo más idiotas como pudieron ser Película peor escrita que haya sobrepasado los 100 millones en taquilla, para TWISTER, Peor imprudencia contra la vida humana y la propiedad pública, para CON AIR, o Peor uso del 3D para THE LAST AIRBENDER. Cada año aparecen y desaparecen categorías sin que entendamos muy bien por qué.

Además, a la hora de premiar cintas tampoco hay un criterio riguroso que permita una única ganadora. En 1998, de las cinco nominadas a Peor remake o secuela, ¡tres! de ellas resultaron vencedoras (GODZILLA, PSICOSIS y LOS VENGADORES). Y lo mismo en el apartado actoral; así, un ganador del Razzie no tiene por qué ganar solo por una película, como le pasó a JESSICA ALBA en 2011 cuando se alzó con el galardón a Peor actriz secundaria por hasta cuatro filmes (AHORA LOS PADRES SON ELLOS, EL DEMONIO BAJO LA PIEL, MACHETE e HISTORIAS DE SAN VALENTÍN). LINDSAY LOHAN, por su parte, ganó en 2009 dos premios a Peor actriz: uno por su papel de Aubrey Fleming en SÉ QUIEN ME MATÓ y otro por interpretar a Dakota Moss ¡en la misma película! ADAM SANDLER marcó un hito en 2011 al ser premiado como Peor actor y Peor actriz (interpretaba a dos hermanos gemelos) en JACK & JILL.

 

¿Ganar el Razzie hace que te replantees (y hasta puedas salvar) tu carrera?

Decía John Wilson en una interesante entrevista en The Guardian “me gusta pensar que, gracias a nosotros, hay intérpretes que han ganado el Razzie y no han vuelto a actuar en pantalla grande. Sofia Coppola recibió el mayor número de votos de nuestra historia por El Padrino III y nunca volvió a aparecer en otro filme, así que comenzó a escribir y dirigir y ganó un Oscar por Lost in translation. También hemos salvado la carrera de Michael Caine: fue nominado por Tiburón 4 y nunca volvió a hacer algo verdaderamente malo después”.

Con toda seguridad, el creador de estos anti-Oscar exageraba al hacer semejantes declaraciones, pero sí es interesante desde una perspectiva social saber cómo pueden afectar estos premios a la carrera (o al ego) de determinados actores. Sabemos que a gente como JENNIFER LOPEZ, JESSICA ALBA, ADAM SANDLER o ASHTON KUTCHER (presentes en casi todas las ediciones de los últimos años) no les quita el sueño, pero ¿qué habrá pensado el mismísimo MARLON BRANDO cuando recibió su nominación por LA ISLA DEL DR. MOUREAU? Probablemente era ya demasiado viejo y le daba todo demasiado igual pero ¿y una jovencísima y primeriza KRISTIN SCOTT THOMAS cuando en 1987 fue nominada a Peor nueva estrella?

 

Si ganas un premio, ten la decencia de ir a recogerlo

Probablemente, la mayoría de actores/directores que han ganado estos premios piensan “si no lo recojo, no existe», aunque otros no querrán participar en la promoción de unos galardones que suenan a burla. Pero por fortuna (y para nuestro deleite), unos pocos (poquísimos, de hecho) sí han acudido a recoger su estatuilla y han sabido reírse de sí mismos. De entre los ganadores que se tomaron su premio con humor y acudieron a la propia ceremonia a recogerlo, hemos seleccionado a los tres más representativos:

HALLE BERRY ganaba el premio a la Peor actriz en 2004 y se convertía en la primera mujer en recogerlo personalmente. Consciente del carácter circense y festivo de los premios, la actriz actuó en consecuencia y se mostró emocionadísima (parodiándose a sí misma por sus ya icónicas lágrimas al recoger el Oscar un par de años antes) y, desde una óptica humorística, no dejó títere con cabeza en su discurso: “Gracias Warner Bros por incluirme en esta pedazo de mierda de película: era lo que mi carrera necesita” o “Quiero agradecérselo también al casting. Para hacer una actuación horrible necesitas rodearte de actores terribles, así que quiero agradecérselo a todos ellos” para acabar con un “Acepto las críticas, me lo tomo como una lección de aprendizaje y espero no volver a veros nunca más”.

 

 

SANDRA BULLOCK, por su parte, hizo historia al convertirse en la primera actriz en ganar el Oscar y el Razzie el mismo año. La intérprete de LOCA OBSESIÓN hizo gala de su sentido del humor: “Dicen que nadie ha visto la película, pero aquí sois 700 miembros y, si yo he ganado, significa que vosotros sí la habéis visto”. Después repartió DVD de la cinta a todos los asistentes y les hizo prometer que la verían de nuevo y juzgarían si de verdad había sido la peor interpretación del año, y que cuando se diesen cuenta de que no, ella estaría dispuesta a volver el año siguiente a devolverles el premio. Vamos, que solo le faltó un «El maldito premio tenía grabado el nombre de BEYONCÉ (nominada por OBSESIONADA) y me lo habéis dado a mí por ser blanca«. La noche siguiente daba su discurso en el Kodak Theater con su Oscar a Mejor actriz por THE BLIND SIDE en la mano.

 

 

PAUL VERHOEVEN daba la cara tras el chaparrón de críticas envenenadas hacia su SHOWGIRLS y en 1996 recogía su premio a Peor director con un breve y desenfadado discurso: “Cuando hacía cine en Holanda, mis películas eran tachadas por la crítica como decadentes y de mal gusto, así que me mudé a Estados Unidos (…) Ahora mis películas son criticadas por ser pervertidas y decadentes en este país”.

 

https://www.youtube.com/watch?v=fO7_6lAtoo8

 

Estos son tres ejemplos perfectos de cómo no dejar que la industria te ridiculice. Saber aceptar las derrotas con deportividad (sean justas o injustas) te puede ayudar a no repetir los errores del pasado, pero además te proporcionan una publicidad impagable ante los medios y redes sociales. ¿Imagináis a JENNIFER LAWRENCE recogiendo un Razzie? Probablemente explotaría internet.

 

El efecto positivo de ganar un Razzie

Stuart Kemp, del Hollywood Reporter británico, asegura que ganar un Razzie incrementa los alquileres y ventas online por el factor curiosidad: “La gente quiere de verdad ver cómo de mala es para merecer un Razzie”. Por su parte, la editora de LOVEFiLM, un servicio de suscripción de alquiler de DVD, comentaba también que los Razzie consiguen que parte de la población sea consciente de la existencia películas que nunca habrían visto en cine. “Una relación peligrosa (9 nominaciones, 6 premios) fue un absoluto triunfo en nuestro mercado doméstico. Los Razzie consiguen que la gente hable de las películas. Uno de los 27 guionistas de Catwoman, que recibió 4 premios, asistió a los Razzie y nos agradeció el incremento de ventas del DVD desde que recibió los premios” llegó a comentar también el creador de los populares galardones.

Es evidente que durante los 80, 90 y la primera parte del nuevo siglo, las películas premiadas sí tenían posibilidad de lograr recaudaciones millonarias a través del mercado doméstico; no obstante, ante el enorme crecimiento de la piratería, cuesta creer que en la actualidad arrasar en los Razzie ayude a mejorar las recaudaciones de estas cintas porque, seamos sinceros: hoy en día tenemos servicios de VOD suficientes y con un amplio catálogo de cine, pero ¿a quién le interesa pagar por una película defenestrada por la crítica cuando puede verla gratis?

 

Cuando el Razzie contribuye a crear cine de culto

Al margen de enormes triunfos en estos dudosos premios como el de SÉ QUIEN ME MATÓ, ganadora de 8 Razzie (pero que hoy nadie recuerda), otras que también arrasaron se han ganado un estatus de culto y una legión de seguidores. En particular dos:

 

QUERIDÍSIMA MAMÁ

 

Mommie-Dearest-Film

 

En 1982 se alzaba con los siguientes premios:

  • Peor película
  • Peor director
  • Peor actriz
  • Peor actor secundario
  • Peor actriz secundaria
  • Peor guion

En 1990 se llevaba el galardón de Peor película de la década y en 2005 era nominada a Peor drama de los últimos 25 años. El biopic de la legendaria JOAN CRAWFORD, basado en las memorias de su propia hija y protagonizado por la oscarizada FAYE DUNAWAY, fue masacrado por la crítica, y supuso una estocada mortal en la carrera de la actriz de NETWORK.

Es un rumor muy extendido en Hollywood que la protagonista FAYE DUNAWAY realmente creía que sería candidata al Oscar por su actuación. Tras las pobres críticas recibidas en su estreno, Paramount decidió venderla como una película «camp», y pasó de ser promocionada como un drama a serlo como comedia, por lo que la actriz se enfureció. Tanto le duró el cabreo que sigue sin hablar de la cinta, y es un tema vetado en sus entrevistas desde entonces. Y no fue la única. El productor FRANK YABLANS se mostró indignado con la publicidad del filme (donde hacían especial hincapié en el ya icónico momento de las perchas), que consideraba obscena, vulgar, ofensiva y de mal gusto. Christina Crawford, autora del libro, comentaba en una entrevista: “Mi madre no mereció eso. La interpretación de MISS DUNAWAY fue ridícula. FAYE dice que está siendo perseguida por el fantasma de mi madre. Después de ver su actuación, entiendo por qué”.

Hoy en día, QUERIDÍSIMA MAMÁ está considerada como un clásico de culto. Más que un biopic (JOAN CRAWFORD debió revolverse en su tumba) se trata de un drama sobre la relación entre una madre psicópata y una hija beata. Una FAYE DUNAWAY pasadísima de rosca (su primera escena fregando la casa en tacones es oro), unas perchas de alambre y otros dos mil momentos chanantes hacen de ella una película irrepetible.

Aquí os dejamos el clip con el momento más icónico de una cinta eterna:

 

 

SHOWGIRLS

 

SHOWGIRLS

 

En 1996 se alzaba con los siguientes premios:

  • Peor película
  • Peor director
  • Peor actriz y Peor nueva estrella (ambos para ELIZABETH BERKLEY)
  • Peor pareja en pantalla (“por cualquier combinación de dos personas (¡o de dos partes del cuerpo!”)
  • Peor guion
  • Peor banda sonora

En 2000 se llevaba el galardón de Peor película de la década y en 2005 era nominada a Peor drama de los últimos 25 años. Tras los éxitos consecutivos de ROBOCOP, DESAFÍO TOTAL e INSTINTO BÁSICO, PAUL VERHOEVEN parecía un nuevo valor seguro en Hollywood. Los estudios se peleaban por él, y solo aceptó dirigir SHOWGIRLS teniendo absoluto control creativo y la clasificación de NC-17 (que prohibía la entrada a menores de 18 años). Ni ANGELINA JOLIE ni CHARLIZE THERON consiguieron el codiciado papel de Nomi Malone, que acabó recayendo en ELIZABETH BERKLEY.

Cuando la película llegó a los cines (el mismo fin de semana que SEVEN, por cierto), la crítica la masacró y no consiguió ser el éxito esperado (aunque, a día de hoy, sigue siendo la película clasificada NC-17 más taquillera de la historia). SHOWGIRLS triunfó en un único festival: los Razzie. Ante semejante panorama, MGM decidió cambiar radicalmente la publicidad de la cinta, incluyendo en los carteles promocionales sus 7 victorias en los Razzie e intentando convertirla en el guilty pleasure definitivo. Esta rompedora estrategia promocional debió dar sus frutos: SHOWGIRLS recaudó más de cien millones de dólares en el mercado doméstico.

La propia ELIZABETH BERKLEY, en su discurso tras el 20 aniversario de la película en 2015, comentaba lo dolorosas que habían sido para ella las feroces críticas recibidas en una época en la que las películas arriesgadas no gustaban y eran motivo de mofa, a la vez que agradecía que el tiempo (y sobre todo los fans) hayan puesto SHOWGIRLS en el lugar que merece. Tambien GINA GERSHON hizo mención a la cinta en 2011 cuando, en una rueda de prensa promocional por otra película, un periodista le pregunto qué le parecían las feroces críticas que había cosechado en 1995, a lo que ella respondió: «Sí, tuvo críticas horribles pero 20 años después seguís preguntándome por ella«.

Actualmente, SHOWGIRLS es una de las cintas más kitsch que recordamos, un híbrido de EVA AL DESNUDO con alma de exploitation movie setentera que hoy jamás vería la luz en los cines, porque nuestro presente es 50 SOMBRAS DE GREY, el ¿erotismo? mojigato donde, después del sexo, todos corren a taparse con sábanas. SHOWGIRLS es un espectáculo loquísimo donde los bailes epilépticos de ELIZABETH BERKLEY se funden con el zorrerío definitivo de GINA GERSHON y se mezclan con las escenas eróticas más salvajes y hasta paródicas que hemos visto en pantalla.

Aquí os dejamos una de las secuencias más míticas de la cinta:

 

https://www.youtube.com/watch?v=l_6tZVZRL08

 

No hay que tomarse en serio los Razzie. Todos sabemos que, de vez en cuando (siempre, de hecho), son oportunistas y se ensañan con las cintas más populares (y no necesariamente las peores) para lograr mayor publicidad. ¿Sería noticia si en 2016 la máxima nominada fuese una cinta de STEVEN SEAGAL? Evidentemente, no. Podemos llegar a perdonar (que no olvidar) aquella salvaje nominación al mismísimo STANLEY KUBRICK como Peor director por la célebre EL RESPLANDOR porque también fue una estrategia promocional que les llevó a conseguir titulares en diferentes medios y, por tanto, darse a conocer más. Ganar un Razzie tampoco supone el fin de la carrera de nadie: SANDRA BULLOCK vivió su mejor etapa profesional a partir de ese premio, y la carrera de HALLE BERRY siguió siendo tan errática como ya lo era antes de recibirlo. CAMERON DÍAZ es nominada todos los años y sigue encabezando títulos de cintas taquilleras. Es por ello que no debemos rasgarnos las vestiduras cuando nominan a tal o cual fulanito, pues no hay premios más anecdóticos en Hollywood ni tampoco más críticos con su propia industria.

 

 

José Cruz

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Como buen gallego que soy, todo “depende”. Menos Showgirls. Showgirls es una obra maestra incontestable. Cine en general, y terror en particular. Mi estantería guarda El crepúsculo de los dioses al lado de El ataque de la mujer de 50 pies. Según mi CV, soy profesor y realizador.