LO QUE PODEMOS ESPERAR DE BAMBÚ EN NETFLIX
Hoy se ha conocido que Netflix estrenará en 2017 su primera serie original en España y que será Bambú (Velvet, Bajo sospecha) la productora encargada de llevarla a cabo. No es de extrañar que la plataforma se haya fijado en la factoría más exitosa y relevante de nuestra ficción en los últimos años junto a Plano a Plano (El Príncipe, Allí abajo), si bien esta se enfrenta a varios retos para estar a la altura de las expectativas.
La serie, de la que aún no conocemos el título, tendrá una primera temporada con 16 capítulos de 50 minutos de duración y se estrenará en 2017. Estará ambientada en 1920 y protagonizada por cuatro mujeres de distintos lugares de España que llegarán a Madrid para trabajar como operadoras de Telefónica.
Bambú ya es experta en los dramas románticos y de época. Tras el debut de buena parte de su equipo en Desaparecida (probablemente la mejor y más arriesgada de sus ficciones), Ramón Campos y Teresa Fernández-Valdés (productores ejecutivos) cuentan con muchos éxitos (Gran Reserva, Hispania) y pocos fracasos (Guante blanco, Imperium) a sus espaldas y la seguridad de que algunas de sus series, como Gran Hotel, han funcionado muy bien en los países en los que Netflix tenía los derechos de emisión.
Pese a que se empieza a agotar su eterna fórmula culebronesca o de suspense, a la que hace tiempo se le ven las costuras (los perfiles de los protagonistas de Gran Reserva y Gran Hotel eran escandalosamente parecidos), cuando han tratado de ser más innovadores no siempre les ha salido bien la jugada. El año pasado, Refugiados fue una de las mayores decepciones de la temporada y no fue demasiado bien recibida ni por la crítica ni por los espectadores.
En cualquier caso, hay que tener en cuenta que Netflix alberga en su catálogo de producción propia proyectos muy diferentes (Madres forzosas, Sense 8 y Bojack Horseman conviven a la perfección) y no podemos compararla con una cadena de pago con un sello más definido como FX o HBO. Así que una serie romántica de las que ya hace Bambú, eliminando 20 minutos por episodio, puede encajar tanto o más que una apuesta más innovadora de la productora. Todo es cuestión de acertar con el target al que se dirijan.
Fon López