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LAS FUTURAS INVISIBLES DE LOS PREMIOS GOYA

Elena Alcalde - El Palomitrón
Elena Alcalde, estudiante y directora de cine

Cuando la Academia de Cine dio a conocer la lista de nominaciones a los Premios Goya 2017 nos hicimos eco de la profunda desigualdad de género que vivirá una ceremonia protagonizada masivamente por hombres. Ninguna mujer compite en las categorías de dirección, fotografía, sonido o montaje y, de los doce guionistas nominados, solo una es mujer. Por este motivo hemos entrevistado a cuatro jóvenes cineastas que intentan hacerse hueco en una industria que las invisibiliza y conocer sus experiencias personales, expectativas de futuro y puntos de vista acerca de la brecha de género en el sector.

Reunimos a tres de ellas en la mítica librería de cine Ocho y medio de Madrid y la cuarta contestó a nuestras preguntas por e-mail. Sorprende cómo algunas de ellas justifican su feminismo casi pidiendo disculpas, como tratando de no ofender: las expresiones «no quiero ponerme en plan nazi» o «no quiero parecer radical» se intercalan con defensas más claras del movimiento: «Parece que ser feminista ahora es un capricho, pero creo que es más necesario que nunca», asegura Elena Alcalde, estudiante de Dirección y directora de los cortometrajes Siemprevivas, Luna y Gasto (actualmente compitiendo en Notodofilmfest). «En toda la historia de los Oscar solamente una mujer ha estado nominada a Mejor dirección. Es alucinante y dudo mucho que sea una cuestión de calidad».

Rosa Salido - El Palomitrón
Rosa Salido, directora de cine

Los datos que refleja la Asociación de Mujeres Cineastas CIMA en sus informes estadísticos anuales son desoladores. Solo en maquillaje, peluquería y vestuario la presencia de mujeres alcanza cuotas paritarias. Las entrevistadas coinciden en lo difícil que resulta dejar de asociar según qué roles de la producción cinematográfica con un determinado género. «Seguro que a todas os ha pasado que, cuando decís que estáis estudiando cine, alguien os pregunte: ‘¿Quieres ser actriz?», consulta Elena ante el asentimiento de las demás.

La falta de referentes femeninos en muchas de las especialidades perpetúa estas percepciones. «Yo me encuentro pocas montadoras. Y eso que, curiosamente, es un trabajo que inicialmente hacían las mujeres porque consistía en cortar las películas manualmente. Nuestro gran referente es Thelma Schoonmaker, la montadora de Scorsese, pero españolas te puedo decir dos o tres de memoria», se queja Sharon López, estudiante de Montaje.

«Es difícil que una joven de 17 años quiera dedicarse al cine si todos sus referentes son masculinos. Otros sectores como el videojuego o IT han detectado este mismo problema y en muchos países se han iniciado campañas estatales y privadas para revertir esta situación, un ejemplo es Canadá o USA», afirma Gonzalo Salazar-Simpson, director de la escuela de cine ECAM.

Todas están de acuerdo en que la situación de la mujer en la industria del cine es claramente mejorable, «si es que se le puede llamar industria, porque ese sería otro tema para debatir extensamente», comenta Rosa Salido, directora del largometraje documental Lo que vale un peine, precisamente centrado en el cine español y la percepción que los propios españoles tienen de él.

«También a mí se me criticó mucho porque en mi documental la mayoría de entrevistados eran hombres, pero busqué a muchas mujeres y me costó que aceptaran o que le vinieran bien las fechas», se lamenta Rosa, que asocia la precarización de los proyectos con la falta de paridad en ellos. «Lo que vale un peine fue un proyecto ‘Juan Palomo’: el montaje lo hice yo, la producción la dirigí yo… tampoco había mucho equipo. Pude contar con una directora de fotografía, pero al final tienes que tirar de contactos cercanos para sacar este tipo de producciones adelante».

Pese a estar de acuerdo en el diagnóstico, discrepan en las posibles soluciones. La aplicación de cuotas por género las divide. Elena Alcalde no está de acuerdo «en imponer la presencia de alguien solo por el sexo que tenga. Pero claro, cuando desde el otro lado no te encuentras con eso, llegamos a esta falta de representación femenina».

Eva Saiz, guionista de los cortometrajes Lola, Fin del bosque y Martina, Ay, Martina y cuyo primer largometraje ya se encuentra en fase de preproducción sí parece creer en esta medida: «Hace unos años no estaba a favor de las cuotas. Creía en eso de que todo el mundo tiene que ocupar su puesto por méritos propios. En realidad aún creo en ello, lo que pasa es que tengo la sensación de que la sociedad no está preparada para algo así. Creo que, si confiamos exclusivamente en el talento de los individuos, hay algo en el inconsciente colectivo que nos empuja a acabar decidiendo que los hombres están más preparados para hacer determinadas cosas. No digo que sea algo premeditado, quiero pensar que no lo es, pero es evidente que esto pasa. Así que sí, estoy a favor de las cuotas. Creo que hace falta una terapia de choque y que a las mujeres se nos empiece a visibilizar en un mundo de hombres, aunque sea a la fuerza, para recorrer un camino hacia la igualdad que de otra manera tardaríamos mucho más en andar».

Eva Saiz - El Palomitrón
Eva Saiz, guionista

Hablamos con mujeres de problemas que afectan a las mujeres. «Rara vez en una entrevista a un hombre se le pregunta: ‘¿Por qué crees que existe tanta disparidad de género en la mayoría de especialidades?», protesta Eva Saiz. «Esto es peligroso porque parece que solo es un problema femenino, ‘nuestra batalla’, cuando creo que si renunciamos al punto de vista femenino, salimos perdiendo todos (…). Yo no voy a pelearme con un señor ‘feminista’ que dice explorar la feminidad y nuestra sexualidad en sus películas y que lo que hace es potenciar clichés retrógrados donde nosotras no nos vemos representadas. Esa batalla no me interesa, porque ese no es el futuro del cine».

Sobre la representación de las mujeres en el cine hecho por hombres todas están de acuerdo en que se abusa del estereotipo. Un ejemplo claro para ellas es el de las agresiones sexuales y el comportamiento posterior de violadores y víctimas. «Más allá de que sea una mujer o un hombre, yo creo que si tú no lo has vivido en primera persona sueles tirar de clichés», afirma Rosa Salido.

«El caso de Girls es muy claro y alucinante. Una tía que lo dirige, escribe, protagoniza y produce. Como espectadora estoy superagradecida, porque Lena Dunham muestra otros roles de belleza y de trabajo en la industria de los que vemos habitualmente», explica Sharon López, que cita periódicamente a Leticia Dolera y su batalla diaria contra el machismo en las redes sociales: «Pero es que si no lo hace ella, ¿quién? Porque nosotras podemos, pero no tenemos la misma visibilidad».

Sharon López - El Palomitrón
Sharon López, estudiante de Montaje

A falta de programas específicos en sus escuelas para paliar los efectos de la desigualdad y de una mayor iniciativa por parte de una industria que no las acoge tras formarse, ellas son las únicas que tratan de equilibrar la balanza: «Siempre que empiezo un proyecto en el que tengo capacidad de elegir, escojo a mujeres. Hay gente que me ha criticado por esto y me han llamado sexista por preferir tener mujeres en el equipo. Y no, en un contexto en el que estamos menospreciadas e invisibilizadas yo trato de cambiar esa situación en la medida de mis posibilidades», afirma Elena Alcalde. Para Eva Saiz, es algo que surge de forma natural: «Mis protagonistas suelen ser mujeres, pero no es algo que haga de manera premeditada. Escribo sobre lo que reconozco, sobre lo que llevo dentro, las cosas que me agobian y las taras que, de alguna manera, arrastro».

A pesar de citar a Nely Reguera (única directora nominada este año), Paula OrtizMabel Lozano o Mar Coll, inevitablemente también para ellas la mayoría de referentes son masculinos: «Si la oferta mayoritaria es cine hecho por hombres, tampoco puedes elegir», dice una Rosa Salido, que sigue sorprendiéndose positivamente cuando se encuentra a una mujer dirigiendo en un plató de televisión.

Jóvenes directoras - El Palomitrón
Elena Alcalde, Rosa Salido y Sharon López

Sobre los Goya, en los que estadísticamente tienen menos opciones de acabar reconocidas que sus compañeros de estudios y rodajes, Sharon López espera encontrar este año voces masculinas que reivindiquen la presencia de más compañeras en las nominaciones: «Tengo fe». De momento, no creen que la situación vaya a cambiar y ven más probable encontrar avances en los Oscar antes que en nuestros premios.

¿Y si, milagrosamente, un año cuatro mujeres acaban nominadas a Mejor dirección? ¿Cuál sería la reacción? «¡El feminismo arrasa con todo!», bromea Elena Alcalde ante las risas de sus compañeras.

Texto: Fon López

Fotografías Elena, Sharon y Rosa: Gema Escudero

Agradecimientos: ECAM

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He crecido viendo a Pamela Anderson correr a cámara lenta por la arena de California, a una Carmen Maura transexual pidiendo que le rieguen en mitad de la calle, a Raquel Meroño haciendo de adolescente con 30 años, a Divine comiendo excrementos y a las gemelas Olsen como icono de adorabilidad. Mezcla este combo de referencias culturales en una coctelera y te harás una idea de por qué estoy aquí. O todo lo contrario.