Philippe Lesage (Los demonios) se ha pasado por la capital para presentarnos su último largometraje: Génesis. Tras su largo viaje por festivales, destacando Locarno y la Seminci, dónde literalmente arrasó con el palmarés (Espiga de oro, dirección e interpretación masculina), la película llega por fin a las carteleras españolas. Siempre desde una mirada cercana, el director orquesta un retrato de la adolescencia profundamente íntimo, sobre las relaciones y, en especial, las turbulencias del primer amor. Conversamos con él para entender mejor algunas de las piezas clave de la película.

¿De dónde nace tu mirada a la adolescencia que planteas en Génesis? 

P.L: Para narrar uso mi propia experiencia personal, y para ser sincero voy buscando mis lugares más sensibles, dónde duele. Cuando vas a esos lugares eso te fuerza a ser honesto, siempre. Es una manera de entenderme a mí mismo, y por otro lado también de reconciliar al adolescente y al niño que era, como en Los demonios, por ejemplo. En cualquier caso, para mi, esta no es una coming of age.

Como guionista y director de la historia, ¿de qué manera te buscas a ti mismo en los personajes? Especialmente en el caso Charlotte.

P.L: Me di cuenta en el proceso de escritura de que Charlotte había vivido muchas cosas que yo también. El momento en el que estás entre relaciones y conoces a alguien, te sientes atraído, y aunque la persona te decepcione, sigues queriendo creer en ella. Como el caso de una persona que te llama para tener una cita, luego no se presenta y al día siguiente te vuelve llamar. De camino a la siguiente cita tú ya estás perdonándole a él o a ella, te olvidas de todo lo malo, aunque haya una voz en la parte de atrás de tu nuca que dice “esto no va a funcionar”, hay muchas señales, pero tú sigues queriendo ir. Para mi hay belleza en salir a probar tu atracción y ver si funciona, cuando eres joven quieres descubrirlo.

Una de las claves del film es la masculinidad tóxica, ¿Cómo llegas a ese terreno?

P.L: Los chicos somos forzados desde jóvenes (y probablemente las chicas también), a encajar en algún tipo de estereotipo de género. Hace poco descubrí que en mi vida, y me sentí muy estúpido por ello, una de cada dos mujeres cercanas a mi habían sufrido violencia sexual de algún tipo. Pensé: esto es muy importante. Y decidí mostrar y visibilizar este tema, incluirlo en la película.

Charlotte es un personaje muy interesante, sobretodo por como lleva consigo todo el trauma, sin hablar prácticamente con nadie. En España en cierta forma está estigmatizado, por ejemplo, ir a un psicólogo,  ¿En algún momento te planteaste que la historia fuera en otra dirección?

P.L: Muchos desconocidos que ven la película se acercan a mí para decirme que se reconocen en el personaje de Charlotte, es un comentario que recibo mucho. Ella no hace nada al respecto porque está en una etapa muy joven, en la que te encuentras a ti mismo completamente inofensivo, no tienes herramientas para defenderte, lo dejas correr. Años después, quizás buscas hablar de ello, o quizás ayuda. No es un tabú en Quebec ir al psicólogo. Pero a su edad no la puedo culpar por hacerlo dos días después de haber sufrido abusos sexuales.

Todas estas cosas son abrumadoras y muchas veces necesitas un poco de distancia. Pienso que el personaje será capaz de conseguirlo, será suficientemente fuerte para superarlo y se convertirá en una mujer fuerte, después de haber pasado por todo lo que Charlotte pasa.

A tus espaldas, además de tu anterior film Los demonios, tienes varios trabajos documentales, ¿Han influido de alguna manera en el naturalismo de Génesis?

P.L: No me gusta usar el término documental, para mi existe la ficción y la no-ficción, y en cualquier caso ambas sirven al mismo maestro, el maestro del cine. La belleza del cine de los Hermanos Lumière, por ejemplo, se basa en la fantástica coreografía de la vida teniendo lugar de manera natural, y a veces la recreación de esa coreografía tan específica. Y eso es lo que busco como cineasta, recrear esos momentos de tu vida, momentos que no puedes imaginar si no estás prestando atención a la realidad.

La película cuenta con una estructura narrativa un tanto peculiar, ¿Qué te motivó para seguir este camino?

P.L: Quería volver atrás a ese periodo en el que cogerte de la mano con alguien es fantástico, hay un matiz de posesión en ello, y te abrumas buscando un primer contacto, y aquí es ese primer momento. Sufres toda tu vida para volver a ese punto. Lo que admiro de mis personajes es que no tienen miedo del amor, como adultos deberíamos ser un poco más como ellos, es importante no tener miedo de amar. Ahí te haces mayor, si no tienes coraje para buscar y perderte en un impulso de amor. El amor es el único motor de supervivencia.

Y en términos de producción ¿Fue un proyecto difícil de levantar?

P.L: Engañamos un poco a la comisión canadiense que nos daba gran parte de los fondos para hacer la película, nos pidieron más conexión entre las historias. Así lo rodamos, pero al probarlo en montaje ni siquiera se reconocían los personajes que hacían de puente, y terminamos cortándolo. Era más potente e interesante terminar contando una historia completamente diferente, aunque sabíamos que era un riesgo. La gente que está acostumbrada a un cine más convencional esperará un vínculo narrativo entre las historias, y para mí lo hay, pero es más abstracto y más poético que narrativo.

Y esa pieza final… ¿Crees que de alguna manera supone un final «feliz»?

P.L: No necesariamente, el film se transforma y se convierte en otra cosa, en algo más suave. La película va a otros lugares, evoluciona. Como narrador le doy la oportunidad al espectador de obtener su propia interpretación de la historia. Puedes ver el final como una coda, un poema, un sueño… Puedes verlo de múltiples formas, pero no importa. Para mí lo importante es que el amor es duro, y de alguna manera el final es un recordatorio de que por muy duro que pueda ser, merece la pena intentarlo.

Y para terminar, ¿Algún nuevo proyecto en el horizonte?

P.L: Estoy preparando una historia que ahonda precisamente en la masculinidad tóxica. Es sobre un joven adolescente que admira mucho a su ídolo, poco a poco le bajará del pedestal y éste terminará convirtiéndose en su rival directo…

Con una estructura inesperada, unos personajes que resuenan y unos conflictos que te romperán el corazón, Génesis de Philippe Lesage, llega a los cines este 19 de julio, desde aquí os recomendamos no perdérsela.

Juan Luis Martínez.