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FESTIVAL DE MÁLAGA: DESTELLO BRAVÍO

ANTECEDENTES

Desde su premiere mundial en el prestigioso festival de cine de Rotterdam, Destello bravío se ha convertido en una de las películas a seguir en este 2021. La ópera prima de Ainhoa Rodríguez nos sumerge en un retrato sobre la mujer en la España vaciada, ambientado en la localidad de Tierra de Barros en Badajoz (Extremadura). Un viaje que, entre lo antropológico y lo onírico, captura el valor de una tierra en el momento presente en relación con los ecos pretéritos, bajo la batuta productora del siempre arriesgado Lluís Miñarro. La película que encontrará su camino en salas este próximo viernes, recibió, además de su sonada presencia en el festival holandés, el premio a la mejor dirección en el festival internacional de cine Vilnius y los premios Especial del Jurado y al mejor montaje en el recientemente celebrado 24 Festival de Málaga. Cine en español.

LA PELÍCULA

Desde la línea más horizontal y bajos los ecos del ambiente silencioso nace una mirada al paisaje, al rural, al extremeño, y a sus gentes. Lo hace concatenando palabras, miradas, gestos casuales, y fabulando sobre lo antropológico. Este arranque nos inicia en la fina línea que separa la ficción de la no ficción. Encuadre que repentinamente se quiebra, e invita a un ejercicio más allá. Aquel que navega en las sendas de lo no narrativo, aquel que dibuja un caos espacio-temporal, y aquel basado en las líneas de la expresión, de lo sensorial, del concepto hecho cine. Así atisbamos un viaje hacia las entrañas de una idea y de un momento que resulta tan complicado como fascinante en su dimensión audiovisual.

Destello bravío perfila un concepto complejo y candente, y un ejercicio de sobradas virtudes que configura una joya de enorme singularidad. Hay instantes y juegos de montaje que deslumbran por su belleza y por la inteligencia con la que matizan cada uno de los rincones discursivos de este ejercicio de ecos fellinianos y buñuelianos. Hay que saber mirar y entrar en esas capas de definición múltiple, y en las variadas dimensiones de este ejercicio de reconocido valor cultural. Una idea de lo cultural que encuadra el espacio físico, el sonido, la música, el vestuario, y cada una de las virtudes expresivas que encierra la mirada de estas mujeres de este pueblo en mitad del páramo.

Ainhoa Rodríguez nace con maestría en nuestro cine, y nos regala esta joya imperecedera que, hábil en sus hallazgos visuales, viene a definir y redefinir los caminos del cine español. Es absolutamente meritorio encontrar camino en espacios más mediáticos cuando la fábula configura las líneas de la vanguardia y de la absoluta experimentación. Así despliega todo su potencial este relato de miradas, de gestos, de silencios, de latidos, de música, de excelencia técnica, de múltiples valores encuadrados en la necesidad de formular y reformular los valores del ejercicio cinematográfico.

ELLAS/ELLOS

Es admirable la fortaleza y la humanidad de las mujeres protagonistas de este relato, que entre el viaje documental y la dimensión ficcionada nos regalan auténtica entrega y fortaleza.

LA SORPRESA

Es una absoluta sorpresa descubrir joyas de esta dimensión. Historias, relatos, aventuras de una enorme fortaleza cinematográfica, discursiva y cultural.

LA SECUENCIA/EL MOMENTO

Hay un momento de absoluta maestría que brilla con luz propia dentro del perfecto engranaje de la película, y es el paso del relato del yugo machista ante el luto femenino, a la revolución sexual de la mujer en su edad más adulta al compás del fandango extremeño. Tampoco podemos olvidar el canto de libertad del águila en un final absolutamente apoteósico por sus derivas audiovisuales y conceptuales.

TE GUSTARÁ SI…

Si viajas a los encuadres más complejos y agradecidos en su imponente expresión cinematográfica.

LO MEJOR

  • La fortaleza de su expresión cinematográfica al servicio de un discurso cultural tan candente como complejo.
  • La rotundidad técnica de la propuesta, en especial el visionario montaje.

LO PEOR

  • La dificultad para entrar en este tipo de ejercicios tan periféricos.
  • La falta de margen mediático y educativo a la vanguardia artística.

Alberto Tovar

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