FAHRENHEIT 11/9
LOS ANTECEDENTES
Michael Moore es una figura política muy divisiva. Sus férreos detractores llegan hasta nuestro país lo que es curioso ya que su enfoque es mayoritariamente local. Si bien es cierto que hay mucha gente que lo odia por su discurso progresista hay otro numeroso grupo que no lo soporta por sus formas y por su «obsesión» por ser siempre el protagonista. Fahrenheit 11/9, cuyo título hace referencia al día que se anunció la victoria de Trump en las elecciones estadounidenses de 2016, difícilmente hará cambiar a nadie su opinión respecto al director. Pero tampoco es que él esté buscando nuestra simpatía. Su verdadero objetivo con esta cinta era influenciar los resultados de las elecciones de mitad de período de EEUU. Ahora que ya han transcurrido podemos afirmar que el partido demócrata ha salido ganando pero no precisamente gracias a Moore. Esto nos lleva a preguntarnos, ¿es este cineasta una figura relevante en 2018? El fracaso en taquilla del documental (Fahrenheit 9/11 hizo 8 veces más dinero en su primer fin de semana en 2004) parece indicar que sí. Hablemos de ello con un poco más de profundidad.
LA PELÍCULA
La principal reprobación que se la ha hecho a la película es que muchos de los temas que trata ya son ampliamente conocidos por la audiencia estadounidense que irá a verla. A estas horas solo el segmento más progresista de la población, el más concienciado políticamente, le respalda y este grupo conoce más vergüenzas de la administración de Trump que las que expone este documental.
No obstante, sí que hay un fragmento a destacar por su contenido. Es el dedicado a los problemas de contaminación del agua de la ciudad natal del director, Flint (en Michigan). El vínculo personal que tiene con esta historia la convierte en la más emocionante del mismo modo que su primera obra Roger y yo, también ambientada en esta ciudad, es la más personal y conmovedora de su filmografía.
ELLOS Y ELLAS
Como no podía de ser de otra manera Michael Moore es la única estrella de la función. Como hemos comentado, de ahí provienen la mayoría de críticas a su obra. Eso sí, es innegable su talento como orador y su habilidad para persuadir a las masas. Es capaz de diseñar actuaciones de protesta que sean muy cinemáticas y entretenidas y que al mismo tiempo dejen en la audiencia un pozo de ira y de anhelo de rebelión.
LA SORPRESA
La falta de ella. La técnica narrativa de Moore para sacudir a la gente que le quiere escuchar es muy eficaz pero después de 10 documentales usando los mismos trucos puede que necesite replantearse sus métodos e innovar.
LA SECUENCIA / EL MOMENTO
Todo el tramo que se centra en los jóvenes activistas estadounidenses (como Emma González y su lucha para regular la venda de armas en el país o Alexandria Ocasio-Cortez la congresista más joven de EEUU) puede que sea más conocido por la gente de allí pero visto desde aquí es muy inspirador. Una generación dispuesta a cambiarlo todo. Sin embargo, con picardía, Moore establece un paralelismo entre estas imágenes y las de movimientos de hace décadas que hacían promesas similares para alertar de como un mensaje potente se puede ir disolviendo.
TE GUSTARÁ SI…
Quieres informarte y enfurecerte con las desgracias que está haciendo Donald Trump en la Casa Blanca, te gustan los documentales que hablan a la audiencia sin tapujos o si te atrae el discurso de Michael Moore.
LO MEJOR
- El chocante fragmento dedicado a Flint
- El ego de Michael Moore
LO PEOR
- El ego de Michael Moore
- Puede que el cineasta haya perdido su capacidad de impacto en la sociedad de EEUU
Pau Jané