EVEREST: EL VERTEDERO MÁS ALTO DEL MUNDO
Con motivo del 100 aniversario de la desaparición de Georges Mallory y Sandy Irvine en la arista Norte del Everest, Jean Michel Jorda junto con Starlite Films y OME, estrena el documental “Everest Invaders”. Una llamada de alerta sobre la grave situación que se vive en las montañas más altas del planeta al convertir este terreno inaccesible e imponente en un inmenso terreno deportivo. El alpinismo es ahora un bien de consumo como cualquier otro y llegan a los picos más altos del mundo no solo los humanos más preparados sino personas que quieren cumplir un sueño.
En el Himalaya han perdido la vida decenas de personas intentando conquistar la cima más alta del planeta hasta que Edmund Hillary y el sherpa Tenzing Norgay consiguieron esta hazaña en 1953. Durante décadas, coronar los 14 picos de 8.000m sobre el nivel de mar sin oxígeno ha sido un logro solo apto para los alpinistas más preparados. Sin embargo, tras conseguirlo, el ser humano ha ido ganando terreno a la montaña generando una enorme contaminación y provocando el colapso.
La gran demanda de los neo-alpinistas dispuestos a pagar elevadísimas sumas de dinero para cumplir un sueño sin prescindir de ciertas comodidades ha disparado una oferta comercial que literalmente ha urbanizado las montañas. Con campamentos, como el base situado a 5365 m de altititud o el campo 2, situado a 6500, cuentan con carpas que tienen televisión, calefacción, camas de madera e incluso espejos. “Ahora puedes jugar al ping-pong en el Campo Base, puede que dentro de cinco años haya un hotel real” afirma el director del documental, Jean Michel Jorda.
Cada vez son más los alpinistas que superan “los ochomil” y esta creciente afluencia de candidatos a continuar batiendo el récord afecta al Everest desde hace más de quince años. El punto álgido se alcanzó en 2019. Desde entonces solo se ha incrementado el porcentaje de éxito entre los escaladores, gracias a las rutas abiertas que cuentan incluso con cuerdas para ayudar en la escalada y en las que se viven verdaderos “atascos” en los ascensos en primavera.
La cuestión de los residuos que se generan es la consecuencia del verdadero problema del Everest: la ocupación masiva del lugar, una auténtica invasión. El Everest es el símbolo de todas las montañas. Pero este símbolo, es presa de todos los abusos que privatizan las montañas con la teoría del beneficio económico para los territorios.
Este tipo de trabajos no son nuevos para Jorda, que trata a través de su trabajo ser el embajador de las montañas. Ha rodado 35 documentales premiados en 7 ocasiones y es un alpinista profesional desde hace más de 30 años. Activista comprometido con el impacto del turismo de alta montaña, ha participado en soluciones para la gestión de residuos en Nepal como el proyecto de instalación de una incineradora en Pangboche, el último pueblo habitado durante todo el año antes al campamento base del Everest.