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Transparent Musical Finale - El Palomitrón
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EL EPISODIO FINAL DE TRANSPARENT ES UN DESPROPÓSITO

La ola de denuncias a raíz del #MeToo salpicó de lleno a Transparent, tras la denuncia de Van Barnes a su protagonista Jeffrey Tambor por acoso sexual. El despido del intérprete ha retrasado el regreso de una serie cuya cuarta temporada se emitió hace ya dos años y ha vuelto para despedirse en forma de película musical.

Los Pfefferman ya venían pareciéndonos la familia más insoportable de la televisión desde hace un tiempo. La diversidad afectivo-sexual de los protagonistas no era suficiente para hacernos pasar por alto los problemas del primer mundo de una familia de ricos caprichosos. Tras una brillante y emotiva primera temporada, muchos espectadores han ido abandonando una comedia con cada vez menos sentido del humor y unos personajes permanentemente sobreangustiados.

Para cerrar la historia sin contar con el actor protagonista, Jill Soloway (I love Dick) decide matar a Maura Pfefferman y narrar el luto de su familia en forma de musical. De todos los cierres posibles, la creadora ha elegido el más improbable de todos. Con la ayuda de su hermana Faith en la composición de los temas, en este episodio final se confirma la irrelevancia de una serie que ha acabado trascendiendo mucho menos de lo que prometía en sus inicios.

Transparent - El Palomitrón
Alegrecausto, el número musical para olvidar el Holocausto

Durante 100 minutos asistimos a un desfile de números inenarrables e ideas disparatadas que incluyen un campamento religioso para que niñas judías sincronicen su primera regla, una obra de teatro meta con actores imitando e interactuando con los Pfefferman, pasajes de la Biblia musicalizados o un bar mitzvah en medio de un funeral. La sublimación de la estupidez llega con Alegrecausto, un número que intenta contrarrestar los horrores del Holocausto haciendo que la misma cantidad de judíos que murieron en los campos de concentración hoy bailen y canten con trajes de colores.

A nivel argumental faltan ideas para cerrar mejor las tramas (esas despedidas a toda prisa de varios secundarios que desfilaban por el funeral de Maura) y a nivel de dirección, la emoción y dramatismo que se espera en una ocasión de este tipo. Se desaprovechan tramas incipientes al final de la temporada anterior (la identidad no binaria de Ali/Ari) y nos deja la sensación de perdernos mucho de lo que el personaje de Judith Light puede ofrecer sin la alargada sombra de Jeffrey Tambor.

Con el paso del tiempo podremos reconocer a Transparent como una serie importante en su discurso feminista y pro-LGTB, el primer gran éxito de Amazon Prime Video y el primero de los (esperemos) muchos interesantes proyectos que nos traiga una Jill Soloway que, en este caso, ha desperdiciado todo el potencial de una historia que parece haberse quitado de encima de la peor manera posible.

* Transparent puede verse en España a través de Movistar Series.

Fon López

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He crecido viendo a Pamela Anderson correr a cámara lenta por la arena de California, a una Carmen Maura transexual pidiendo que le rieguen en mitad de la calle, a Raquel Meroño haciendo de adolescente con 30 años, a Divine comiendo excrementos y a las gemelas Olsen como icono de adorabilidad. Mezcla este combo de referencias culturales en una coctelera y te harás una idea de por qué estoy aquí. O todo lo contrario.