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CINE CRÍTICAS REDACTORES

EL REGRESO DE BEN

LOS ANTECEDENTES

En 1993 Peter Hedges escribía y adaptaba su novela ¿A quién ama Gilbert Grape?, que le situaba de lleno en el mapa de Hollywood como guionista.

Pero no fue hasta 2002 cuando debutó como director con la cinta Retrato de April, que dentro del marco del cine independiente norteamericano conseguía cosechar críticas positivas. Además, ese mismo año se consagraba consiguiendo una nominación al Oscar por su trabajo en el libreto de Un niño grande.

Tras varias cintas posteriores (Como la vida misma y La extraña vida de Timothy Green) llega de nuevo a la cartelera con El regreso de Ben, y lo hace de la mano de su propio hijo, intérprete en el filme, Lucas Hedges.

LA PELÍCULA

Se va a la Iglesia a ensayar con el coro, se hacen compras ajetreadas de última hora, se cuelgan los calcetines en la chimenea y los abrigos se llevan hasta las cejas; efectivamente, ¡es Navidad! En medio de esta postal familiar de clase media norteamericana el joven Ben regresa a casa, generando diversas respuestas y una muy confirmada incomodidad.

La película maneja de forma muy interesante una tensión inherente al regreso del protagonista que no se termina de perfilar hasta bien entrado el metraje. Esta melancolía/malestar que se genera en relación al reencuentro, con el misterio, con el drama del drogadicto redimido, pronto se desvía a un thriller descafeinado.

La segunda película dentro del filme que mucho tiene que ver con una cinta de sobremesa digna de parrilla televisiva consigue desligarse de su género para refugiarse en los personajes de manera solvente. Poco a poco el guion se va adentrando en el tema y cercando a los personajes hasta que finalmente nos quedamos con Ben y su madre durante la mayor parte del filme. Jugando al despiste, esto permite realmente construir unos personajes firmes para ir introduciendo de manera sugerente el tema central y clave de este: la adicción a las drogas.

Más allá del conflicto familiar, El regreso de Ben es una película que tiene claro su tema central y que, si bien no lo abarca con totalidad, consigue rodearlo para ilustrar la complejidad y contradicción de la adicción a las drogas.

Centrándose en una familia acomodada, se visibiliza que las drogas y los problemas que estas conllevan no son exclusivas de barrios marginales o gente con pocos recursos económicos. Resulta interesante, aunque la película peca en varias ocasiones de caer en ciertas contradicciones y lugares comunes (en cierta escena, Holly, interpretada por Julia Roberts, sacrifica sus principios por su hijo y en la película quizás no quedan del todo claras las consecuencias).

El final abrupto que cierra la historia es un buen ejemplo de esta dualidad, porque la película tiene claro a dónde va, y aunque se deje cosas por el camino, tiene claro lo que le importa: que Ben ha vuelto.

ELLOS Y ELLAS

La narrativa es un vehículo sensacional al servicio de Lucas Hedges y Julia Roberts, relación central del guion.

Julia Roberts convence más según avanza el retrato de Ben: lo que al principio parece una madre de suburbio estándar termina evolucionando a una constante sorpresa, un personaje lleno de determinación. Accedemos a Ben a través de ella, pero esto no reduce para nada al personaje, porque ambos llevan el conflicto a cuestas.

Por su lado, Lucas Hedges (Manchester frente al mar) sigue confirmando que es un talento emergente (su más reciente filmografía no hace más que recordarlo continuamente). Sabe abarcar personajes complejos con mucha fuerza, enfrentándose además al reto de ser dirigido por su propio padre.

LA SORPRESA

¡Julia Roberts hace cosas! Además de estar espléndida, su personaje tiene mucha acción. No es una madre abnegada, no es una madre pasiva… Se enfada y va a lo que va, sin límites, y se agradece mucho.

EL MOMENTO

Tras un paseo en coche, “¿Dónde quieres que te entierre?” es lo que le pregunta el personaje de Julia Roberts a Lucas Hedges al bajar del vehículo en un cementerio, esclareciendo de manera visceral el conflicto de la trama.

TE GUSTARÁ SI…

Buscas una película de sobremesa televisiva que te dé ese algo más que el género habitualmente descuido, con muy buenos personajes y algo que decir sobre las drogas, un tema muchas veces mal tratado o estereotipado.

LO MEJOR

  • Julia Roberts y Lucas Hedges: tanto ellos como sus personajes ofrecen una complejidad muy importante a la hora de tratar el tema central.
  • La madurez desde la que se cuenta el relato.

LO PEOR

  • En ocasiones puede recordar a un telefilme con muy buenos matices.
  • La mayor parte de la película transcurre durante una noche bastante larga que ayuda a entrar en la narrativa pero que de alguna manera condiciona un ritmo atropellado en los acontecimientos del filme.

 

Juan Luis Martínez

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Espectador curioso y soñador inquieto. Narrador licenciado en Comunicación Audiovisual. Cuando vio por primera vez "Amèlie" tenía 12 años y se pasó un interminable verano tirando piedras al río tarareando, ahora está en una etapa más "Frances Ha" con un poquito más de costumbrismo.