El Palomitrón

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CINE CRÍTICAS

MANCHESTER FRENTE AL MAR

Manchester frente al mar cartel El Palomitrón

Manchester frente al mar (nominada a seis premios Oscar) es la historia del error y la mala suerte. Kenneth Lonergan (Puedes contar conmigo, Margaret) se sitúa, por tercera vez, a los mandos de la dirección sin abandonar su puesto privilegiado, el de guionista (ha escrito el guion de Gangs of New York, entre otros), y lo hace para contarnos la historia de los Chandler, que se nos presenta en dos tiempos: un presente frío que se intercala con ráfagas de un pasado muy doloroso.

En el presente, Lee (Casey Affleck) es el encargado de mantenimiento de un edificio con una vida anodina, solitaria y carente de toda emoción. Le cuesta expresarse y parece no saber sonreír; sin embargo, tiene un don para comunicar su frustración y sus emociones a través de sus puños. El simulacro de vida que lleva Lee se ve interrumpido por la muerte de su hermano, al que no ve desde que dejó Manchester, y el cual arrastraba una dolencia cardíaca que le dejaba poco margen de vida.

Manchester by the sea Chandler y Affleck El Palomitrón

Lee vuelve a su ciudad, Manchester by the sea (pueblo real de Massachusetts, por tanto no debería haberse traducido), para hacerse cargo de su sobrino Patrick (Lucas Hedges) tras la muerte de Joe (Kyle Chandler). Allí Lee tendrá que hacer frente a su pasado, a las gentes del pueblo que lo miran con recelo y a su propio sobrino, un adolescente que tiene las preocupaciones propias de alguien joven a quien la muerte le suena tan lejana como imposible. Para terminar de desarmar a Lee, aparece su exmujer Randi, una Michelle Williams (Suite francesa) con un papel breve pero brutal. De hecho, es una dura conversación entre Williams y Affleck la que categorizamos como la mejor escena de la película.

La interpretación de Casey Affleck (Interstellar) es soberbia. La contención de emociones rara vez se desborda y su gesto es siempre una máscara, un rictus que lleva consigo desde la tragedia. Si bien es cierto que su cara no nos ofrece pista alguna, Casey Affleck lleva la expresión a sus manos. Son el reflejo de sí mismo, de no saber qué hacer; son caricias y buenos gestos que ya no da, su instrumento de trabajo, pero también su único canal de comunicación para dar rienda suelta a esa rabia contenida, pegándose con el primero que tenga a bien (incluido el propio director en un breve cameo).

Casey Affleck Manchester by the sea El Palomitrón

Manchester frente al mar se desarrolla en el frío invierno, con planos en los que predominan los colores fríos, sin música, con poco diálogo, sin afecto y, en el caso de Lee, sin vida alguna. Esto contrasta con los coletazos del pasado, donde algo más de color y vivacidad nos llevan hasta el error de Lee. La escena en concreto viene acompañada de un tema habitual en el cine, el adagio de Tomaso Albinoni, que, en lugar de excederse en dramatismo o provocarnos la lágrima fácil, nos aletarga y nos deja clavados a la butaca casi sin respiración. Un adagio lento, que va creciendo como la impotencia y la rabia de Lee, como un fuego que todo lo consume y lo devora.

LO MEJOR:

  • Casey Affleck.
  • La última conversación entre Randi (Williams) y Lee (Affleck).
  • La hilaridad que rezuma de algunas situaciones tristes y dolorosas.

LO PEOR:

  • Que no todo el mundo acabe de empatizar con la frialdad necesaria del filme.
  • La poca presencia del hermano de Lee (Kyle Chandler), su único apoyo.

Lorena Rodríguez

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Una tarde, con siete añitos, entré en el salón cuando mi madre veía El Padrino. La escena en cuestión era la del caballo y mi madre me gritó que no mirase, pero miré. Desde aquel entonces no pude dejar de mirar, de observar y soñar. Lo más cerquita que pude quedarme del cine fue haciéndome historiadora del arte. El cine es mi Tardis, un Delorean que me hace la vida real más fácil. Mi primera serie fue Urgencias, siempre fiel, a pesar de lo mal que la trató la tele. No sé decirle que no a una serie.