DANNY BOYLE: CRÓNICA DE UNA ENTREVISTA ANUNCIADA
El día en que lo iban a entrevistar, Danny Boyle se levantó a las 8:30 para esperar el taxi en el que llegaría al evento de Sony Pictures. Había soñado que John Hodge le traía un nuevo guion, esta vez de T3: Trainspotting, y por un instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por completo salpicado por la realidad: debía ir al photocall y posteriores entrevistas. “Siempre soñaba con películas”, nos dijo Irvine Welsh, su gran amigo, evocando aquel jueves único para nosotros.[1]
Una llovizna suave bañaba aquel jueves de febrero. Para la mayoría de los que caminaban por la calle, para los que se chocaban en el metro, para los que miraban desinteresadamente el periódico, era un jueves más, simplemente estaban a un pequeño paso del viernes. Nosotros íbamos a conocer a Danny Boyle, era nuestro momento de enfrentar el mito con la realidad, la idealización y el hombre. Un suceso de realismo mágico.
Cámara en mano y con poco pulso nos preparamos para congelar a Danny. El director salió del taxi con su mejor sonrisa y nos dedicó todo tipo de poses, dispuesto a divertirse frente a aquel teatrillo que habíamos formado entre todos. El momento ocurrió como un parpadeo, pero el dedo sobre el disparador fue más rápido asimilando la situación: nuestra tarjeta había registrado más de 100 fotografías. Fue la toma de contacto que precedía a la entrevista de la tarde.
Horas después estábamos en una sala contigua a la que se estaban realizando las entrevistas. Esperábamos junto a los otros seis compañeros con los que nos tocaba entrar. Finalmente llegó nuestro turno: aquella sala inmensa, de techo alto y paredes blancas, no conseguía que Danny Boyle pareciera pequeño. El director tomó asiento y, estando a su lado, pudimos ser los encargados de romper el hielo:
Nuestra web se llama El Palomitrón, lo que podríamos traducir del español como Huge Popcorn (palomita gigante). Teniendo esto en cuenta: ¿Cine con o sin palomitas?
(Risas) Mi experiencia favorita del año pasado fue ir a ver Don’t Breathe (No respires), es una película brillante. Fui a verla a Londres, en un cine, y estaba llena de gente comiendo palomitas. Y, por supuesto, las palomitas volaban: (levantando los brazos, representando las palomitas al volar, gritando y riendo). Horrible, olía por todo a palomitas, pero es parte de la cultura hoy en día.
Tú llevabas las tuyas, ¿no?
Yo no las como, soy demasiado mayor ya. Me dijeron “di adiós a las palomitas si quieres vivir por más tiempo”, así que me limité a verlas volar por el aire.
Entonces podemos considerar eso como un sí (a las palomitas en el cine).
(Risas) Sí. Un medio sí.
Era evidente como Boyle sabía muy bien dónde estaba, parecía conocer mejor a los entrevistadores que nosotros al entrevistado. Éramos siete en una mesa redonda preguntado por turnos al director. Sus respuestas fueron tomando la forma de un lúcido ensayo que nosotros hemos finalmente dividido en temas. Si no habéis visto T2 Trainspotting, no os preocupéis, simplemente evitad clicar en las casillas marcadas con el título “spoiler”. Guardaos esos textos para cuando volváis de ver la película.
20 años después. 20 años antes
«T1 y T2 no son películas realistas, tienen apariencia realista y hay realismo en ellas, pero está muy escondido. Si quisieras ver un filme realista sobre el abuso de la heroína, no podrías, sería inobservable (unwatchable), pues nada ocurre, si te fijas en los adictos, estos están… (gesto de inmovilidad y mueca de abatimiento), enfermos, ahí, sentados, durante horas. Entonces, lo que en realidad ves es aquello que está dentro de sus cabezas. En la primera película les da un poco igual todo, no les importa nada, no les importa nadie, ni de si crean víctimas a su alrededor, de si la gente que muere… La gente simplemente muere. ¿Recordáis la muerte del bebé? Su reacción es cocinarse otra ronda, porque limpia el daño emocional. En T2, de alguna manera, estamos algo más allá de sus cabezas. Siguen siendo adictos, pero rompen el hábito, menos Spud, que recae continuamente».
«Intentamos que T2 fuera algo autónomo. En un principio pensábamos limitarnos a copiar la primera película, y creo que eso hubiese estado bien, pero creo que la gente se hubiese sentido decepcionada al final, pues las copias son siempre decepcionantes. Tú buscas que algo tenga su propia originalidad, su propio tono, aspecto y sentimiento, con herencia de la primera, pero sosteniéndose sobre sus propios pies».
La madurez masculina
«Todo actor busca parecer más joven de lo que es. En un primer momento fue duro para ellos, pues les pedimos aparecer como realmente son, sin maquillaje. Tiempo atrás puse la excusa de que los actores no habían envejecido lo suficiente como para rodar una secuela, pero en realidad era yo el que no estaba preparado. John Hodge, el guionista, y yo teníamos algunos guiones escritos, pero ninguno acababa de convencernos. A medida que envejecíamos, el guion se volvió mucho más personal con todo aquello que envuelve el “tengo 46 años y estoy jodido. ¿Qué voy a hacer ahora? ¿Qué queda por hacer?” Fue en ese momento en el que John decidió hacer algo muy personal».
«A su manera, la primera era ya muy personal, como una especie de celebración a través de la prisión de sus personajes. Pero en esta segunda película están de acuerdo en salir sin maquillaje, siendo ellos mismos, y viéndose con su aspecto natural. Incluso Sick Boy, el cual es atractivo, pero de un atractivo envejecido: ¡ahora se tiñe el pelo! Y quise que eso apareciera en la película. Pues, ¿cuán triste es eso…? La vanidad de los hombres es mucho mayor que la de las mujeres. Pensábamos que hacíamos una película sobre el paso del tiempo, pero en realidad es sobre el comportamiento de los hombres. De una mirada desde la niñez hasta la edad adulta, de eso trata realmente la película».
«La madurez te trae algo de dinero (si tienes suerte), también sabiduría, pero no compensa la perdida de la juventud (risas). Hay un dicho en inglés que dice “Youth is wasted on the young” (la juventud se malgasta en los jóvenes)».
[spoiler title=’Spoiler’ style=’orange’ collapse_link=’true’]«Quieren volver a su pasado, ya sea para intentar recrear el placer o para, como Begbie, encontrar venganza en este. Para vengarse de lo que él considera que le daña ahora. No están ocurriendo cosas particularmente nobles, pero tampoco en la primera película, lo cual tiene sentido. No estamos ante nobles héroes, son antihéroes. Si les queremos creo que es, por una parte, porque son actores y, por otra, por su veracidad, por su autenticidad.» [/spoiler]
T2 Trainspotting: El cambio en los actores. El cambio en Boyle
«Los actores tienen mucha más experiencia ahora, algunos incluso han dirigido algunas películas. La primera vez eran mucho más inocentes (también yo). No sabíamos muy bien qué hacíamos, pero esta vez sí, esta vez sabían qué estaban haciendo. Y sabían cómo hacerlo. Eso se veía en que, por ejemplo, hubo pocas tomas. Esta vez cuenta con la experiencia de haber participado en muchas otras películas, incluso como directores, y también en series de televisión. En estas últimas se hacen una o dos tomas y ya. El reparto se ve obligado a aprender sus actuaciones rápido, no tras seis, siete, ocho o nueve tomas para después llegar a la perfección. They fucking hit it. Bang! (Van directos al grano, ¡bam!). Y tú debes estar preparado para capturarlo, porque tienes un par de tomas y después ya se han ido. Era excitante, realmente excitante. Eso me sirvió para encontrar el estilo de la película, el cual intenté definir a través de los propios actores, pues su manera de actuar fue también definitoria de la pieza en sí».
«En mi caso, en cambio, lo veo en la pérdida de inocencia. No puedes recuperarla, puedes intentarlo, pero no se consigue. Wordsworth decía que al nacer salimos del mar y nos encontramos a Dios de frente, antes siquiera de hablar. Después avanzamos al otro lado de un banco de arena, y ya no podemos verle nunca más, pues no podemos volver al lugar del que partimos».
La nostalgia
«La nostalgia siempre está presente. Tiene algunos crescendos cuando a la prensa le interesa, pero está siempre ahí, porque nuestro pasado está siempre con nosotros. No está muerto, vive en nosotros. Puede perseguirte, ayudarte. En la película nos referimos a él como “el efecto telescopio”: cuando miras desde un punto del telescopio el pasado parece encontrarse muy muy lejos. Por el contrario, cuando lo observas desde el otro lado, está ahí mismo».
[spoiler title=’Spoiler’ style=’orange’ collapse_link=’true’]«El problema es estancarse y hundirse en el pasado, pues entonces todo se convierte en ello. Por ello fue necesario tener a alguien como Veronika, que les muestre a todos lo ingenuos que son, pues creen que hablan de oportunidad y traición, y en realidad es ella quien les maneja para lo que quiere delante de sus narices.»[/spoiler]
La escena del comienzo
[spoiler title=’Spoiler’ style=’orange’ collapse_link=’true’]«La película empieza con un hombre de mediana edad que no va a ningún lugar. Yo ahora nado porque me rompí la rodilla, pero antes usaba la cinta de correr… Es inútil… Decidimos enfocarlo con ironía. Renton está en la máquina, yendo a ningún lugar, y, de repente (choca sonoramente las manos), se para en seco. Y eso es lo que provoca el comienzo de esta segunda trama.»[/spoiler]
Tratar de evitar lo inevitable. La escena final
Al menos, en la primera película el mensaje que nos llega es “no consumas drogas”, lo cual es bueno para uno, pero la segunda parece querer decirnos: “no envejezcas”.
Sí, a menos que encuentres una manera de evitarlo… (risas). Dicen que, si haces un pacto con el diablo, este puede hacer que dejes de envejecer. Si estás preparado para vender tu alma…
Sí, lo haré.
(Risas) Proust dice lo siguiente… Yo no he leído a Proust, no quiero dármelas de que sí, son libros muy largos, pero he leído algo sobre él. Por lo visto, él habla de este bucle temporal y sobre la escritura, de que es una de las maneras en que puedes tomar conciencia del tiempo. Si la vida es una línea, no tiene sentido: ¿Para qué tomarse la molestia de seguir después de tres cuartas partes? Él nos habla de un bucle en el tiempo, y las compensaciones que este reporta.
[spoiler title=’Spoiler’ style=’orange’ collapse_link=’true’]«Eso es lo que intentábamos conseguir con Spud escribiendo la primera película, o escribiendo el libro original; eso le otorga el sentido, crea un todo. Mi habitación de la infancia fue la misma hasta que cumplí los cincuenta. Cuando iba a dormir allí, estaba en el mismo cuarto. Y fue lo mismo para muchos de nosotros. Me encanta esa imagen, porque no sé lo que significa realmente, ¿es esperanzadora? ¿Es triste? Es las dos a la vez, de alguna manera. Él bailando solo en su habitación con un hit de hace 40 años. Un hit que ha sido remezclado. ¿Es triste o esperanzadora? De verdad que no lo sé, pero me maravilla. Y si muero ahora, si el avión se estrella y no hago ninguna película más, si esa es la última imagen, me haría muy feliz, porque creo que es una gran imagen de él. Mientras su cama retrocede hacia el pasado.» [/spoiler]
Tras la entrevista, pudimos hablar brevemente con el director, ya dejando a un lado T2 Trainspotting. Danny Boyle desprendía un magnetismo especial. No solo hacia su persona, sino hacia la pasión en lo que hacía. Como si tuviera el don de mover algo en nosotros e invitarnos a también convertirnos en creadores de arte, no solo consumidores. Quizá no todo el mundo sintió lo mismo, pero esperamos os lleguen las sensaciones que intentamos transmitiros.
Eloy Rojano
[1] Referencia a Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez, uno de los principales exponentes del movimiento literario conocido como realismo mágico.