El 25 de julio de 2014, el que fue presidente de la Generalit de Cataluña durante 23 años, Jordi Pujol, confesó poseer una fortuna en el extranjero junto a su familia. Aquello no solo sacudió a la opinión publica, también supuso el hundimiento de su imagen y el mayor error táctico de su carrera.

El conocido como “caso Pujol”, vuelve a la palestra de la mano del ganador del Goya David Trueba y del productor audiovisual Jordi Ferrerons, con el estreno del documental “La Sagrada Familia”, disponible en HBO MAX. Producido por Lavinia Audiovisual, la docuserie consta de cuatro capítulos en los que se disecciona con lupa la trayectoria del creador de la denominada “identidad catalana”. A través de compañeros de partido, políticos, periodistas y magistrados, se repasa la trayectoria profesional de Pujol, desde sus inicios como activista durante el franquismo, a su ascenso y triunfo político.

«Tú,yo y Cataluña» 

Corría el año 1960 cuando un joven Jordi Pujol fue detenido por ser el autor del texto de unos panfletos antifranquistas, era el 19 de mayo y, tan solo unas horas antes, había tenido lugar lo que pasaría a conocerse como ‘Los Sucesos del Palau de la Música’. Aquello le valió una condena de 7 años de prisión de los que cumplió menos de la mitad.  Fue el comienzo de las pintadas de ‘Pujol Catalunya’ y de su alzamiento como mártir del régimen y protector de la cultura catalana. El nuevo nacionalismo catalán  comenzaba a colocar sus cimientos de la mano de su padrino. Porque para el colectivo popular y para los periodistas, políticos y activistas que se han condeado con él, Pujol es, ante todo, el creador de la identidad catalana.

Desmenuzando los datos de forma analítica, David Trueba y Jordi Ferrerons intercalan los recuerdos gráficos de los primeros años del creador de CiU, con los de aquellos que hicieron carrera junta a él. Con Franco vivo Pujol hizo país, con Franco muerto hizo política. Y no tardó mucho en convertirse en el precursor de la nueva Generalitat de Cataluña, que presidio desde 1980 y levantó de la nada con la ayuda de su mano derecha, Lluís Prenafeta. Si Jordi Pujol fue el arquitecto del nacionalismo catalán, Prenafeta fue el constructor.

Y así lo hacen saber todos los que se sientan frente a la cámara para alabar los méritos de un político de la vieja escuela que, según ellos, se valío de su carisma y su olfato de negocio para llevar a Cataluña a otro nivel. No tardarían en llegar las concesiones con el PSOE de Félipe González, las Olimpiadas del 92, la primera legislatura de Aznar, en la que su apoyo era parte imprescindible, y, entre medias, el ascenso imparable de su culto a la personalidad y la liturgia cultural que generó alrededor de la comunidad autónoma que presidia.

Herencia de familia 

Siguiendo una estructura líneal, los directores guían cronológicamente al espectador a través de la creación del pujolismo y el estallido del escándalo de los Pujol- Ferrusola. Una familia que los egos desmedidos de la política española han querido convertir en una dinastía maquiavélica, unos Corleone o un clan Kennedy. Datos, grabaciones, testimonios e imágenes de archivo, ilustran de forma esquemática como se fue tejiendo la telaraña de corrupción. Unas prácticas irregulares que ya venían de familia; desde el abuelo estraperlista hasta el nieto menor que blanqueaba capitales. 

Con esmero y calma, Trueba y Ferrerons hacen un buen trabajo técnico y de escritura. “La Sagrada Familia” es un documental bien narrado, con una condensación de información a través de los años que resulta fácil de entender. Los planos de los colaboradores son sencillos, prima su testimonio y se intercala con el momento histórico que se narra. El mayor fallo es el tono presente durante los 240 minutos que dura el documental. La falta de agallas se intuye desde el principio, con esa necesidad de justificar de forma reiterada el compromiso de Pujol con Cataluña, y buscando como responsables principales a los hijos del matrimonio y no a unos patriarcas que difícilmente eran ajenos a lo que ocurría en su propia casa.

Un desfile de cínicos

Llama la atención la forma de justificar el robo y la irregularidad. Figuras de la política y el periodismo como Pilar Rahola o Jordi Évole pecan de indulgencia a la hora de condenar las acciones de “el rey Pujol”. También lo hacen los ex presidentes del gobierno Felipe González y José María Aznar, que con cinismo reconocen el juego sucio que es la política; un gabinete de interés económico.  Por no hablar de Joseph Pujol Ferrusola que presenta la corrupción de su familia como actos inocentes sacados de un capítulo de «Peppa Pig».  

Por suerte hay opiniones de todo tipo, y el ensalzamiento inicial del ex presidente de la Generalitat decrece conforme avanzan los capítulos gracias, en buena parte, al testimonio de fiscales y periodistas que fueron víctimas de las prácticas de la familia y sequito del pujolismo. Diferentes puntos de vista que enriquecen la visión global de un clan que, junto a su círculo, crearon un pseudoestado dentro de otro en base a realzar de forma artificial el nacionalismo autonómico.

Un interesante proyecto audiovisual, dirigido de forma excelente, en el que HBO MAX se une al barco de narraciones de capítulos contemporáneos de la historia de España, como hizo anteriormente Amazon Prime con documentales como “El Desafío: ETA”.

¿Dónde y cuándo?

• Fecha de estreno: 24 de noviembre de 2022
• Plataforma de emisión: HBO Max
• Número de episodios: 4
• Duración aproximada: 50 minutos
• Te gustará si te gusta: Los docuthrillers políticos. 

Claudia Banqueri