CRÍTICA: DANDO LA NOTA 2, AÚN MÁS ALTO
Las Barden Bellas han vuelto. Tres años después, las chicas de DANDO LA NOTA regresan tras protagonizar una de las películas musicales de mayor calado en el imaginario popular de los últimos años. Han sabido mantener el tono, la frescura y, sobre todo, la forma. La segunda parte de la saga protagonizada por ANNA KENDRICK (INTO THE WOODS) es la perfecta continuación de las aventuras vividas en la primera en todos los sentidos: mantiene el humor ácido y en ocasiones absurdo y refleja la evolución de unas universitarias cada vez más preparadas para el mundo real. Y todo esto lo hace con un sinfín de números musicales, brillantina y algún drama romántico.
En esta ocasión las Barden Bellas tienen que enfrentarse a un nuevo reto. Después de triunfar durante tres ediciones en el campeonato universitario, un terrible y divertidísimo accidente las lleva hasta el Campeonato Mundial de Coros para restaurar su honor perdido. Los primeros minutos de DANDO LA NOTA: AÚN MÁS ALTO son sin duda la mayor apuesta de la película. En ellos hasta el propio presidente estadounidense BARACK OBAMA, junto a su mujer MICHELLE, participan en el espectáculo. Gracias a un montaje divertido y original, disfrutamos con una primera escena insuperable donde Amy ‘La gorda’ (REBEL WILSON) se encarga de echar el resto.
Después de este comienzo la película se extiende a lo largo de 115 minutos que, en ocasiones, pueden resultar excesivos, dando demasiado protagonismo a historias paralelas que no consiguen enganchar del todo o que, simplemente, no están a la altura de los gags de la primera parte de la saga. Sucede con un nuevo personaje protagonista: Emily (HAILEE STEINFIELD). La nueva Bella no resulta tan carismática como el resto de la plantilla de voces a capella. Emily es el relevo generacional que la saga necesita, pero no brilla por sí misma como sí lo hizo ANNA KENDRICK dando vida a Beca en el anterior film.
Mientras todo ocurre, la trama se salpica de docenas de buenos chistes. Al parecer, el resto del mundo odia Estados Unidos y por eso jamás podrán ganar el Campeonato Mundial. Sin olvidar la caricatura que hace a la industria musical y la divertida aparición del mismísimo SNOOP DOGG cantando villancicos. Todo esto a modo de autocrítica suave, sí, pero patente. El guión también deja líneas para ironizar sobre el papel de la mujer tras la universidad, que según la cinta no es otro que el de cuidar la casa y satisfacer a su marido. Estos comentarios en su mayoría los lanza la pareja de locutores formada por JOHN MICHAEL HIGGINS y ELIZABETH BANKS, narradores de la competición y responsables de muchas de las carcajadas que soltamos durante la película. Esta última, ELIZABETH BANKS, se estrena al frente de la dirección de DANDO LA NOTA, logrando con éxito continuar con el universo absurdo y carismático que consiguió JASON MOORE en la primera.
Y es que quizá ese sea uno de los mayores puntos débiles de DANDO LA NOTA 2. En ocasiones sentimos que los roles han sido menos explotados en esta ocasión, limitándose a continuar la historia sin aportar iconos nuevos. Un personaje con tanta fuerza como Amy ‘La gorda’ parece haber perdido fuelle y su historia de amor con Bumper (ADAM DEVINE) a ratos hace aguas. Beca, por su parte, tiene que lidiar una vez más con sus aspiraciones personales al margen del grupo y su continuación en las Bellas, algo que ya hacía en la anterior película. Quien sí supone un acierto es la introducción de Flo (CHRISSIE FIT), una chica latina que a través de sus comentarios retrata de forma divertida los estereotipos que se tienen sobre la inmigración en Estados Unidos.
En el plano musical, la compilación de temas funciona de manera sobresaliente, aunque a ratos parezca una lista de éxitos de temporadas pasadas, aunque recientes. Temas como WRECKING BALL de MILEY CYRUS o TIMBER de KESHA nos hacen vibrar en el asiento y las Bellas los defienden como si fuesen propios. Los números musicales son lo mejor de la acción narrativa, con batallas musicales incluidas. Y el colofón final, aunque previsible, salva los muebles de esta paródica representación de los concursos de canto. Pero las protagonistas en este campo no son solo las Bellas. La introducción de una banda rival como Das Sound Machine, procedente de Alemania, explora nuevos registros en el canto a capella con resultados que son un auténtico gustazo para el espectador.
Entre canciones, momentos románticos y experiencias vivificantes de juventud, asistimos a casi dos horas de puro entretenimiento, donde el espectador puede ejercer de juez implacable y condenar a las Bellas al olvido, o relajarse en su butaca y dejarse arrastrar por el hilarante universo de DANDO LA NOTA, en ésta y en todas las secuelas que puedan venir.
LO MEJOR:
- Comienzo insuperable
- El sonido de Das Sound Machine
- La autocrítica estadounidense y la parodia de la industria musical
LO PEOR:
- Roles, con mucho, más explotables
- Tramas secundarias que hacen decaer el ritmo
- Mera continuación de la primera