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Crítica de Yuukoku no Moriarty destacada - El Palomitrón
ANIME / MANGA CRÍTICAS REDACTORES

YUUKOKU NO MORIARTY: EL COLOR ESCARLATA DE LA REVOLUCIÓN

No cabe la menor duda de que el novelista de origen escocés Arthur Conan Doyle fue, y continúa siendo a día de hoy, uno de los autores más distinguidos y mediáticos de la historia de la literatura. La creación y el éxito de las aventuras del icónico detective Sherlock Holmes llevaron al estrellato a un autor cuya trayectoria no se reduce solamente a ello. Los cincuenta y seis relatos y las cuatro novelas que conforman el universo canónico de Sherlock Holmes son el magnus opus de Doyle, uno que eclipsa en gran medida el resto de un rico y variado repertorio de obras que oscilan entre la ficción y la política, la poesía o el género bélico y paranormal. Con Sherlock Holmes, Arthur Conan Doyle creó a una bestia y a su particular némesis; una de la que, parece ser, intentó librarse mediante un final a la altura y la actuación del personaje de James Moriarty. Un escenario y un recurso narrativo insuficientes para aplacar la presión corporativa de la editorial y la de un público para nada complaciente.

Ni la voluntad de Doyle ni el papel de Moriarty fueron determinantes para marcar el último punto en aquel relato titulado «El problema final». Sherlock regresó, y con él la gallina de los huevos de oro seguía procurando éxito tras éxito. Desde entonces, el personaje del profesor James Moriarty ha sido objeto de estudio y ficción para muchos y muy diversos autores. El hermetismo y misterio alrededor del personaje creado por Arthur Conan Doyle ha servido como fuente de interés e inspiración en la creación de productos de entretenimiento audiovisual como Sherlock Holmes: Juego de Sombras, Sherlock Holmes (BBC One) o la serie de marras: Yuukoku no Moriarty (Moriarty the Patriot); un proyecto que traslada el material original firmado por Ryosuke Takeuchi (All You Need is Kill) en materia de guion y Hikaru Miyoshi (Psycho-Pass) a cargo de la ilustración.

Crítica de Yuukoku no Moriarty Moriarty - El Palomitrón

Ojos color escarlata

La responsabilidad recae en el estudio Production I.G, quien debe saber tratar el suspense y el intelecto originales y llevarlos a buen puerto en su formato. Y es que a pesar de beber de la novela criminal, Yuukoku no Moriarty se aleja de algunos tópicos al construir su narrativa en torno a un protagonista amparado bajo la sombra de la figura del antihéroe. Alguien que con tal de lograr un fin que considera noble, hará lo que sea necesario. Para comprender en mayor grado la psique y la motivación del emblemático personaje literario es necesario llevar a cabo una retrospectiva a su pasado, y eso es precisamente lo que hace Yuukoku no Moriarty. Por medio de elipsis, la producción alterna entre un Moriarty en la veintena que ejerce como profesor de matemáticas en la universidad y un pequeño huérfano sin linaje real con un intelecto y un magnetismo proclives a cambiar el mundo o, al menos, intentarlo a toda costa. Pero, como deja bien claro el guion de la serie, en la Inglaterra del siglo XIX —como en la actualidad— sin capital y posición social no eres nadie. De poco o nada sirve una férrea convicción o un gran intelecto si no hay recursos de por medio. Ya lo dijo Quevedo: «Poderoso caballero es don dinero».

Sin embargo, la situación del joven huérfano cambia cuando Albert James Moriarty, primogénito de la familia aristócrata Moriarty, encuentra en él el vehículo idóneo para verbalizar y hacer realidad sus deseos más íntimos; unos que abogan por un profundo cambio, una revolución a nivel social con el último fin de procurar una mayor igualdad y sanear la corrupción imperante en las altas esferas. De huérfano a aristócrata, William James Moriarty es, aparte de profesor, lo que él denomina «asesor del crimen». El maestro titiritero de una gran función que toma Londres como escenario y la alta alcurnia de su sociedad como simples marionetas

Crítica de Yuukoku no Moriarty Albert William Lewis - El Palomitrón

Yuukoku no Moriarty es una ficción que se aprovecha del hermetismo y soberano desconocimiento acerca del pasado y las motivaciones del personaje, así como de su trayectoria hasta alcanzar el estatus de mente maestra del crimen. Su esfuerzo es precisamente ese, otorgar un trasfondo y seguir sus pasos desde que no es más que un huérfano perteneciente al estrato social más bajo. Fiel reflejo del retrato dickensiano de la juventud de la época, Moriarty logra escapar de un aciago futuro para convertirse en aquello que más odia. Con la diferencia de que, en sus manos, el poder cobra otros significados.  

El infierno está vacío y todos los demonios están aquí

La importancia a la hora de recrear el contexto y periodo histórico queda manifiesta desde los primeros compases de la producción. Al descubierto quedan la mezquindad, arrogancia y superioridad de una aristocracia y unos altos cargos que abusan del poder y cruzan la delgada línea de la humillación asiduamente. La Inglaterra del siglo XIX es una de claros contrastes, una donde un ínfimo porcentaje de la población que se ahoga en su riqueza y privilegios tiene un enorme poder de control y decisión sobre el mundo; y una donde una prominente proporción de la misma se ahoga en su miseria y está sentenciada desde su nacimiento. Un sistema societario que crea demonios y que diferencia el valor de la vida de las personas según su condición. El conde que asfixia a impuestos y elevadas rentas a los agricultores que trabajan sus terrenos o el aristócrata que protege sus intereses y comodidades aunque sea necesario acabar con vidas ajenas son ejemplos de la calaña que envenena la sociedad. Una que, a fin de cuentas, no dista en demasía de la actual. 

Crítica de Yuukoku no Moriarty Moran - El Palomitrón

Moriarty busca la exposición y el escarnio público, someter al privilegiado y airear los trapos sucios y crímenes a una sociedad que necesita abrir los ojos. Representa la chispa que ansía prender e incendiar los cimientos que sostienen un sistema de clases causante de discriminación. Es el equivalente a un Robin Hood que se encarga de ayudar al oprimido y azotar a la nobleza, sin importar el método necesario. Pero siempre al detalle, llevado a cabo bajo un cálculo y preparación milimétricos. Se trata de cometer el crimen perfecto. Pero para realizar los pertinentes movimientos y ejecutar el jaque mate, la mente brillante del crimen debe codearse de valiosos aliados, de socios dispuestos a zambullirse en la oscuridad de sus actos con tal de lograr el tan ansiado fin. Personajes como Albert o Lewis, sus respectivos hermanos; Fred, un adolescente criado en los suburbios o el coronel Moran, personaje existente en la obra original de Doyle, son la pólvora con la que Moriarty carga su arma.  

Elemental

Pero, ¿qué ocurre con Sherlock Holmes? ¿Cuál es su papel dentro de una ficción protagonizada, precisamente, por su enemigo jurado? El emblemático asesor detective afincado en el 221B de Baker Street, como no podría ser de otra forma, tiene una más que notoria repercusión en la historia. Si Yuukoku no Moriarty explora los comienzos de William Moriarty como asesor del crimen, también hace lo propio con el asesor de Scotland Yard. Las peculiaridades en torno al personaje de Doyle se han trasladado tomando ciertas licencias y ofreciendo una versión menos asocial, pero igualmente excéntrica. Holmes y Moriarty no dejan de ser dos almas gemelas, dos mentes brillantes condenadas a enfrentarse y retorcerse en el fango de lo intelectual mientras una de las dos se alce con la victoria absoluta. Uno en busca del crimen perfecto, de sanear con el color de la sangre la podredumbre clasista de una nación; el otro, empeñado en la resolución de cualquier enigma que se precie, cuanto más intrincado mejor. 

Crítica de Yuukoku no Moriarty Sherlock Holmes - El Palomitrón

Yuukoku no Moriarty realiza un gran trabajo de reinterpretación tanto de actos como personajes de la obra original, pero también a la hora de crear una diégesis propia. Se acoge a una estructura narrativa que bebe del procedimental policíaco, pero subvertiendo muchas de sus facetas. Si en cualquier ficción de esta índole el leitmotiv es el seguimiento de una serie de pistas que conducen al descubrimiento de la identidad del asesino, Yuukoku no Moriarty opta por centrarse en el asesinato per se, en todos los detalles hasta que se lleva a cabo y en el porqué del mismo. La obra basa su desarrollo argumental en la sucesión de breves casos autoconclusivos perpetrados bajo una óptica que no estamos acostumbrados a ver en ficción. Pequeños pasajes que sirven también como vehículo de presentación e interacción entre el elenco de personajes, pero que, a decir verdad, adolecen de cierta insustancialidad y demandan de una mayor extensión para ganar en empaque, interés y solidez narrativa. Hecho que, probablemente, se vea enriquecido con la inclusión de Holmes en la ecuación y el consecuente juego del gato y el ratón entre ambas personalidades

El nuevo trabajo de Production I.G es uno muy marcado por las características de su tono original, presentando un ritmo narrativo lento y una abundante carga de diálogos. El componente de acción que podrían tener muchos de sus congéneres se ve prácticamente mermado a favor del intelecto con el que se abordan las diferentes situaciones. Bajo un escenario y un telón de fondo realmente atractivos, lo cierto es que Yuukoku no Moriarty podría explotar con mayor violencia gráfica todo el acervo de turbiedad, inmoralidad y lujuria de las clases altas, así como hacer uso de los recursos de su formato para distanciarse en mayor grado del manga original. Porque a la adaptación de Production I.G le ocurre algo similar a adaptaciones como Dr. Stone: productos audiovisuales que pueden resultar redundantes y tediosos para quien haya leído el material original debido a la falta de dinamismo y a una pobre experimentación con la forma. Aun con todo, Yuukoku no Moriarty probablemente hará las delicias de todo aquel que no haya leído el trabajo original y sienta cierta debilidad por la obra de Doyle, la Inglaterra del siglo XIX, la utópica lucha por la abolición de las clases sociales y por unos personajes increíblemente atractivos. 

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1 COMENTARIO

  1. Desde que alcancé a leer uno de tus reviews acerca de Psycho Pass es más que interesante seguir leyéndo los análisis que les brindas a los animes. Considero que es elemental acompañar las series con una estructurada observación y crítica hacia las mismas y en el caso de Yuukoku no Moriarty es más que una ventaja para aventurar a todos aquellos escépticos de introducirse en el mundo creado bajo la mente de A.C.Doyle y brindarle un empujón y conocer más acerca de lo que encierra la perspectiva tanto del afamado Sherlock como ahora de la ideología que se construye bajo la visión de Moriarty en éste anime.

    Poseo altas expectativas desde que comenzó a emitirse el anime y hasta el capítulo actual sigo convencida de que están haciéndo un trabajo de calidad.

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Intento de muchas cosas y una de las piezas que hacen funcionar la sección manganime. Ávido lector de manga, enamorado de la tinta y de la tragedia de Sui Ishida. Firme defensor de la industria como arte y la abolición de estúpidas etiquetas.