¿A QUÉ ESTÁS ESPERANDO?: EROTISMO PARA TODOS LOS PÚBLICOS
Atresmedia está de celebración. El pasado miércoles 16 de octubre, la alfombra roja se desplegó en los Cines Callao, en pleno centro de Madrid, para recibir al elenco de su nueva producción audiovisual.
¿A qué estás esperando? es una comedia erótico-romántica. La pareja protagonista la componen Rubén Cortada (El Príncipe) como Can y Adriana Torrebejano (Cristo y Rey) como Sonia, dos almas independientes que han renunciado a encontrar a la persona que los complemente.
La ficción está producida por Buendía Estudios Canarias y Diagonal TV. Aunque está destinada al prime time de Antena 3 en una fecha aún por anunciar, a partir del día 20 de octubre puede verse su primer capítulo en Atresplayer.
Se trata de la primera adaptación audiovisual de una obra de Megan Maxwell, autora con más de cinco millones de ejemplares vendidos. ¿A qué estás esperando? fusiona dos historias de un mismo universo literario: Tampoco pido tanto y la homónima ¿A qué estás esperando?, ambas publicadas por la editorial Esencia entre 2019 y 2020.
Las historias de Megan Maxwell suelen caracterizarse por adictivas, además de implicar enseguida al público en la dinámica entre sus protagonistas. Todo está envuelto en una atmósfera cómica en ocasiones irreverente, en ocasiones surrealista.
Menga Maxwell está particularmente contenta con el trabajo de Atresmedia para la adaptación de ¿A qué estás esperando? Como confesó poco antes de su proyección en Callao: Mientras veía el capítulo, veía mi novela.
Una cena familiar debería ser sinónimo de alegría y tranquilidad. Sin embargo, para Can y Sonia solo implica caos y destrucción. A pesar de sus treinta y largos años, a los dos les sigue importando demasiado lo que sus respectivas familias piensen de ellos. Sus padres quieren que asienten ya cabeza, a ser posible con alguien de buena estirpe. Por eso ambos siguen yendo a las humillantes cenas.
En este escenario de falsas apariencias y tensiones escondidas se conocen Can y Sonia. Ella ni siquiera estaba invitada a la ocasión, ya que sus padres la consideran un caso perdido; es precisamente su rebeldía y desparpajo lo que atrae la atención de Can, a lo que pocas cosas a estas alturas le sacan de su escepticismo vital.
Él es un atractivo piloto, heredero de la empresa aérea familiar. Por otro lado, Sonia es madre soltera, dueña de una empresa de cáterin. Su intención de encontrar el amor es nula; si asiste a la cena, es para boicotear la tradición familiar y salvar a sus hermanas de su madre.
Poco a poco, lejos de la mirada juiciosa de los progenitores, Can y Sonia descubrirán que tienen mucho en común. No solo por los clubs nocturnos que frecuentan, en los que dan rienda suelta a sus deseos y fetiches, sino por los miedos y bloqueos que llevan tanto tiempo arrastrando.
Por otro lado, Francisco Ortiz (Memento Mori) es Daryl, un piloto íntimo amigo de Can. El hombre está dispuesto a renunciar a su vida anterior para comprometerse con Carol, el personaje que encarna Eva Ugarte (El otro lado), una azafata que conoció durante los largos trayectos aéreos.
Tras una época de encuentros clandestinos ―muchos de ellos en los diminutos baños del avión de turno―, ambos deciden dar un paso más en su relación. No obstante, descubrirán que la atracción y el amor no son suficientes: también hay que comprometerse.
Amor por los clichés
La dinámica que surge entre estas parejas atrae la atención del espectador desde el principio. ¿A qué estás esperando? llega a nuestras pantallas para como alegría y evasión durante los cincuenta minutos que dura cada capítulo.
Su premisa anticipa el desastre emocional: flechazos, malentendidos, discusiones, salseos varios… A la autora le gusta jugar y explorar los clichés, y eso se ha trasladado ahora a su adaptación. A pesar de que muchos acontecimientos y giros podemos intuirlos, lo importante es el viaje interior que emprenderán sus personajes.
En otras palabras, el cómo: ¿Cómo se darán cuenta estos personajes de que están pillados el uno por el otro? ¿Cómo tratarán de autoboicotearse?
Uno de los mayores logros de la producción es mostrarnos situaciones aparentemente ya conocidas y que nos resulten frescas; a destacar el trabajo de Adriana Torrebejano, a la que vemos moverse en la comedia con soltura.
Todos los elementos favorecen el envoltorio erótico-festivo: la atmósfera chispeante, la fotografía, donde predominan los colores vivos o la BSO con marcados ritmos exóticos.
Sin embargo, entre todo este embalaje podemos encontrar mensajes importantes, tratados de forma más o menos sutil.
La familia, ¿bendición o maldición?
Sonia y Can pertenecen a familias adineradas. Han podido hacerse a sí mismos sin preocupaciones económicas, sin prisas, aunque con el peso de las expectativas. Como él, que supuestamente va a heredar la empresa, algo que no parece hacerle especial ilusión.
Sin embargo, ¿son suficientes estos privilegios para compensar… lo no tan bueno, por decirlo de alguna manera?
Otro de los temas centrales de la historia es el conflicto generacional. ¿Cómo se enfrentan personas de la generación de los padres de Can y Sonia a las nuevas formas de amor y sexualidad del siglo XXI?
¿Y cómo se enfrentan Can y Sonia a las contradicciones que, en ocasiones, estos nuevos patrones sexoafectivos presentan?
Los personajes son el pilar fundamental. También los secundarios, para los que hay una larga lista. Pero nada de que el espectador pueda perderse: bastan unos instantes en pantalla para definirlos, lo que hace que cada uno de estos secundarios se desarrolle en su justa medida sin eclipsar a los protagonistas.
Es el caso de la madre de Sonia, encarnada por Llum Barrera (La caza: Tramuntana), que enseguida nos transmite su carácter rígido; o el caso de Antonia de San Juan (La que se avecina), parte de la familia de Carol: durante el primer capítulo, solo oímos su voz, pero es suficiente para presagiar otro perfil poco común.
Completan el elenco Manu Baqueiro (Amar es para siempre), Aria Bedmar (El silencio), Alba Planas (La virgen roja, SKAM) o María de Nati (Entrevías), entre otros.
El placer femenino, en el centro
Las historias de Megan Maxwell se caracterizan por un alto contenido erótico. La autora fue una de las primeras en romper los esquemas del género romántico. Situó el placer de las mujeres en el centro y contribuyó a que el tema fuera menos tabú.
Si algo nos queda claro nada más ver los primeros minutos del primer episodio es el peso del sexo en la historia. Durante el primer capítulo, ya encontramos más escenas eróticas que en toda la temporada de muchas series.
Esto convierte ¿A qué estás esperando? en una comedia romántica menos convencional.
La vulnerabilidad ante el otro
Esta historia nos recuerda la importancia del amor para crecer, para superar nuestro dolor más escondido. Sonia y Can parten de una postura negativa; Daryl y Carol, en cambio, ya lo han encontrado, pero en ocasiones amarse no es suficiente para que una relación funcione.
Los cuatro aprenderán (quizá) que solo aceptando la vulnerabilidad y poniendo sus temores sobre la mesa serán capaces de acceder, por fin, a una relación sana. Los personajes aprenderán a lo largo de la serie sobre identidad, sexo y amor. Sobre la vida, en definitiva.
¿A qué estas esperando? conquistará a los miles de seguidores que Megan Maxwell se ha ganado en nuestro país a lo largo de los años y sumergirá desde las primeras tomas en su universo a los nuevos espectadores.
Gustará a los habituales del género romántico, pero también a los que simplemente busquen un rato de evasión.
A partir del domingo 20 de octubre puedes ver el primer episodio en exclusiva en Atresplayer. Su lanzamiento en abierto en Antena 3 está prevista para antes de que acabe el año.
La temporada contará con 8 episodios de una duración aproximada de 50 minutos.