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56SITGES: LA ÚLTIMA NOCHE DE SANDRA M.

ANTECEDENTES

Era 1958 cuando Sandra Mozarowsky hizo su primera película, El otro árbol de Guernica, y tenía 18 años cuando murió al caer de un cuarto piso el 14 de septiembre de 1977. Borja de la Vega hizo hace dos años su primera película, Mía y Moi, una historia sencilla sobre dos hermanos que en unos días de verano se enfrentan a sus miedos, sus antiguos y nuevos amores, sus debilidades y sus fantasmas. Ubicada en el mismo ambiente intimista, De la Vega vuelve en este ecuador del 56 Festival de Sitges a esos ambientes cálidos y, a la vez, inquietantes, para contarnos de una forma libre la historia, como reza el inicio de la película, de una chica de 18 años que sólo quería ser actriz.

LA PELÍCULA

En ocasiones con hasta seis películas por año, Sandra Mozarowsky tuvo una carrera dilatada pese a su pronta edad y dejó tras de sí sus ganas de vivir y de ser alguien más que una actriz del destape. Su cuerpo, que le provocó en ocasiones más melancolía que alegrías, le permitió abrir las puertas del cine español hasta que dijo basta y decidió poner punto y final a su vida de actriz del destape para estudiar en Londres, formarse como actriz de valía y regresar a España con la esperanza de ser una actriz que mereciera la pena más allá de su cuerpo. Un embarazo no deseado y las persecuciones a las que se vio sometida por llevar dentro el fruto de alguien mucho más poderoso que ella acabaron con la vida de una chica que sólo quería ser actriz, una chica de 18 años con sus sueños, sus ganas de ir a la playa con amigas y su ansia de comerse el mundo entero y ser alguien en la vida.

Borja de la Vega realiza una película que sigue la estela de Mía y Moi creando un producto igual de intimista y sincero sobre una chica de 18 años y los sueños que quiere perseguir y nos demuestra que ha escalado peldaños respecto a su última película. La última noche de Sandra M. es un regalo para todo aquel que quiera observar el mundo desde una perspectiva distinta y una superación de Mía y Moi que permite entender a un director que cada vez tiene más cosas que contar.

Sustentado sobre una interpretación total de Claudia Traisac, que se desvive en un papel que devora la pantalla, el filme es una disertación sobre la juventud que todavía tiene todo el mundo entero por delante y, de paso, una crítica feminista al sistema machista sobre el que todo se levanta. Traisac nos demuestra papel tras papel que su talento no conoce límites. Su interpretación de Sandra Mozarowsky, que en unos pocos minutos es capaz de pasar de la euforia de una adolescente de 18 años a la rabia aderezada por la tristeza de aquello perdido y luego al arrepentimiento más sentido, es uno de los regalos que nos ha aportado esta edición del Festival de Sitges, junto a la esperanza de que esta actriz siga ejecutando papeles cada vez más complejos como este.

La última noche de Sandra M. es un regalo para entender la juventud y sus anhelos, pero también una crítica feroz a un sistema triturador de carne que sólo ve en las mujeres cuerpos sobre los que proyectar las frustraciones, la ira y el dominio de los hombres. Cuando los créditos finales aparecieron en la pantalla, el aplauso sostenido de varios minutos en aquella sala de Sitges demostró que la película era un homenaje a una chica, al cine de una época, a las mujeres que lo llenaron y un trabajo inmenso de una actriz que merecería llenar muchos más papeles del cine español. Borja de la Vega ha acertado con una película que contando muy poco contiene todo un mundo.

ELLOS Y ELLAS

Pese a que el peso de la película recae principalmente en Claudia Traisac, su amiga Inma es interpretada por Georgina Amorós, Nicolás Illoro en el papel de repartidor, Pep Ambrós en el de reportero fotográfico y Ramon Pujol como el insaciable director de cine con el que todavía tiene pesadillas la protagonista, entre muchos otros rostros más que se aparecen en la película como fantasmas de las viejas navidades para recordarle a la protagonista quién es.

LA SORPRESA

Descubrir que Claudia Traisac es capaz de llenar un papel tan inmenso como esta Sandra M.

LA SECUENCIA/EL MOMENTO

El momento final en que ella, en su balcón escuchando los ruidos de la noche sola en casa, escucha el timbre de la puerta y gira su rostro, momento en el que todos sabemos qué va a ocurrir aunque la pantalla se funda en negro.

TE GUSTARÁ SI…

  • Aprecias los filmes intimistas que cuentan mucho en espacios cerrados.
  • Estás interesado en un aspecto más visceral del cine del destape y de su impacto en las mujeres.

LO PEOR

  • Que quizás para algunos esas críticas al sistema patriarcal sean demasiado directas y se nos muestren totalmente desnudas.
  • Que puede ser una película que por su ambiente cálido e intimista aleje a muchos que buscan un producto mucho más dinámico.

Javier Alpáñez

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