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25FCM: CÓDIGO EMPERADOR

ANTECEDENTES

Con las dos fantásticas temporadas de Hierro a sus espaldas, Jorge Coira se asoma con Código Emperador a las cloacas del poder y su juego sucio que se ejerce desde el poder fáctico para que todo quedé en control de los oscuros intereses que habitan en los rincones más oscuros del sistema. Un tema central y estrella del thriller como género, que siempre ha gozado de una buena recepción por parte de una audiencia que queda tan lejos del epicentro de las tramas como extasiada ante la idea de que todo su presente puede estar dictado y revisado por intereses ocultos que sirven como instrumento para que seamos fáciles de pastorear y solo atendamos a los discursos oficiales que en los medios encuentran a sus notarios particulares.

LA PELÍCULA

La trama de Código Emperador ni es nueva ni guarda ninguna seña de identidad que la haga diferente a las docenas de propuestas nacionales e internacionales que el cine nos brinda cada año. La historia de Juan, un trabajador en la sombra de los servicios secretos, es la historia de una persona que vive en la soledad, volcado en su trabajo y sin ningún lazo u obligación adquirida que pueda poner en peligro una escapada en cuestión de segundos, un viaje a cualquier punto del planeta o directamente desaparecer del mapa. Toda su vida cabe en una maleta, y Código Emperador comienza cuando se cruza con Wendy, otra persona que también podría empaquetar toda su vida en otra maleta para comenzar de nuevo en cualquier parte del globo.

Porque según avanza el metraje nos damos cuenta de que toda la teleraña de corrupciones varias, chantajes y maniobras en la oscuridad son solo un mero teatro para que la película centre el foco en la relación entre ambas almas, y cómo el amor puede brotar en los jardines más estériles. Especialmente si hablamos de almas gemelas, en cuanto a la pérdida de sueños y anhelos se refiere.

Una historia de amor que puede quedar eclipsada para la audiencia por el telón de fondo de Código Emperador y su adictiva temática de corrupción y extorsión asentadas en los poderes menos mediáticos del sistema, que es en cualquier caso y a su vez el elemento con más fuerza de la película para mantener el interés, pues aunque no hay nada nuevo que contar todo sigue funcionando, como aquellas historias  que ya hemos oído cientos de veces y siguen entreteniéndonos una vez más moldeando nuestra tradición oral particular.

Porque una cosa es verdad, la película es entretenida (qué gustazo lo de los 104 minutos frente a los metrajes que en los últimos años estamos aceptando a base de palomitas, gominolas, cafeína, Lorazepam o lo que toque) y aunque su diseño de producción navega entre lo fílmico y lo televisivo, con algunos desequilibrios muy evidentes en su puesta en escena, el conjunto termina por ser consumido sin problemas por el espectador, aunque es bastante seguro que el recuerdo sea efímero por la ausencia de personajes, momentos o líneas de diálogo memorables.

ELLOS Y ELLAS

Pese a que la película cuenta con un reparto extenso, una vez terminado el visionado el poso se lo llevan Luis Tosar, que aunque su trabajo desprende una actuación meramente de oficio su calidad como actor siempre deja huella. Mucho más interesante es el trabajo de Alexandra Masangkay (cuya cara le sonará a medio planeta gracias al éxito de El Hoyo en Netflix) dando vida a la hermética, y también misteriosa, Wendy; una mujer capaz de llamar la atención de Juan y convertirse en algo más que una herramienta para que este consiga sus objetivos. Sus momentos juntos son lo mejor de la película, y en este apartado la actriz convence con su construcción de personaje, pese a aparatoso escenario de escuchas, vigilancias y jugadas que rodean a su personaje. El resto del reparto, Arón Piper, María Botto o Miguel Rellán, entre otros firman actuaciones tan anecdóticas como sus propios personajes.

LA SORPRESA

No cabe reseñar mucha sorpresa en este título, más allá de que con una mirada adecuada nos encontremos ante una historia de amor y el encuentro de dos almas en soledad y no ante el thriller puro y duro que teníamos en mente.

LA SECUENCIA/EL MOMENTO

La secuencia del futbolista que ha partido la cara a su novia en su casa y los espectadores poniéndole nombre y apellidos mentalmente.

TE GUSTARÁ SI…

Eres fan de las historias de conspiraciones, de Luis Tosar en general y de los thrillers patrios

LO MEJOR

  • Alexandra Masangkay
  • Entretiene lo suyo

LO PEOR

  • El carácter efímero de la propuesta
  • Algunos desajustes en la producción

Alfonso Caro

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Alfonso Caro Sánchez (Mánager) Enamorado del cine y de la comunicación. Devorador de cine y firme defensor de este como vehículo de transmisión cultural, paraíso para la introspección e instrumento inmejorable para evadirse de la realidad. Poniendo un poco de orden en este tinglado.