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CRÍTICA: BARCELONA, NOCHE DE INVIERNO

¿Quién no recuerda con emoción las Noches de Reyes cuando era pequeño? Los nervios, las ganas de irse a dormir pronto y de que (por favor) no tardara mucho en hacerse de día… Pocas noches hay tan mágicas en el año como esa, ¿no es cierto?  Pero como ocurre con todo en esta vida, cuando crecemos nos damos cuenta de la cruda realidad e inmediatamente, esa ilusión, se esfuma.

Por suerte, existen en nuestro país directores como DANI DE LA ORDEN, quien ha querido que los adultos vuelvan a recuperar la ilusión en la noche del 5 de enero (al menos, en la gran pantalla) y la ha escogido como telón de fondo para BARCELONA, NOCHE DE INVIERNO, segunda entrega de la encantadora BARCELONA, NOCHE DE VERANO, que consiguió el Gaudí 2014 a la mejor música original, así como dos nominaciones (a mejor película y mejor montaje).

Aunque todavía desconocemos si BARCELONA, NOCHE DE INVIERNO conseguirá repetir éxito en los Gaudí, lo que sí se puede afirmar plenamente es que hay algo que sí ha repetido: volver a engancharnos (y emocionarnos) de principio a fin. Y es que, a pesar de no tratarse de un formato novedoso (nos encontramos, otra vez, con seis historias entrecruzadas con una noche barcelonesa como nexo común), BARCELONA, NOCHE DE INVIERNO nos ha seguido pareciendo la misma obra espontánea y mágica que nos pareció su predecesora. Y esto, en el desgastado género de la comedia romántica, se nos antoja muy resaltable.

Una señora de ochenta años que confiesa a su familia la relación sentimental que tiene con su mejor amiga, el rey Melchor saltando desesperado de una carroza para buscar a una mujer a la que no veía desde hace veinte años, un chico enamoradizo que intenta convertirse en todo un fucker aconsejado por un amigo, una mujer en busca del antiguo y verdadero amor de su abuela, o las ya conocidas historias de Laura (BÁRBARA SANTA-CRUZ) y CARLES (MIKI ESPARBÉ), ahora padres de una niña, y de ADRIÁN (CRISTIAN VALENCIA) que, casualmente, vuelve a fijarse en la misma chica que su amigo Ángel (ARTUR BUSQUETS), son las premisas de las que parte BARCELONA, NOCHE DE INVIERNO para conseguir enamorarnos tanto o más que hace dos veranos.

Si bien es cierto que hay una mínima parte del reparto que, quizá, flojea un poco más de lo debido, caras nuevas como las de VICKY LUENGO (LA PECERA DE EVA), ALBERTO SAN JUAN (LA IGNORANCIA DE LA SANGRE) o BERTO ROMERO (OCHO APELLIDOS CATALANESse unen a las ya conocidas de SANTA-CRUZ, ESPARBÉ y VALENCIA para conseguir que se nos olvide lo poco que no nos ha acabado de convencer.  Y lo consiguen, (¡vaya si lo consiguen!) Aunque, hablando de caras ‘veraniegas’, para ser francos, quizá más de uno eche de menos que el cameo de BERNAT SAUMELL en esta cinta (aportando la misma cordura, siempre de agradecer, que aportaba en EL CADÁVER DE ANNA FRITZ) fuera un tanto más largo y que ocurriera lo propio con ÀLEX MONNER (SOLO QUÍMICA) , del cual habríamos querido disfrutar tanto como lo hicimos con su historia con LUIS FERNÁNDEZ (MAR DE PLÁSTICO) en la cinta predecesora.

Si todo ello lo aderezan con la música de JOAN DAUSÀ, que ya nos enamoró en NOCHE DE VERANO, y con el mismo estilo de montaje… señores románticos empedernidos, tenemos un mensaje para vosotros: BARCELONA, NOCHE DE INVIERNO es una cita obligada. Y esperad, porque nos atrevemos a decir más: señores no románticos, BARCELONA, NOCHE DE INVIERNO… también es una cita obligada.

Lejos quedan los dramas ‘lacrimógenos’ que buscan que acabemos con una caja entera de pañuelos de papel o las historias de amor que pretenden que cosechemos frases que escribir más tarde en nuestro estado de Facebook: BARCELONA, NOCHE DE INVIERNO sabe realmente cómo tratar el tema del amor de forma que los románticos salgamos de la sala todavía más enamorados del amor si cabe, y que, los menos románticos, empiecen a serlo aunque solo sea durante un rato. Consigue que nos identifiquemos con sus historias, tan realistas, frescas y naturales que una parte de nosotros sabe que, perfectamente, nos podrían ocurrir a nosotros. Y, entre nosotros: no hay mejor sensación después de ver una película romántica que pensar que lo que acabamos de ver en pantalla podría pasarnos un día a nosotros. Porque, no nos engañemos: no importa cuán románticos seamos para admitir que, al final, lo que verdaderamente mueve el motor de nuestra vida, lo que nos impulsa en muchas ocasiones a seguir hacia adelante… es el amor. El amor a la familia, a los amigos, a tu pareja… Pero, sea como fuere, amor a fin de cuentas.

Amor que DANI DE LA ORDEN nos hizo experimentar en verano, que ahora vamos a poder experimentar en invierno y que… ¿Os confesamos algo? Esperamos también poder experimentarlo en las dos estaciones que nos quedan. Mientras tanto, nos contentaremos con su próxima cinta, EL PREGÓN, que con BERTO ROMERO y ANDREU BUENAFUENTE a la cabeza promete hacer de DE LA ORDEN un director con mucho que decir en el género de la comedia.

LO MEJOR

  • Que, a pesar de repetir formato y algún que otro personaje, la cinta no nos parezca para nada repetitiva.
  • Su frescura y realismo a la hora de contar las historias.
  • La banda sonora de JOAN DAUSÀ

LO PEOR

  • Que no vaya a poder proyectarse en tantos cines como debiera.
  • Algún altibajo en el reparto.
  • Hay historias, como la de los amigos Ángel y Adrián, a las que nos habría gustado que se les sacara más jugo.

Silvia Martínez

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Ally McBeal fue la primera serie que vi y el personaje de Robert Downey Jr. del primero que me enamoré. A partir de ahí, periodista, cinéfila, seriéfila y una mezcla entre Bridget Jones y la niña de El exorcista en mis ratos libres. Actualmente, en busca de un pacto con el diablo que me otorgue más años de vida para ver todo lo que me queda... ¡Y poniendo orden a este sarao como buenamente puedo!