THE WALKING DEAD 7×09: PIEDRA EN EL CAMINO
The Walking Dead es ese placer culpable de muchos seriéfilos sibaritas, que encontraban en esta historia apocalíptica de supervivencia un desengrasante a otras ficciones de mayor enjundia, aunque también tiene a toda una legión de fanáticos por ella misma, por su relación con el homónimo cómic… Pero una cosa es que lo que nos muestre no nos haga pensar demasiado, que seamos amantes de la casquería, o que queramos ver en carne y hueso a nuestro héroe de las viñetas, y otra muy distinta es que vayamos perdiendo poco a poco el interés por ella, hasta el punto de entender que hay capítulos, tramas o personajes que, si desaparecieran, nos daría tan igual como la muerte de Lori. Y esto último es lo que en esta séptima temporada está ocurriendo a pasos agigantados. Comenzamos en El Palomitrón una serie de artículos para analizar la recta final de la temporada de esta serie de zombis, deseando que la cosa mejore.
Atención: Contiene spoilers
Todo comienza reencontrándonos con Gabriel, ese cura que va y viene del lado oscuro de sus propios remordimientos, que decide marcharse de Alexandria sin dar ninguna explicación y con el maletero lleno de provisiones. Ya tras la intro, tenemos a Rick, Michonne, Daryl, Maggie y otros, intentando convencer a Gregory de que se una a sus planes para intentar derrotar a Negan. Este se negará a colaborar con ellos de ninguna manera; da la sensación de que va a causar muchos problemas en el futuro a los protagonistas. Aun así, algunos habitantes de Hilltop pedirán ser entrenados para colaborar en la lucha. Antes de abandonar el lugar, Jesus les revelará la existencia de El Reino y del rey Ezekiel, al que deciden visitar.
En El Reino se topan con Morgan y tendrán noticias de Carol. Habrá una conversación con Ezekiel, con su tigre de testigo, y la charla incluirá la historia de la piedra que da título al capítulo. Un cuento que parece sacado de una charla motivacional, pero que al máximo dirigente del lugar le resbala: no quiere guerra contra los Salvadores, aunque dará asilo a Daryl entre sus muros. El resto regresa a Alexandria, pero antes conseguirán salvar una trampa de los de Negan, se harán con dinamita y protagonizarán una de esas escenas efectistas de matar caminantes a mogollón, y que en esta ocasión parece sacada de Fast & Furious, con un epílogo explosivo.
En el último cuarto, los protagonistas llegan a Alexandria, y justo tras ellos los Salvadores que buscan a Daryl. Se marcharán enseguida, no sin antes dejar una nueva amenaza para Rick. Este intentará encontrar alguna pista sobre Gabriel, y la halla en la Biblia que dejó tirada en el suelo. Solo con una palabra (Barco) ya sabe dónde debe ir a buscarlo (recordemos la aventura del 7×07, Cántame una canción, de Rick y Aaron y la misteriosa figura que los seguía). Para allá irán, pero (¡oh, sorpresa!) su grupo es rodeado por un montón de nuevos humanos que les amenazan fieramente, a pesar de lo cual, Rick sonríe. ¿Por fin ha encontrado al ejército que buscaba?
¿Y ahora qué? Está claro que, de un modo u otro, Ezekiel terminará uniendo sus fuerzas a las de Rick; lo que nos gustaría saber es cuántas veces van a tener que ir a cortejarle y cuántas frases épicas tendrán que soltarle para que se avenga a razones. Por otro lado, ¿más personajes? Algo habíamos intuido en los adelantos de la serie, en las imágenes filtradas, en las entrevistas al equipo… Pero ¿cuántos capítulos vamos a necesitar para saber si son amigos o enemigos? ¿Darán muchas vueltas a si se unen o no a los de Atlanta? La serie necesita poner el turbo de una vez; estar pendiente de una gran confrontación que no llega o sostenerse solo en las apariciones de Negan, y en los matices que tanto le aproximan al Joker de Batman, todo por obra y gracia de Jeffrey Dean Morgan, no son razones suficientes para mantener el interés de la serie. Todavía estamos decepcionados por la gran batalla que no fue contra el Gobernador. Esperamos que los guionistas y responsables hayan aprendido de sus errores. Por no hablar de que hay personajes que sobran tanto (Gabriel, Tara…)… Si hasta nos da igual que desaparezcan (¿alguien echa de menos a Heath?), pero que vuelvan para protagonizar tramas insustanciales desespera y bastante.
La serie parece que nunca volverá a ser la que fue en su genial primera temporada, pero que la dejen morir de inanición es cruel. Ponemos nuestras esperanzas en los capítulos que quedan de esta tanda, o mucho tememos que las audiencias seguirán desplomándose y con ellas la confianza de la cadena, lo que llevaría a un final abrupto, pero no por ello desconocido. En Rick confiamos.
Rocío Alarcos