Aunque en The Walking Dead continuamos, como ya nos hemos hartado de repetir anteriormente, en un camino muy lento hacia algún sitio (esperamos que el final sea una buena batalla de los de Alexandria y sus aliados contra Negan y los Salvadores), en esta nueva entrega se han centrado en dos personajes principales. En «Di sí» somos testigos de la intimidad de Rick y Michonne (Richonne), pero sin ñoñerías, más aún cuando el director del capítulo es el mismísimo Greg Nicotero, productor de la serie, supervisor del maquillaje y ganador de numerosos premios por su trabajo en efectos visuales. Comenzamos.

Atención: Contiene spoilers

Rick y Michonne están buscando suministros alejándose cada vez más de su base en Alexandria. Necesitan armas para que los Basureros se unan a su causa, pero los registros no son fructíferos. Aunque la pareja aprovecha para matar mucho zombi y retozar en la furgoneta con alegría. Han pasado varias jornadas con la misma dinámica, y ella quiere volver a casa, pero Rick insiste en buscar un poco más. Será así como lleguen hasta una feria abandonada donde hay numerosos caminantes que en su día fueron soldados, con las armas aún al hombro.

La pareja sube al tejado de un edificio cercano y se plantea la manera de atacar a los zombis, cuando el techado se viene abajo, dando un susto al espectador. Los héroes han caído, pero se oyen sus risas; no hay peligro. Es más, han terminado en el interior de un almacén con varios palés de comida enlatada y agua embotellada. Esa noche, Michonne y Rick tendrán una cena romántica de comida deshidratada a la luz de las velas, en la que ella afirmará que él es el líder que necesitan para acabar con Negan y para tener un futuro.

Al día siguiente están dispuestos para recolectar las armas, aunque ella no está del todo convencida de poder abarcar la empresa los dos solos. Todo parece ir según lo planeado hasta que surge una complicación en forma de muerto cuya metralleta comienza a dispararse al engancharse contra unos hierros. El caso es que nuestros héroes terminan dentro de un coche acosados por un montón de caminantes. Conseguirán escapar a base de espadazos y hachazos, pero se separarán para dividir también a los zombis. Entonces, Rick subirá a la noria de la feria para tratar de matar a un ciervo y ¿cae entre un montón de caminantes que lo devoran en un momento?

Michonne se queda petrificada ante la escena. Su cerebro no asimila lo que ha visto; además, ha perdido su espada y los caminantes comienzan a acosarla. En ese momento, Rick sale de su refugio y ayuda a su pareja a acabar con los zombis. De vuelta en la furgoneta, él le dirá que, si él muere, ella deberá ser la que guíe a su grupo para asegurar la supervivencia de todos. Tras el reencuentro con los suyos, que no vemos, llevarán las armas a Jadis, que les pedirá más, y Rick terminará acordando con ella continuar con la búsqueda.

Intercaladas con la historia principal, nos dan más dosis de Rosita y de su obsesión por acabar con Negan (hasta el punto de aliarse con Sasha y planear una incursión en pareja a los dominios de los Salvadores). También somos testigos de las tribulaciones de Tara sobre si es necesario o no descubrir a las mujeres de Oceanside. El capítulo termina con esta a punto de contarle a Rick su secreto.

En este capítulo hemos tenido acción, sustos, caminantes y… la desesperación de no entender a Rosita, ni sus actos, ni sus alocados planes. ¿Quién no quiere que desaparezca de una vez? Aunque el grueso del capítulo ha sido interesante y nos ha mostrado la intimidad de la pareja Rick y Michonne y la dinámica en la que viven su día a día, los bajones al darles protagonismo a personajes que nos sobran hacen una entrega totalmente polarizada. Cada vez que aparece Rosita, con su cara de cabreo con el mundo, nos saca de la ficción y solo esperamos que vuelva a la trama que de verdad nos importa.

Seguimos esperando la gran batalla; probablemente, lo que sea que estén planeando Rosita y Sasha la precipite. Al menos nos han dado algo interesante esta semana. Esa pareja, que tan extraña nos pareció en un principio, Rick y Michonne, tiene buena química. Los personajes se complementan, se cubren las espaldas y comparten intereses. Por supuesto que si no hubiera ocurrido el apocalipsis jamás habrían compartido su tiempo, pero en esas circunstancias, son perfectos el uno para el otro… y para dirigir a los suyos. La mano de Nicotero se nota en el mimo con el que ha retratado a los protagonistas, seguro que son su ojito derecho, y en la presencia, por fin, de caminantes (y caminantes que se rompen, que persiguen con saña y que, involuntariamente, disparan). Recordemos que esto, entre otras cosas, va de zombis, aunque últimamente no salgan mucho. Un poquito de esperanza para los seguidores de la serie. ¿Qué opináis?

Aprovechamos para recordaros que el próximo jueves, 9 de marzo, gracias al canal Fox, recala en Madrid el The Walking Dead European Tour. En el cine Capitol de Madrid, a las 21:00, tenemos una cita con Andrew Lincoln (Rick), Norman Reedus (Daryl), Jeffrey Dean Morgan (Negan) y Greg Nicotero. La entrada es gratuita hasta completar aforo. Si no podéis asistir, no os preocupéis; en El Palomitrón os lo contaremos todo. Estad atentos.

Rocío Alarcos