ESPECIAL AWFF18: THE END OF MEAT
LOS ANTECEDENTES
El cineasta y sociólogo alemán Marc Pierschel ha dirigido cuatro documentales, y tres de ellos ponen de manifiesto que, ante todo, es un ferviente defensor del reino animal. En 184 ponía el foco en la caza de ballenas en Islandia, y en Vive y deja vivir (disponible en Netflix) exploraba nuestra relación con los animales, así como los beneficios éticos y ambientales de adoptar una dieta vegana. Con The End of Meat (El fin de la carne) continúa esta última línea de estudio.
Científicos, activistas, filósofos y artistas vaticinan cómo sería un mundo en el que la explotación animal y el consumo de carne se hubieran extinguido. Un hipotético mundo transformado por el impulso social, en el que, al echar la vista atrás, los niños del futuro pensarán «en la época de nuestros padres aún se mataban animales para consumo propio».
LA PELÍCULA
El solo planteamiento del documental es indicador de un producto que se verá con ciertas reticencias por parte de un notable sector de espectadores. Las primeras imágenes buscan crear impacto mediante fotografías de animales hacinados, o titulares de los constantes escándalos de la carne que han saltado a los medios de comunicación en los últimos años. Esta forma de arrancar la cinta remueve la conciencia y puede llegar a incomodar. Fomentar el pensamiento crítico y la reflexión acerca de la problemática abordada sería lo deseable, pero en The End of Meat no ocurre exactamente eso. Todas las personas entrevistadas tienen un claro posicionamiento, que hace que en el documental se perciba una latente intencionalidad de adoctrinar, en lugar de analizar las implicaciones de este «fin de la carne» desde perspectivas diversas y plurales.
The End of Meat nos imbuye en un «nuevo» mundo, desconocido para aquellos que no sean duchos en materia de vegetarianismo, veganismo o los movimientos animalistas. Durante algo más de hora y media, nos presentan los farm sanctuaries (refugios para animales de granja); la teoría de la zoopolis, que plantea la integración de los animales en nuestra sociedad con plenitud de derechos; las cadenas de supermercados exclusivamente veganos, surgidos para favorecer, además, las opciones flexitarianas; o los avances en ingeniería celular, que aspiran a crear en el laboratorio productos animales o derivados de ellos sin tener que recurrir a la matanza de seres vivos.
Toda la información que ha recopilado Pierschel es muy interesante y entraña novedades que a día de hoy se nos antojan de ciencia ficción. No obstante, el mayor fallo de su trabajo es que, al contar únicamente con la opinión del «bando» que está defendiendo, hace que quien no comulgue con ello se distancie de la cinta, mostrándose escéptico ante ideas utópicas. En un momento del documental se habla del destierro de la carne como una moda que ha potenciado la aparición de un mercado emergente, que busca, como cualquier otro negocio, lucrarse. Ese tipo de debates son los que se echan en falta en El fin de la carne. No únicamente ver a defensores del modo de vida vegetariano hablando de ello como si fuese la panacea, sino también representantes de posturas opuestas que afronten preguntas tales como: ¿es sostenible crear hamburguesas de carne cultivada que ascendían ya hace unos años al precio de 250 000 euros? ¿Sería saludable, en cualquier caso, basar nuestra alimentación en productos generados artificialmente en un laboratorio? ¿Lo es eliminar de raíz cualquier producto de procedencia animal de nuestra dieta?
LA SORPRESA
El nuevo documental de Marc Pierschel da una serie de cifras bastante sorprendentes. Empezando por que quizás mucha gente no se ha planteado el impacto medioambiental que tiene el consumo de la carne. Según un estudio de Oxford, las emisiones de gases que contribuyen al efecto invernadero disminuirían en 2/3 si todos nos pasásemos a las dietas basadas en plantas. También nos sorprendió saber que La India tiene la primera ciudad 100 % vegetariana del mundo, algo que no extraña tanto si tenemos en cuenta que el 32 % de la población del país no consume carne.
A la luz de todo ello, las perspectivas de los expertos son que para 2040, el consumo de carne en el mundo se habrá reducido en un 50 %. Calculan que en unos cien años la carne habrá desaparecido por completo.
LA SECUENCIA/EL MOMENTO
De The End of Meat nos quedamos con la presentación de Esther, la cerda maravilla. Sus dueños se la llevaron a vivir consigo y con sus perros pensando que era enana, pero Esther creció, y ahora es una más de la familia (además de tener su propio perfil en Facebook con un gran número de seguidores). Este pasaje del documental es muy positivo, ya que habla de cuidar y respetar a los animales, pero lo hace desde una perspectiva entrañable y no condenatoria con aquellos que decidan seguir comiendo carne.
TE GUSTARÁ SI…
Si eres vegetariano, vegano o estás abierto a ese tipo de alimentación.
LO MEJOR
- Da a conocer interesantes datos y teorías.
- Hace reflexionar sobre el medio ambiente.
LO PEOR
- El documental no es crítico consigo mismo. Se echan en falta voces que no solo hablen de los pros, sino también de los contras de lo que se plantea.
- Por la razón arriba expuesta, la falta de neutralidad puede echar para atrás a los consumidores de productos de procedencia animal.
Aitziber Polo