ESPECIAL JAMES BOND: SKYFALL
¿Por qué tenéis que verla?
Skyfall parecía el fin de la era Daniel Craig. El actor había comentado en varias ocasiones su intención de desligarse del personaje, y el aura oscura de la cinta nos hizo prever lo peor. Pero la verdadera sorpresa fue el (merecidísimo, al fin) protagonismo de M. (Judi Dench), que se convertía en el objetivo del villano de turno (un Javier Bardem portentoso). En Skyfall tenemos a un Bond acabado, cansado, sin puntería, y conocemos por fin algunos detalles de su infancia que nos llevan a contextualizar quién es realmente.
La tercera entrega de la saga protagonizada por Craig rompió todos los récords de recaudación amasando más de 1100 millones en todo el mundo. Y con razón. La cinta, dirigida por el oscarizado Sam Mendes (American Beauty, Revolutionary Road), tuvo unas críticas excepcionales y formó parte de la carrera de premios de aquel año. Un pulso firme en los mandos, unas interpretaciones de escándalo, una fotografía deslumbrante y las set pieces de acción más espectaculares de la saga han convertido a Skyfall en una de las cintas clave de esta década.
En nuestra memoria colectiva
M. De entre los mil aciertos de Skyfall, la decisión de dar un mayor preso dramático a M es sin duda el mejor. El personaje de Dench siempre ha funcionado como el de jefa implacable, pero aquí le dan una mayor dimensión y encariñan al espectador con ella. Además, la actriz protagoniza varios de los mejores momentos de la película: su primer encuentro con Silva, el juicio en el cual es procesada, el clímax final en el que, por fin, la vemos cargar con armas…
Skyfall habrá supuesto su última intervención en la saga, pero la sombra de Judi Dench es alargada y nunca podremos olvidar a la mejor M que hemos visto en pantalla nunca. Larga vida.
El villano
Javier Bardem es el encargado de dar vida a Raoul Silva, un peligroso ciberterrorista que amenaza con descubrir semanalmente la identidad de cinco agentes secretos y tiene cuentas pendientes con M. El actor no aparece hasta pasados los 70 minutos de metraje, pero desde su primera aparición se convierte en dueño y señor de la cinta. Su excelente presentación a Bond con la historia del barril y las ratas y esa tensión sexual mientras lo toquetea (que nos recordó a Le Chiffre en Casino Royale) son solo el preludio de un personaje cuyo cara a cara con M, en el cual pone ya todas las cartas sobre la mesa, nos hizo vibrar como pocas veces en la saga.
Los manierismos del personaje podrían haber caído en la autoparodia si pensásemos en Johnny Depp o Christoph Waltz, pero Bardem se toma su trabajo en serio y nunca pierde ese punto de hombre imponente, peligroso y lleno de matices. El actor ganó un Oscar gracias a No es país para viejos, y Hollywood ha encontrado en él la imagen perfecta de villano de película, como atestigua también la última entrega de Piratas del Caribe.
El gadget
El Aston Martin DB5 es sin duda un icono en la saga Bond. El coche que conducía Sean Connery en Goldfinger u Operación Trueno regresa en esta nueva entrega convertido casi en arma de destrucción masiva. No destriparemos el fin último del vehículo, pero sí podemos recordar ese divertido momento que comparten Daniel Craig y Judi Dench hablando sobre lo incómodo que es ir ahí sentado.
No hay Bond sin acción
La espectacular escena de apertura de Skyfall nos sitúa con Bond y Eve, su compañera del MI6, en una persecución en coche por las calles de Estambul, para posteriormente convertirse en una persecución en moto por los tejados de la ciudad y, más tarde, acabar en lo alto de un tren. Allí asistimos no solo a la pelea física entre los dos implicados, sino también a cómo Bond utiliza una grúa de obra para destrozar varios vagones e introducirse en un tren abarrotado de civiles. La secuencia acaba con Eve disparando por accidente al objetivo equivocado, y dando por muerto a Bond en el fondo del mar.
Demasié pal Bondy
Como en todas las películas de la marca Bond, hay varios momentos donde la credibilidad brilla por su ausencia, pero el que más nos llama la atención no tiene que ver con balas ni secuencias de acción apabullantes. Es mucho más simple. ¿En qué está pensando nuestro agente favorito cuando le permite a la mujer que le disparó (accidentalmente, eso sí) y dio por muerto que le afeite la barbilla con aquella afiladísima navaja?
007 curiosidades
- Judi Dench tenía 77 años cuando interpretó a M en Skyfall. La actriz ya había interpretado el personaje en seis películas anteriores, pero nunca había tenido un rol tan protagonista como aquí. La productora Barbara Broccoli comentó que ninguno de los 22 filmes previos sobre el agente habían explorado tanto la relación entre ambos personajes como en Skyfall.
- Javier Bardem decidió teñirse de rubio para darle un carácter más distintivo a su personaje, lo cual dio lugar a varias comparaciones entre su personaje y el creador de WikiLeaks, Julian Assange.
- Se necesitaron un total de 127 días para rodar las 172 escenas que componen la película.
- Skyfall forma parte de las cinco películas en las que Daniel Craig y Ben Whishaw comparten créditos; las otras son El intruso, Spectre, La trinchera y Layer Cake.
- Es la segunda película de la saga en la que James Bond sufre un disparo. La primera fue Operación trueno, en 1965.
- En una entrevista a Radio Times, John Cleese confirmó que no habría retomado su papel de Q. debido a que los productores querían satisfacer al target asiático.
- En toda la saga solo hemos visto un par de veces a James Bond con barba: la primera fue en Muere otro día, y la segunda diez años después, en Skyfall.
DiscoBond: su tema principal
La popular cantante británica Adele fue la encargada de Skyfall, el tema principal de la película. La canción logró un enorme éxito crítico y unas ventas millonarias que, por primera vez en diez años, situaron a una canción de la saga en el Top 10 del Billboard Hot 100.
A su vez, Skyfall se convirtió en la primera película de James Bond que ganaría el Oscar a Mejor canción original, además de otros premios de prestigio como el Globo de Oro o el Grammy a Mejor canción escrita para un medio visual.
Jose Cruz