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Yona, Princesa del Amanecer #28
ANIME / MANGA REDACTORES RESEÑAS

BIBLIOTECA: YONA, PRINCESA DEL AMANECER #28

Mizuho Kusanagi ha evolucionado mucho a lo largo de su obra. Norma Editorial ha editado ya más de once tomos de la misma. Los cuales hemos leído y analizado hasta ahora, embarcándonos en la aventura de Yona y compañía. Descubriendo sus miedos y temores. Pero también sus sueños.

¡Sigue el viaje de Yona y sus compañeros junto a nosotros!

Mucho ha cambiado ya aquella pequeña princesa que vivía el exilio y el asesinato de su padre como el fin del mundo que la cubría. Pero también ha cambiado mucho para la mano que se encarga de mover los hilos. No solo es que Kusanagi haya logrado una notable mejora en la dirección de su arte —logrando ofrecer una nueva profundidad a ese estilo shojo que ya perfilaba en otras obras como Yoiko no Kokoroe o NG Life — sino que además consigue diseñar nuevos movimientos narrativos que hacen de Yona, Princesa del Amanecer una obra completamente única.

Reseña de Yona, Princesa del Amanecer #28


Mizuho Kusanagi ha logrado una meta importante en un medio como es el manga. Yona, Princesa del Amanecer está cerca de llegar a contar con una treintena de volúmenes —publicados en nuestro territorio, por supuesto— y su llama no amenaza con extinguirse. No es una excepción, desde luego, pero no por ello resulta menos remarcable el hecho de que la obra siga ampliando su mundo y extensión sin caer en nudos narrativos o decisiones cuestionables.

La llama de Yona sigue brillando y lo hace, no solo por sus conceptos más globales, sino por la capacidad de la autora para mimetizar entre sus personajes y les lectores que se entregan a sus páginas. La suya es una obra polifacética, que no pretende atender a clasificaciones ni separaciones binarias en cuanto a géneros. Si bien sus tensiones políticas y bélicas han ocupado una gran parte de los últimos volúmenes, la autora también sabe encajar con perfecta maestría el romance y la pausa tan necesarios para dar forma a una obra especialmente centrada en sus personajes.

Es un compás narrativo nacido del conocimiento de esas necesidades, que consiguen adaptar la idea del viaje a un concepto mucho más fluido y natural. Sus tensiones se mantienen en el aire —tanto políticas como románticas— pero no se suponen tanto como el camino a seguir sino como parte de un todo en el que convergen los diferentes puntos de la obra. En esencia, la historia de Yona y compañía tiene mucho de esa idea de acompañar al grupo en su viaje y menos de historia de fantasía al uso.

Por ese mismo motivo no supone una sorpresa que una nueva parada en el camino no se convierta en una carga para su escenario, sino en toda una demostración de ese sentimiento que citaba anteriormente. Sin entrar en spoilers, su último volumen se centra casi por completo en sus relaciones interpersonales. La tensión romántica entre Yona y Hak se dibuja más divertida que nunca mientras su relación sigue evolucionando, los dragones y Yoon tienen su propio espacio para brillar más allá de demostraciones heroicas y aunque sea recursivo, el cambio de Tae-Joon no solo es un punto especialmente tierno, sino que sirve como demostrativo de las capacidades de la princesa y su transformación.

Con todo, la parada en el camino no es todo lo que nos muestra este nuevo volumen y, como es habitual en la autora, es fácil encontrar otras lecturas en sus pausas. La llegada de Kye-Sook vuelve a mostrar el lado más oscuro de la serie. La idea de que quizás la sombra más alargada que se proyecta sobre el reino no sea la de Soo-Won, sino la de su consejero. Algo que también se hace notar con el movimiento de Kai; una nueva jugada política y bélica que promete convertirse en el próximo conflicto de la serie.

Una jugada a la que Kusanagi ya nos ha acostumbrado de forma peligrosa, pues mientras los conflictos se generan a un lado y otro de Yona y sus compañeros, da la impresión de que su meta principal sigue igual de distante. Todo apunta a que su nuevo reto podría nacer de este nuevo encuentro. Punto al que se suma el constante empoderamiento femenino que tan bien sienta a la obra pero que apunta, de nuevo, a la capacidad de liderazgo de la princesa. Es el momento de que la obra de un nuevo paso adelante, ahora que ha cerrado muchas de sus heridas iniciales.

Cómo es la edición de Yona, Princesa del Amanecer #28


Yona, Princesa del Amanecer apuesta por un diseño especialmente clásico, casi como una vuelta a los orígenes de la serie. Una elección acorde al estilo que derrocha en este nuevo volumen, apuntando a una narrativa más sosegada, que nos acerca a un nuevo punto en la historia de la princesa pero que no resulta llamativa en exceso. Un descanso merecido para el punto en el que se encuentra la obra y que, desde luego, va en acuerdo con sus necesidades.

Con todo, destaca —como no podría ser de otra forma— el nivel de detalle usual de la autora al trabajar con ropas y la forma en la que devuelve cierto aire noble a la princesa, sustituyendo ese aire beligerante que nos ha ofrecido en sus últimas muestras.

Por último, en los aspectos más técnicos, nos encontramos de nuevo con una portada rústica con sobrecubierta clásica en un formato de 11,5cm x 17,5cm y un total de 192 páginas, divididas en un total de seis capítulos; de igual forma que en sus anteriores publicaciones. Añadir que, como en cada entrega, el volumen está perfectamente localizado a nuestro idioma, cortesía de Sandra Nogués.

Óscar Martínez

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Escribo más que duermo. Ávido lector de manga y entusiasta de la animación japonesa. Hablo sobre ello en mi tiempo libre.