MINDSCAPE
Que el talento de nuestros actores y directores sea constantemente criticado, despreciado y atacado por sistema, y siempre por los mismos, es un hecho con el que tristemente tenemos que convivir a diario. Que el talento de muchos de ellos está, nos pongamos como nos pongamos, a un nivel que nada tiene que envidiar al cine que se realiza más allá de nuestras fronteras, gracias a dios, es una realidad.
Visionando MINDSCAPE a más de uno le costará creer que está ante una película española en su esencia. Con actores internacionales, sí, pero planificada, rodada, editada y montada por nuestro profesionales. La factura técnica está a la altura de las grandes producciones, un aspecto que estimula y potencia la experiencia de su visionado. Un aspecto que la sienta de maravilla, porque MINDSCAPE demuestra que somos muy capaces de interpretar los códigos esenciales de un género tan tradicionalmente americano como es el thriller psicológico y salir más que airosos del desafío.
La ópera prima de JORGE DORADO, cuesta encajar lo de ópera prima viendo los resultados, es un thriller calado de referencias a los géneros de intriga, suspense, ciencia ficción, y en menor medida al cine negro, si analizamos y aislamos algunos matices de la trama. Con un prólogo electrizante, MINDSCAPE despliega progresivamente un tablero de secretos donde nuestro protagonista, encarnado por MARK STRONG, jugará una partida de ajedrez contra su paciente, TAISSA FARMIGA; una partida en las que las fichas no están definidas y sólo el pulso que ambos comparten durante prácticamente todo el metraje hará que los peones y las reinas cambien de mano en un duelo que hará las delicias de los aficionados al género.
Uno de los puntos fuertes de MINDSCAPE es el esmerado trabajo que hay detrás de su dirección, muy prolífica en detalles y matices, y que se ve arropada por una cuidada fotografía de ÓSCAR FAURA (LO IMPOSIBLE, EL CUERPO, LOS OJOS DE JULIA, ÁGORA…), quizás el mejor director de fotografía de nuestro cine, y una partitura de LUCAS VIDAL que envuelve el conjunto adaptándose sin ningún problema a todos los estadios de la trama. La cámara de DORADO no sólo explora localizaciones y mundos paralelos, sino que se detiene con calma en registrar todos los matices, gestos y miradas de nuestros protagonistas para que el espectador no se pierda ni un sólo detalle. La partida está en marcha y todos los detalles cuentan.
Si en todos los apartados técnicos MINDSCAPE es ejemplar, en su guion reside su mayor debilidad, que no es otra que compilar muchos elementos clásicos de género que pueden resultarnos algo familiares, reconocibles para los espectadores más versados. Para el resto, su brillante presentación y calculado desarrollo aseguran una efectividad en su desenlace que dejará muy buen sabor de boca a más de uno.
MINDSCAPE es una cierto en su dirección, pero también lo es en el casting. MARK STRONG y TAISSA FARMIGA protagonizan un duelo interpretativo donde la madurez del actor londinense (casi 50 películas en apenas 10 años) se las ve y se las desea con la juventud de la hermanísima de VERA FARMIGA, una actriz que con sólo 19 años prepara su salto al cine después de la satisfactoria impronta que ha dejado en la televisiva AMERICAN HORROR STORY. Ambos entienden, desarrollan y compenetran sus personajes en beneficio total de la atmósfera de la cinta. BRIAN COX es el encargado de aportar el equilibrio, el punto tutorial a unos personajes que escapan de la luz para adentrarse en la oscuridad de los juegos mentales.
Descubrir y disfrutar MINDSCAPE es una recomendación firme, porque es cine de entretenimiento puro y duro, cine que nos hace cómplices y que nos desorienta, y eso es algo que siempre nos encanta.
LO MEJOR:
- La dirección de JORGE DORADO. Detallista y metódica. Cuesta creer que se trata de una ópera prima.
- El duelo interpretativo STRONG-FARMIGA, verdadero pilar de toda la película.
- Que detrás de la factura técnica estén profesionales españoles demostrando que sí sabemos hacer entretenimiento al más alto nivel.
LO PEOR:
- Muchos detractores verán en sus constantes referencias a clásicos ya muy populares un punto fácil para atacar el producto.
- Una penúltima secuencia que hubiese funcionado genialmente si hubiese sido la última del filme.
- Que cueste tanto a los nuestros demostrar su talento.
Alfonso Caro.