Cuando llevas meses esperando por la tercera temporada de Peaky Blinders, la noticia repentina de su comienzo es motivo suficiente para festejar. Pero Steven Knight ha querido ir más allá y se ha propuesto empezar la temporada con una celebración de verdad, por todo lo alto. Pero, reflexionemos un poco, ¿qué clase de sorpresas nos puede traer una temporada que empieza con un motivo de dicha y alegría? Pues nos esperamos lo peor, y eso, cuando se habla de los Shelby, es una gran noticia.

Tras un parón de algo más de año y medio, la familia Shelby se sitúa en el Birmingham de 1922, concretamente el día de la boda de uno de los Shelby. Una boda al más puro estilo Shelby que hará de este inicio de temporada una presentación de todas las tramas más que decente. Los Shelby están de celebración, pero Tommy (Cillian Murphy) no consigue relajarse: la responsabilidad que tiene sobre su cabeza es supina, y no por el hecho de ser el líder de una de las bandas más peligrosas del Reino Unido, sino por tener que trabajar para el presidente Churchill sin que nadie se entere. Recordemos que, al final de la segunda temporada, Thomas era salvado de la muerte por órdenes del presidente. Normal que esté atacado de los nervios.

Arthur (Paul Anderson) se ha rehabilitado, ha encontrado el amor y se atisba un gran esfuerzo por mejorar y llegar a ser como su hermano, al que admira profundamente. Pero querer ser un hombre de Dios, bueno y honrado, es tarea complicada si eres parte de una familia de mafiosos. Del resto de los hermanos poco hemos podido ver, aunque sí hemos presenciado la tirantez que existe entre tía y sobrina política, es decir, entre tía Polly (Helen McCrory) y Grace (Annabelle Wallis). Y es que nunca han sido de tomar el té e irse de compras juntas; Polly Shelby no olvida a aquellos que traicionan a su familia.

Nuevas posibilidades de negocio se vislumbran en el frente, mientras el cabecilla de la familia hace malabares para tenerlos a todos contentos. Esta situación estresante agria un poco más, si cabe, el carácter de Thomas, elevando su punto de mezquindad y convirtiéndolo en un hombre sin escrúpulos. Nos falta todavía mucho por ver y saborear la guinda del pastel, pues aún no ha hecho acto de presencia Solomons, nuestro querido Tom Hardy. Miedo nos da cuando aparezca, pues siempre que lo hace, la violencia y las sorpresas están aseguradas.

Sin embargo, hay un elemento que no ha fallado desde el primer capítulo de esta serie: su música. Ese estupendo anacronismo, que hace que nos enganchemos más a esta familia violenta y peligrosa, nos brinda la oportunidad de escuchar en el 3×01 desde Nick Cave and the Bad Seeds hasta Arctic Monkeys, pasando por Radiohead.

Los Shelby ya están de vuelta y vienen con sus armas cargadas, al igual que nuestras ganas por saber cómo podrá lidiar Tommy con todo lo que tiene encima, si Arthur conseguirá ser ese hombre noble en el que espera convertirse y si el resto de la familia conseguirá permanecer unida y con vida. Seis episodios para conocer y temer un poco más a esta familia, pero no nos negaréis que no podemos dejar de mirar. Para abrir boca, aquí os dejamos el tráiler de la tercera temporada.

Lorena Rodríguez