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LA BATALLA DE LAS SERIES: SHERLOCK

El misterioso personaje de Sherlock Holmes, creado por Sir Arthur Conan Doyle en 1887, ha sido adaptado en montones de ocasiones para la gran y peuueña pantalla, en multitud de producciones y contextos (puedes recuperar aquí nuestro especial sobre el personaje). Una personalidad icónica en la que se han basado cientos de personajes de la ficción alrededor del mundo.

Sin embargo, la apuesta de BBC con su adaptación del célebre detective en 2010, otorgó una mayor frescura a las ya conocidas historias de misterio. Consiguió con rotundo éxito que el espectador volviera a interesarse por el género de los crímenes que a estas alturas ya parecía agotado.

Con un registro contemporáneo y sin renunciar a la esencia de un clásico, Sherlock, no sólo se convierte en una buena opción para el amante de las series, sino también en una grata aventura para el cinéfilo exigente. Pues el fin de los capítulos no sólo consiste en resolver el puzzle, sino en generar una experiencia.

Sherlock no solo se postula como una de las mejores series de intriga y crímenes, sino como una de las mejores series de ficción de la historia, y aquí diez razones que lo defienden.

1. FORMATO INÉDITO. SERIE QUE SE HACE CINE

La serie consiste en cuatro únicas temporadas con tres capítulos cada una (12 episodios + 1 especial de navidad). Se tratan de capítulos individuales con su propia historia, de una duración de hora y media, que obedecen a una trama más amplia. Funcionan como películas para la pequeña pantalla, como si fuera una misma saga.

Lo común es que los episodios se basen en un único libro como ‘Estudio en rosa’ (1×01) basado en ‘Estudio en escarlata’. Pero también pueden combinarse hasta tres casos diferentes sin renunciar al buen desarrollo de la trama, como en ‘Su último juramento’ (3×03), libremente basado en ‘Charles Augustus Milverton’, ‘Su último saludo en el escenario’ y ‘El hombre del labio torcido’.

2. UN REPARTO HECHO A MEDIDA

Sherlock ha servido como trampolín de actores ya conocidos que, debido al éxito de la serie han visto sus carreras consolidadas, tales como Benedict Cumberbatch y Martin Freeman.

Cumberbatch ha conseguido crear un icono dentro del imaginario colectivo de las series, pues consigue con el personaje de Sherlock lo que consiguió Sean Connery con James Bond, o Christian Bale con Batman. Aunque Sherlock Holmes haya sido interpretado con anterioridad por figuras como Peter Cushing, Christopher Lee, Michael Caine, Robert Downey Jr. o Ian Mckellen, Cumberbatch se ha ganado el papel y se convierte en el actor que todo el mundo recuerda, no existiendo un competidor sólido a su interpretación.

Martin Freeman también se hace imprescindible en el papel de John Watson, y existe una química entre ambos actores tal que es capaz de crear un universo ficticio completo. El propio Mark Gattis como Mycroft o Andrew Scott como Moriarty encajan a la perfección y en sintonía con el dúo protagonista.

3. EL RETO. LA READAPTACIÓN DE LA OBRA DE CONAN DOYLE

Se trata de una adaptación de las aventuras del detective a la época actual. Es la única versión que no se ambienta en la época victoriana londinense, sino en el Londres contemporáneo. Presenta un mundo globalizado y lleno de tecnología, de la que el protagonista se aprovecha para resolver los crímenes. Se trata de un mundo moderno, alejado de los protocolos y estereotipos de una sociedad del siglo XIX, en el que el personaje tiene más libertad para actuar y en el que su moral es ligeramente diferente.

Otras series han intentado utilizar esta fórmula sin tanto éxito, como Elementary (2012) de Robert Doherty, en la cual el estilo Sherlock Holmes se diluye en historias en la ciudad de Nueva York con protagonistas americanos.

La responsabilidad de la adaptación de las novelas corrió a cargo de Steven Moffat y Mark Gattis (Mycroft en la serie), ambos guionistas de varios capítulos de Doctor Who (también de BBC). El verdadero reto consistía en reinterpretar una historia para una ambientación de 200 años de diferencia y que funcionara. La readaptación debía responder a los problemas y situaciones actuales sin dejar perder la esencia del género policial de Sir Arthur Conan Doyle.

Se utilizan diversos recursos que funcionan dentro del universo y a la vez son guiños a la obra original. Por ejemplo, en las novelas, la voz narrativa es la de Watson en primera persona, mientras que en la serie el espectador cuenta con una mirada omnisciente sobre todo lo que ocurre. El personaje de Watson escribe en un blog en internet donde habla de los casos que Sherlock resuelve. Un recurso que se convierte en una divertida y funcional adaptación para una historia que transcurre en el s. XXI.

4. LA AMBIENTACIÓN DEL LONDRES CONTEMPORÁNEO

La ciudad de Londres se convierte en un protagonista más dentro de la serie. Desde el Palacio de Buckingham, pasando por Piccadilly Circus hasta el 221B de Baker Street. La fotografía oscura y tenebrosa envuelve a los personajes, la combinación de planos picados y contrapicados crea situaciones extremas y genera tensión. También es común el uso de zooms y planos detalle que nos meten de lleno en la mente de la deducción. A nivel técnico la serie resulta sobresaliente, y marca un estilo refinado, simétrico y ordenado.

Otro elemento que ayuda a generar la adecuada ambientación con ese toque británico es la banda sonora. Compuesta por David Arnold y Michael Price, ambientan escenas cómicas, misteriosas y dramáticas y se convierte en una seña de identidad ineludible.

5. NO ES LA TÍPICA SERIE DE CRÍMENES

Sherlock es un drama policiaco, pero su estilo se ve combinado en muchas ocasiones con toques de terror, e incluso algo de comedia muy bien resuelta, que aporta calidez y cercanía a los personajes, sin quitar peso al drama principal.

Sherlock no es una serie de asesinatos de sobremesa. Cuando la serie se enfrenta los crímenes huye de los procedimientos americanos de resolución de homicidios, que usan series como El Mentalista (2008), Bones (2005) o Castle (2009), las cuales implican un espectador pasivo. Sherlock, obliga al espectador a implicarse en el misterio, a asumir un rol activo en la resolución de los casos y lo obliga a ejercer juicios acerca de quién es el culpable. La serie juega con la duda y con la verdad evidente expuesta como una mentira. Esto genera un remolino de emociones que hace que la serie no solo consista en descubrir al asesino.

6. LAS PIEZAS ENCAJAN. UNA TRAMA QUE SE VA CONSTRUYENDO

La estructura de Sherlock consiste en una serie de píldoras individuales que parecen funcionar de manera independiente, pero que van sentando precedente para algo más complejo.

Cada caso se encarga de ir dando pistas y presentando personajes que tendrán más o menos relevancia más avanzada la trama. Es frecuente que se recurra o se mencionen directamente episodios anteriores o de otras temporadas, por lo que se hace imposible prescindir del visionado de ningún capitulo, como otras series americanas del género sí lo permiten.

En el final de la serie, como en la mayoría de los capítulos y haciendo referencia a la obra original, todo tiende a volver a la normalidad. Todo siempre regresa al punto de partida, hasta el próximo caso.

Sherlock La batalla de las series en el Palomitrón

7. UN VILLANO DE ALTURA Y DESTACABLES PERSONAJES SECUNDARIOS

La antítesis clásica de Sherlock Holmes, y su villano acérrimo, es James Moriarty. Un personaje que cuenta con una personalidad excéntrica, que comparte rasgos con nuestro protagonista pero que consigue desmarcarse y conseguir destacar en su propia complejidad.

Mientras que Sherlock es un consultor de la policía, que los ayuda en la resolución de los casos, podríamos decir que Moriarty es el consultor del crimen. Sus personalidades se basan en una inteligencia por encima de lo normal, aburridos de su existencia y siempre actuando al margen de las leyes. Las únicas distinciones residen en que uno juega del lado del mal y otro en el de la justicia.

Andrew Scott, en su papel, se convierte en la némesis perfecta de Benedict Cumberbatch, logrando una interpretación memorable. Creando un personaje que sin ser físicamente intimidante, se muestra amenazador, tenebroso, con un nivel de locura que provoca incertidumbre, pero con una inteligencia capaz de tejer una red criminal capaz de llegar a las más altas élites.

El resto de personajes secundarios funcionan como parte de la maquinaria que es la serie, si bien no todos brillan con luz propia no puede entenderse Sherlock sin su presencia.

El personaje de Mycroft Holmes lidera el apartado de secundarios ofreciendo una personalidad con luces y sombras, que ayuda a entender el entorno en el que Sherlock y su hermano fueron criados. Mycroft, personaje ocupado, que ostenta un importante cargo dentro del gobierno británico, siempre aparece para recordar eventos de un pasado que no se nos ha sido mostrado en pantalla. Como hermano mayor es una competencia intelectual, sin embargo muestra bajo su orgullosa coraza un incondicional amor por su hermano pequeño.

Otros personajes dan apoyo a la continuidad de la trama y son recurrentes adquiriendo más o menos presencia, como Molly, la Sra. Hudson o el inspector Lestrade. Pero otros consiguen tanta profundidad que son capaces de crear su propio arco narrativo, como Mary Watson o Irene Adler.

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8. EDICIÓN ILUSTRATIVA Y MONTAJE ACELERADO

El montaje de la serie adquiere un ritmo vertiginoso a nivel general y en puntos concretos, pues acompaña a la mente y palabrería del protagonista. Deja sin aliento y consigue que el espectador no despegue los ojos de la pantalla.

Sherlock también es una de las series pioneras en el uso de sobreimpresiones en pantalla como elemento conductor de la trama, que en muchas ocasiones dan información adicional sin necesidad de que los personajes lo verbalicen. Este recurso facilita el seguimiento de pistas, y nos ponen momentáneamente en los ojos del personaje. Es una consecuencia de un montaje tan intenso, que hace un esfuerzo porque el espectador no se vea perdido a pesar de la velocidad.

Otro aspecto de la edición que resulta estimulante dentro de la serie son los planos en slow-motion combinados muchas veces con repentinos zooms, que ayudan a crear con detalle una visión espacial de las escenas. La serie apuesta por una inmersión total y detallada.

Sherlock La batalla de las series en el Palomitrón

9. HUMANIZACIÓN DEL DETECTIVE

El Sherlock de 2010 cuenta con un asombroso poder deductivo, es arrogante y emocionalmente distante. Un adicto al conocimiento y un aficionado a tocar el violín. Se tratan de rasgos que suponen una fiel adaptación del personaje original. Sin embargo la serie intenta también mostrarnos las debilidades del detective, a través de hechos concretos y mediante sus expresiones y el lenguaje no verbal.

Sherlock es un drogadicto, una persona irresponsable con un pánico inexorable a sentir emociones que no puede entender, tales como el amor. Incluso en ocasiones muestra unos celos por su compañero Watson, al que considera, según el propio Watson: ‘lo más cercano a un amigo que Sherlock podría tener’.

A través de su mordacidad y un humor irreverente encontramos un arco argumental bajo los casos, a partir de los cuales el sociópata descubre su propia humanidad.

10. ELEMENTAL QUERIDO WATSON. PROTAGONISMO COMPARTIDO

Si bien el personaje de Sherlock es capaz de acaparar con su carisma gran parte de la atención, Watson es realmente dónde el espectador se ve reflejado. El Doctor Watson se convierte en un personaje igual de complejo que el detective. Se trata de un médico de guerra que regresa herido de Afganistán y no entiende cuál es su lugar en el mundo. Su pensión de veterano no es suficiente para alquilar un apartamento decente y las visitas al psicólogo no consiguen ayudarle a superar su trauma, que le ha llevado a desarrollar un temblor psicosomático en la mano izquierda.

La relación entre los protagonistas es extraña. Al mismo tiempo que Watson afirma que Sherlock solo lo tiene a él también es capaz de decir que en su mente ve al doctor como su enemigo.

Por otra parte, el humor sutil del guion en algunos puntos es capaz de insinuar una tensión homoerótica entre ambos protagonistas, que nunca llega a concretarse, que funciona adecuadamente en medio de la tensión de la resolución del crimen y resulta hasta divertida.

Si bien, aunque en las novelas el arco central es siempre la resolución del misterio, la serie apuesta por la amistad que ambos van construyendo a través de los casos. Entendemos que el personaje de Watson es el racional de la relación, mientras que Sherlock es el impulsivo, pero la realidad es que a ambos la vida les resulta tremendamente aburrida y triste, y la resolución e investigación de los crímenes les ayuda a evadirse. Una necesidad de adrenalina que ni la guerra ni las drogas ya pueden satisfacer.

Sherlock La batalla de las series en el Palomitrón

Sherlock es la redención a través de la amistad entre dos personas perdidas que lograron todo trabajando juntos. El mayor éxito de Sherlock ha sido la creación dos personajes únicos, tan icónicos como llenos de matices y cercanos a lo humano. Personajes y aventuras que ya forman parte del mundo del cine y la televisión para siempre y que generan respeto y admiración por los seriéfilos más remilgados hacia una adaptación de un mundo literario que ya estaba preestablecido, lo cual, aún tiene más valor si cabe.


Sherlock:         ¿Sabes? A veces tengo el horrible sentimiento de que al final, todos somos irremediablamente humanos.

Watson:           ¿Incluso tú?

Sherlock:         No, John. Incluso tú.


Pablo Sánchez


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