Allá por el 1999, un joven Kike Maíllo (Barcelona, 1975) realizó su primer cortometraje: Las cabras de Freud. A aquel cortometraje le siguieron otros como Los Perros de Pavlov, con el que Maíllo alcanzó un gran éxito. Curtido ya en el mundo de los cortometrajes y en el de la publicidad, el cual nunca ha abandonado, en el 2011 dirigió su primer largometraje: Eva. 11 años después, y tras haber dirigido también Toro, película protagonizada por Mario Casas, Luis Tosar y José Sacristán, Kike Maíllo afronta la segunda edición del Audi Future Stories como codirector del cortometraje Estepas junto a Pedro Marchán, escritor del guion del cortometraje ganador de esta segunda edición.

Desde El Palomitrón hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Kike Maíllo en el marco de esta segunda edición del Audi Future Stories, cuyo fin es la promoción de nuevos creadores mediante la oportunidad de realizar un cortometraje con el asesoramiento de un profesional (Maíllo) y cuyo estreno se producirá en el marco del glamouroso Festival de San Sebastián. Dentro entrevista:

P: Después de realizar tus dos primeros largometrajes, Eva y Toro, ¿qué es lo que te ha motivado para aceptar la propuesta del Audi Future Stories? ¿Qué te aporta este proyecto?

R: Bueno, yo siempre he estado muy asociado a la pedagogía. Durante 17 años di clase en la ESCAC, que es también donde cursé estudios. Siempre me ha parecido que ayudar a nuevos valores a encontrar su voz y su camino es algo interesante. Es una manera de devolver algo del karma que he recibido. Mi participación tanto el año pasado como este en el Audi Future Stories es casi a un nivel de tutoría o de producción ejecutiva, no sé como referirme a ella. Digamos que formo parte del jurado que escoge el proyecto, porque esto surge con un concurso de guiones. El jurado formado por diferentes personalidades de la cinematografía escoge un proyecto, y después ayudo a que el estudiante pueda sacar adelante el proyecto. En la medida de las posibilidades, me dedico a auxiliarle.

P: Siempre has estado ligado a la publicidad, ¿puede un director vivir solo de sus películas o también tiene que dedicarse a temas publicitarios? Para ti, ¿es un gusto hacer publicidad?

R: Son varias las razones por las que hago publicidad. En primer lugar, es una oportunidad para no dejar de rodar. Los directores de cine, normalmente, sacamos una película, como máximo, cada 2 o 3 años. Hay gente que consigue rodar una película al año, pero es el 1% o el 0,5%. Los demás, o conseguimos seguir rodando, o… Además, es un plus económico, porque las películas, como te he comentado, se desarrollan en ciclos de 3 o 4 años. Es muy importante no dejar de rodar, porque es un músculo que se enfría, y la preparativa del rodaje es un asunto muy social. También lo hago por posibilidades de lenguaje, porque muchas veces tienes la oportunidad de probar cosas que en las películas no pruebas. Sucede igual que con el cortometraje, que al tratarse de formatos más cortos, uno puede ser más atrevido o probar cosas. Equivocarse en ese tipo de asuntos no importa tanto. En cambio, en un largo uno siempre siente que se la juega más.

P: En la relación que tienes con Pedro, ¿hasta qué punto puedes ayudarle? ¿Cuál es exactamente el límite de tu labor?

R: Yo creo que mi labor aquí es parecida a cuando daba clases, es decir, entrar o ayudar cuando la persona a la que intentas auxiliar te pide ayuda, lo necesita o ves que está perdida. También cuando crees que hay otras posibilidades y debes explicarlas. Está en su mano el escoger esas otras posibilidades o no, las cuales le gustarán más o menos. Mi labor es, esencialmente, acompañar y dar seguridad. El formato del cortometraje que nosotros rodamos para Audi está muy apretado de tiempo y el tener a alguien con experiencia al lado siempre te ayuda.

P: ¿Qué más crees que le puedes aportar a Pedro, además de la experiencia para hacer este cortometraje?

R: Esencialmente, técnicas. Técnicas tanto en la detección de actores como en el nivel de storytelling y de lenguaje. Además, también puedo ayudarle en la relación con el cliente y en ese tipo de asuntos que forman parte de una serie de protocolos cercanos a la publicidad. Tampoco se trata de que te saturen o te opriman, a veces, en los formatos más publicitarios, a los nuevos realizadores nos aturullan un poco, porque son formatos muy programados. Mi labor se trata también de intentar liberarle.

P: Hasta ahora, ¿has aprendido algo de Pedro que te haya sorprendido?

R: Todavía estamos arrancando, pero seguro que aprenderé algo. Recuerdo que, al dar clase, siempre aprendes de las alumnas o alumnos que tienen mayor talento o que tienen más ganas de hacer cosas. Al final del camino algo habré aprendido, pero aún estamos arrancando.

P: ¿Por qué crees que es importante que existan iniciativas como el Audi Future Stories?

R: Bueno, yo creo que tener la posibilidad de trabajar con profesionales con los que no estás acostumbrado a trabajar, que no son otros alumnos, sino gente que está ya más bregada, te puede ayudar mucho a entender de qué va el oficio del cine. Además, es evidente que el Audi Future Stories cuenta con una gran trascendencia, el cortometraje se presentará en el marco del Festival de San Sebastián. Este proyecto brinda la posibilidad de presentarte en sociedad de una manera diferente a la de los cortometrajes o los trabajos usuales de las escuelas.

P: Por último, en un futuro inmediato, ¿estás preparando algo que quieras contarnos?

R: Pues mira, el 30 de Julio presentamos un documental, llamado El Falsificador, que he escrito y dirigido. Este verano también presentamos en Netflix una serie que se llama Alma, de los cuales he dirigido 5 de los 9 capítulos. Es una serie escrita por Sergio G. Sánchez, de corte fantástica, y yo creo que es muy interesante y que va a gustar a la gente. Después, tengo varios proyectos de largometraje, para este año y para el que viene.

Jorge G. Leguina