GUADALQUIVIR
GUADALQUIVIR posee un valor intrínseco más allá de su calidad cinematográfica: supone el primer largometraje documental sobre naturaleza rodado íntegramente en España. Concretamente, en Cazorla, Sierra Morena y Doñana, es decir, en las tierras que son bañadas por el quinto río más largo de la Península Ibérica. En ocasiones, y más en nuestro país, tendemos a infravalorar lo que tenemos en casa, y este film sirve como muestra del orgullo que su director JOAQUÍN GUTIÉRREZ ACHA siente por un paisaje, una flora y una fauna que son Patrimonio Nacional. Con espectaculares planos aéreos que nos enseñan la grandeza, riqueza y belleza de sus tierras nos lo recuerda y nos hace sentir parte de ellas.
La biodiversidad y los diferentes ecosistemas del Guadalquivir son mostrados con gusto y calidad técnica. Hay regalos en forma de majestuosas imágenes, especialmente inspiradas e inspiradoras cuando les toca el turno a esas aves migratorias (el flamenco, la cigüeña, la garza…) que hacen del río un alto en su viaje eterno. También hay imágenes subacuáticas que sirven para abrazar el periplo de las anguilas o los siluros. Sin embargo, el hilo conductor (con permiso del río que da título al documental) es la historia de un joven zorro que viaja practicamente desde el nacimiento del Guadalquivir hasta su desembocadura. Es aquí donde la narración pone su ojo, mucho más enfocado en la vertiente lírica que en la didáctica, para a través de un relato sobre la supervivencia resaltar la idea de que decenas, cientos de actos de vida y muerte tan bonitos como crueles son llevados a cabo en un ciclo infinito, casi perfecto, de espaldas al hombre. En tierra, bajo la mirada del zorro hambriento somos testigos de toda una fauna que abarca desde ciervos, cabras montesas, jabalíes, conejos y linces ibéricos hasta buitres, águilas, tejones y culebras. Todo un desfile animal que forma un caleidoscopio ibérico mostrado con pasión y admiración.
GUTIÉRREZ ACHA consigue contagiar el amor por una tierra preciosa, a veces maltratada, construyendo GUALDAQUIVIR como un poema de noventa minutos. Desgraciadamente, parece no confiar enteramente en el poder y la magia de sus bellas imágenes, y opta por un subrayado en forma de voz en off (la de la cantaora ESTRELLA MORENTE) que algunas veces junta simpáticos y bellos juegos de palabras, pero que otras no deja respirar a un conjunto que se valía de lo visual. Adornada a su vez con una música flamenca que le otorga carisma, GUADALQUIVIR posee una factura sólida y supone una mirada sincera y romántica, un canto a una importante parte de nuestra naturaleza. Es, sin duda, uno de los largometrajes documentales favoritos para alzarse con el próximo premio GOYA.
LO MEJOR:
- Su mirada romántica y apasionada.
- Muy completa su exposición de la fauna.
- Una espectacular pelea entre zorros a cámara lenta acompañada de guitarra española.
LO PEOR:
- Un exceso retórico en forma de voz en off que a veces puede agotar.
José Colmenarejo