FRÍO EN JULIO (COLD IN JULY)
Muchos han pretendido incluir FRÍO EN JULIO (COLD IN JULY) en diversas corrientes cinematográficas desde un principio: en la ola de películas que homenajean el cine de los años 80, pasando por las películas de Serie B, hasta englobándola en el género del Western. La verdad es que el director americano JIM MICKLE (SOMOS LO QUE SOMOS, STAKE LAND) se nutre de cada una de esas corrientes para crear su película más esperada. Tras su paso por diversos festivales como Sundance (donde recibió el premio en la Sección Oficial), en la Quincena de Realizadores de Cannes o Sitges (premio al Mejor Director en la Sección Oficial Òrbita), esta cinta ha ido creciendo poco a poco, llegando a oídos de muchos gracias a su imparable recorrido y considerándola por muchos uno de los films independientes que más expectativas ha generado antes de su estreno.
Richard Dane, interpretado por MICHAEL C. HALL (A DOS METROS BAJO TIERRA, DEXTER), es un sencillo y corriente hombre de familia que se ve envuelto en una situación que le viene grande. Después de hacer uso de la defensa propia, acaba con la vida de un hombre que irrumpe en su casa, en mitad de la noche. Tras este infortunio y los diversos papeleos burocráticos en los que se ve envuelto, el caso parece totalmente cerrado. Pero para sorpresa de Dane, el padre del ladrón, Russel (SAM SHEPARD), un exconvicto con un largo historial delictivo, llega a la ciudad dispuesto a vengar la muerte de su hijo. Ése hecho desencadena un thriller tenso, que lleva a Dane y a Russel por los caminos más insospechados.
La película comienza llena de acción desde la primera secuencia, sin presentaciones ni rodeos. Su estética ochentera y su trama llena de giros interesantes convierten a FRÍO EN JULIO en un thriller tenso que logra atrapar al espectador en esta historia basada en el best seller de 1989 escrito por JOE R. LANSDALE, convirtiéndola en un diamante en bruto. También es importante mencionar la excelente ambientación en la que se ve sumida la película. Recrea a la perfección la estética de un western contemporáneo y de una película de serie B. Todo en uno. Además, la banda sonora creada por JEFF GRACE, es una de las más inteligentes y creativas que se han escuchado en el último año. GRACE, que ya colaboró con MICKLE en STAKE LAND, consigue mezclar la música electrónica con el misterio y la tensión que una película así puede ofrecer. Se trata de una obra maestra que recuerda en cierta forma a las composiciones del gran JOHN CARPENTER.
Su punto más fuerte reside, sin lugar a dudas, en el trío protagonista, muy bien elegido y que consiguen traspasar la pantalla. Desde un MICHAEL C. HALL, que logra dejar a un lado a su perverso y sociópata personaje de la serie DEXTER, y se embarca en interpretar a un personaje bastante distinto al que nos tenía acostumbrado. Por otra parte, nos encontramos con dos viejos pesos pesados del circuito hollywoodiense. Por un lado tenemos al enorme SAM SHEPARD, con más de 40 años a sus espaldas y títulos tan conocidos y reconocidos como ELEGIDOS PARA LA GLORIA, MAGNOLIAS DE ACERO, BLACK HAWK DERRIBADO o la reciente AGOSTO, que encarna a la perfección al exconvicto y vengador padre Russel; mientras que por otro lado está el omnipresente durante la década de los ochenta, DON JOHNSON (inolvidable en su papel de Sonny Crockett en CORRUPCIÓN EN MIAMI), que consolida su vuelta por la puerta grande al circuito cinematográfico con esta cinta, tras su interesante aparición en DJANGO DESENCADENADO. Quizás su vuelta sea uno de los grandes aciertos de MICKLE, que logra recuperar a JONHSON definitivamente y nos devuelve a un gran actor que estamos seguro de que dará mucho de que hablar próximamente.
Sin embargo, a pesar de sus magníficos personajes, bien trazados y estupendamente interpretados, la cinta flojea en lo que a su narración se refiere. Si bien el comienzo no puede ser más trepidante y bien encauzado, poco a poco va perdiendo fuelle y se embarca en un desenlace muy confuso y que se aleja de lo que en un principio se esperaba de él. La espiral de violencia con que se presenta la trama final, de lo más truculenta y sangrienta, bien podría haber sido firmado por TARANTINO y nadie lo habría negado. Además, hay preguntas importantes que se quedan sin respuesta, consiguiendo descolocar por completo al espectador. No se pueden crear expectativas que no vayan a ser satisfechas. Esos vacíos narrativos no se pueden permitir en todo buen thriller que se precie.
FRÍO EN JULIO es, a fin de cuentas, un thriller con un colosal nivel interpretativo que refuerza un más que prometedor inicio y que salva, gracias a sus magníficos protagonistas, un final que posiblemente dejará a más de uno frío e incluso, algo decepcionado. Pero, a pesar de todo, JIM MICKLE consigue rodar una historia de la que estamos seguros que dará mucho que hablar en este incipiente 2015.
LO MEJOR:
- El trío protagonista (HALL, SHEPARD y JONHSON), que logran realizar una más que estupenda interpretación.
- La vuelta por la puerta grande, después de casi dos décadas de vacío, de DON JONHSON interpretando a un excéntrico detective privado. Nos deja con más ganas de volver a verle en lo que esperamos que sea su segunda edad de oro.
- La excelente ambientación de la película y una gran banda sonora a cargo de JEFF GRACE, que estamos seguros que tendrá cabida en alguno de los premios que se avecinan en los meses venideros.
LO PEOR:
- El desenlace de la cinta, que pese a un prometedor e impecable inicio, se aleja de todo lo establecido, consiguiendo desconcertar al espectador en cuanto a lo esperado por él en un inicio.
- Algunas de sus tramas argumentales quedan sin respuesta lo que resulta algo decepcionante.