EXPEDIENTE X: QUEREMOS CREER
En 2016 fuimos testigos del regreso de Expediente X a las pantallas, con esa minitemporada que fue vapuleada y alabada a partes iguales, tanto por crítica como por público. Lo que en un principio creíamos que iba a ser un regalo puntual a los fans en medio de la fiebre revival, al rebufo de Stranger Things y demás productos nostálgicos similares, se convirtió en un proyecto con intención de volver a colarse en las parrillas televisivas periódicamente. Chris Carter, creador, guionista y director de multitud de capítulos, parecía dispuesto a aprovechar la nostalgia de sus espectadores para resucitar a la niña de sus ojos. Contar con el casting original, en especial con los icónicos Mulder (David Duchovny), Scully (Gillian Anderson) y Skinner (Mitch Pileggi), aseguraba el éxito de su idea. Poco después de emitirse aquellos primeros capítulos, ya se confirmaba el regreso para este 2018. Pronto se podría volver a buscar la verdad desde nuestro televisor.
Y así llegamos a la primera entrega de la nueva tanda de diez capítulos (Mi lucha III), que nos coloca justo al final del último episodio: una extraña epidemia asola a la humanidad, el plan del Fumador de entregar el planeta a los extraterrestres se ha puesto en marcha, nuestra única esperanza es la vacuna que se esconde en las células del hijo «desaparecido» de Mulder y Scully… Pero aquí nunca nada es lo que parece, y de lo que hemos sido testigos es de una visión de Dana, que sufre una crisis cerebral, que acaba con ella en el hospital y con los médicos desconcertados por sus síntomas. Ante esta tesitura, Fox y Skinner no se ponen de acuerdo en cómo actuar. El primero irá en busca del Fumador (que es, por cierto, el narrador del capítulo), al que considera responsable de lo que ha ocurrido y de lo que está por venir; el segundo cree que sería mejor esperar y confirmar qué quiere decir Scully (¿quizá que busquen y protejan a William?). Y ya tenemos todos los elementos para un capítulo clásico de conspiración, con sus carreras, sus persecuciones, la presentación de bandos que luchan en la sombra por distintos objetivos, las revelaciones desconcertantes y las conexiones con la actualidad de la política internacional. La conclusión, por supuesto, no es tal, para frustración de Mulder y espectadores, y la trama queda abierta hasta próximos capítulos, pero nuestros agentes favoritos deberán volver al trabajo hasta que lleguen nuevas pistas. Ahora llegarán las historias episódicas, los encuentros con lo desconocido, los monstruos de la semana, los viajes por la América profunda…
Quizá este comienzo sea algo descafeinado para muchos espectadores, mientras que para otros (los entusiastas de la trama conspiranoica) sea exactamente lo que estaban esperando. Pero esas teorías de los gobiernos en la sombra deben revisarse y adaptarse a los nuevos tiempos, o quizá no sean ni trasladables a la actualidad. Porque 25 años son muchos años. Porque la realidad es completamente diferente. Porque ya tenemos todas las ideas locas que se le puedan ocurrir a cualquier mente febril diseccionadas en sus correspondientes canales de YouTube y porque en la Casa Blanca está Donald Trump (¿puede haber algo más conspiranoico que un presidente sacado de un reality show?). Claro que Carter siempre puede dar otra vuelta de tuerca y revelarnos algo relacionado con sus personajes que nos deje picuetos, pero estas estrategias solo le funcionarán con los seguidores de la serie clásica, mientras que pueden espantar a nuevos espectadores.
La estética de la serie es la misma, los actores repiten en sus papeles, las tramas continúan sin fin, los giros son más y más locos… lo que ha llevado a un dramático descenso en las audiencias. En la emisión del estreno en España solo alcanzó los 60000 espectadores, mientras que en Estados Unidos ha bajado de un promedio de 9 millones por capítulo en la anterior temporada a poco más de 5 millones en el primer episodio. Mucho deberían cambiar estas cifras para pensar en una renovación. Además, Gillian Anderson ya dejó muy claro que no pensaba volver a meterse en la piel de Scully, y Carter y Duchovny afirmaron que sin ella la ficción no continuaría. Así que quizá debamos ver esta temporada como el cierre definitivo de Expediente X, por el momento.
Rocío Alarcos