ESPECIAL JAMES BOND: NUESTRAS FIRMAS INVITADAS: JOSÉ MARÍA MOLANO

Han pasado casi cincuenta y cinco años desde que llegaste a nuestras pantallas y, sinceramente, parece que fue ayer cuando pudimos verte en Le Cercle prendiendo fuego a tu querido cigarrillo de tres bandas doradas hecho de tabaco macedonio y, con suma tranquilidad, decir esa mítica frase a la señorita Sylvia Trench cuando te preguntaba por tu identidad: “Bond, James Bond”.
Ay, estimado James, el tiempo pasa volando y, cuando nos damos cuenta, vemos todas las aventuras, amores y desamores que has tenido y como con el paso de los años has sabido adaptarte al paso de los tiempos, sin perder un ápice de tu fanfarronería, sentido del humor y gusto refinado en el vestir, en el comer y, por supuesto, en las mujeres.
Siempre has mostrado gustos muy exquisitos, siendo un ejemplo de bon vivant. Algunos han perdurado con el paso del tiempo, como esa fidelidad a tu querido Aston Martin o a tu Walther PPK, aunque tener esta te costase un pequeño disgusto al tener que devolver a tu querida Beretta en Agente 007 contra el Dr. No, o ese gusto por tomar el Martini con vodka shaken, not stirred. Y qué decir de tus enseñanzas enólogas: gracias a ti sabemos que lo que mejor combina con un buen pescado es un vino blanco. De otro modo no podías haber descubierto a Grant en Desde Rusia con amor, cuando pidió un vino tinto para acompañarlo.


A pesar de todo, no has dejado de tenerla en el recuerdo, y tus siguientes relaciones con el género femenino siempre han estado marcadas por el recelo y la complicidad, como la que tienes ahora con Moneypenny. Todo ello sin obviar la atracción física, sin duda acentuada por tu nuevo rol de hombre de calendario. Las horas que le dedicas a tu físico se han visto recompensadas, James; no en vano, a tus cincuenta y cinco años nos has mostrado que los WODs de CrossFit te han convertido en una máquina perfectamente engrasada con licencia para matar, ya que los años no pasan en balde y los villanos cada vez tienen secuaces mejor preparados.
Para muchos de nosotros has sido y eres un icono. En cierto modo, un modelo que imitar (y más de un tiempo a esta parte). Esperemos que sigas siendo el agente agitado y revuelto que tantas alegrías nos has dado. Y, por encima de todo, que sigas gozando de esa buena salud que has mostrado a lo largo de estos cincuenta y cinco años.
Muchas felicidades, 007, y recuerda que para nosotros you only live forever.