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EL AÑO MÁS VIOLENTO

 

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Suena Marvin Gaye, comienza la película. Nueva York en pantalla, año 1981; el más violento de toda la historia de la ciudad según las estadísticas. Todo parece normal: Gabardinas, relojes de oro y coches caros. Un protagonista, Abel (OSCAR ISAAC) y una femme fatale, ANNA (JESSICA CHASTAIN), rubia y de melena corta; la CARMELA SOPRANO particular del J.C. CHANDOR. Poder, corrupción, sangre y violencia; un retrato fiel, rozándo el tópico, del cine negro. Todo sigue pareciendo absolutamente normal. Comienza EL AÑO MÁS VIOLENTO.

Suena la radio y el espectador escucha distante: asesinatos, violaciones, atracos y hurtos. Como en la radio y para sorpresa de la mayoría, en EL AÑO MÁS VIOLENTO no se es testigo directo de la violencia. Al contrario, esta se escucha, se intuye; se presenta como algo liviano, secundario incluso. De manera similiar a RESERVOIR DOGS y el atraco que nunca se vio, en EL AÑO MÁS VIOLENTO asistimos a la reproducción de la cara oculta, quizá la menos interesante en teoría, de la mafia, y en definitiva, del cine negro. Ya nada es tan normal como parecía al principio.

Desde el personaje de ABEL MORALES, clásico gángster de rasgos italoamericanos pero de procedencia latina, algo así como una mezcla entre la presencia de TONY MONTANA y la apacible personalidad de TONY SOPRANO; hasta el propio transcurrir del film, sereno y elegante aunque con altibajos de linealidad y monotonía; pasando por la ambientación, magnífica y bellamente lograda, EL AÑO MÁS VIOLENTO es de todo menos una película de cine negro corriente.

 

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Ya advertía SILVIO DANTE a TONY en los primeros compases de LOS SOPRANO los peligros que suponía hacer negocios con los judios ortodoxos de Nueva Jersey, al norte de Nueva York. J.C. CHANDOR no oculta (ni tampoco pretende hacerlo) la importancia que tiene LOS SOPRANO para la construcción de su película. Pariente televisivo lejano, de ella hereda esa intención por representar la banalidad de lo atípico; compartiendo a JERRY ADLER, judío en LOS SOPRANO y judío en EL AÑO MÁS VIOLENTO, la película se cimienta a partir de las negociaciones que inicia ABEL con él: a cambio de un millón y medio de dólares JOSEF le venderá el muelle (ejem, el muelle, ejem, LOS SOPRANO); tiene un mes para conseguir el dinero y seguir subiendo en su particular escalafón de poder.

Lo que realmente hace especial al último largometraje de J.C. CHANDOR (MARGIN CALL y CUANDO TODO ESTÁ PERDIDO) es su capacidad para mantener la tensión en todo momento sin decaer en el intento. Si bien es cierto que puede incurrir, especialmente al final de la película cuando está ya más desgastada, en escenas que se vuelven algo repetitivas y que por consecuente hacen de su experiencia algo más lineal, hay que reconocer su mérito por estirar los hilos, tanto de los personajes como de las situaciones que provocan, con la fuerza justa para mantener al espectador durante 120 minutos en un ejercicio de tensión constante.

 

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Ya lo hizo en MARGIN CALL y lo vuelve a hacer en su última película, J.C. CHANDOR repite con su desenvoltura habitual a la hora de escribir guiones y presenta para EL AÑO MÁS VIOLENTO uno con una estructura dinámica y fresca, con unos personajes perfectamente escritos, aunque quizás algo desaprovechados, en especial el de ANNA MORALES; y con una inclinación por darle una especial importancia al ámbito más económico de las relaciones mafiosas. ABEL MORALES tiene una empresa de camiones (ejem, camiones, ejem, LOS SOPRANO) que transportan dinero negro líquido, petróleo, que sufrirán el achaque directo de la violencia que impregnaba Nueva York en esa época.

Lo que en apariencia es una película de mafiosos, es en realidad un complejo reflejo de la violencia intrínseca de un mundo en el que es imposible sobrevivir de manera pacífica. Reseñar el personaje de Abel Morales, excelentemente interpretado por OSCAR ISAAC (A PROPÓSITO DE LLEWYN DAVIS, DRIVE), que representa toda esa sencillez, compasión, y sobretodo, humanidad, que tanto falta en un universo tan negro como el de la mafia. Ya lo dice él bien avanzada la película: «no quiero ser un gángster». Ya nos lo dice repetidas veces J.C CHANDOR en EL AÑO MÁS VIOLENTO, la violencia se ha puesto tan al orden del día, se ha convertido en algo tan rutinario, que es imposible escapar de ella.

 

LO MEJOR:

  • Lo arriesgado de la propuesta y lo éxitoso de su resultado.
  • Su guión, magistralmente escrito por J.C. CHANDOR.
  • El personaje de ABEL MORALES, carismático y solvente.

LO PEOR:

  • A veces peca de ser una película demasiado lineal.

 

 

Victor Camarero

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