Hasta 2022, no existieron normativas oficiales que regulasen el sector del juego.

El universo del juego en línea ha sido una de las industrias con más expansión recientemente. Esta modalidad de entretenimiento ha conquistado a diversas regiones globales, y claro, Sudamérica no se queda atrás. Precisamente, Perú emerge como uno de los mercados sudamericanos con más dinamismo en este ámbito. Aun así, hasta 2022, no contaba con legislaciones específicas para la regulación de estos juegos. Esto se traduce en que las plataformas no se ubican directamente en territorio peruano, sino que operan internacionalmente con licencias extranjeras. A pesar de ello, a través de la web, el público peruano tiene acceso a estos sitios, aunque sin un marco de seguridad garantizado. Adicionalmente, al no existir un marco legal, las casas de apuestas, como las que se pueden encontrar en https://topapuestasperuanos.com/, no están sujetas a impuestos ni cargas fiscales locales, puesto que, en términos técnicos, no operan dentro del país. Una realidad que se pretende modificar.

¿Por qué estos operadores no contribuyen con impuestos?

La legislación peruana, hasta el momento, no reconoce al juego en línea. Aunque existen regulaciones para juegos, estas están orientadas a su versión presencial. Sin embargo, la modalidad en línea, que gana más adeptos, queda fuera del radar. Esta carencia legislativa trae consigo varios inconvenientes. En primer lugar, la seguridad de los usuarios no está garantizada. Si surgiera alguna disputa, estos carecerían del apoyo legal local. Con plataformas de apuestas reconocidas y licenciadas por la autoridad pertinente, los apostadores tendrían más garantías de seguridad y confiabilidad. Otro punto de preocupación es la ausencia de directrices claras sobre juego responsable, lo que podría conducir a situaciones problemáticas, como fraudes, evasión de capitales o crímenes digitales. Finalmente, desde la perspectiva fiscal, el juego es un nicho que genera enormes ingresos. Solo en los pasados dos años, en Perú se registraron apuestas que superaron los $4000 millones. Al operar sin un marco regulatorio dentro del país, estas entidades no afrontan cargas tributarias. Estimaciones del Mincetur sugieren que se estaría dejando de recaudar alrededor de $160 millones al año.

Reforma en la Legislación

En julio, el congreso nacional dio luz verde a una nueva ley que supervisa las casas de apuestas, una iniciativa impulsada por el Mincetur desde mayo del mismo año. Esto implica que en el futuro cercano, este marco regulatorio, que contempla no solo obligaciones fiscales sino también medidas para resguardar la integridad mental de los apostadores y de los jóvenes, debe ser divulgado en el diario el Peruano para entrar en vigor. A partir de su divulgación, los operadores de apuestas tendrán que adaptarse a estas directrices para continuar con sus actividades. De no hacerlo, enfrentarán restricciones en publicidad y en la apertura de establecimientos físicos de apuestas.

Redacción