CRÓNICAS VAMPÍRICAS SE DESPIDE DESPUÉS DE OCHO TEMPORADAS

“I was feeling epic”. Así se titula el último capítulo de la serie sobre vampiros, brujas y también algún que otro hombre lobo. Es, asimismo, una de las frases del monólogo con el que Elena (Nina Dobrev) cierra a voz en off una serie que lleva cautivando a legiones de fans desde 2009.
El episodio final puede resumirse en tres palabras: salvación, reencuentro y sacrificio.
¡Atención, spoilers!

La forma de evitar la catástrofe pasa por asegurarse de que Katherine queda encerrada en su propio reino mientras derivan allí el fuego que va a consumir el pueblo. Para ello Bonnie (Kat Graham) tiene que emplear los poderes que creía apagados con la ayuda espiritual de las pasadas generaciones de brujas de su familia. El resultado es una emotiva escena que tan solo sirve de preludio a lo que está por llegar, pues el verdadero héroe y mártir del final no es otro que Stefan Salvatore (Paul Wesley), quien, en un acto de amor fraternal, decide ocupar el puesto de Damon (Ian Somerhalder) como custodio de Katherine, dando así su vida en aras de concederle una segunda oportunidad de redención a su hermano.

La vuelta de Elena era uno de los acontecimientos más esperados de la conclusión de Crónicas Vampíricas. Desde que Nina Dobrev dejó la serie en la sexta temporada, los fans han estado suspirando por volver a verla en pantalla. Es por eso por lo que su regreso sabe a poco y su reencuentro con Damon queda ligeramente precipitado. Lo cierto es que, disponiendo tan solo de cuarenta minutos, esto no se podría haber solventado mucho mejor, ya que había otros reencuentros por hacer para poder traer de vuelta a la serie a personajes que con el paso del tiempo han ido desapareciendo. La escena final rinde homenaje a todos ellos mostrándonos a los protagonistas reunidos en un futuro con sus seres queridos fallecidos.
Haciendo un balance de estas ocho temporadas, el 8×16 pone un broche que deja con buen sabor de boca después del descenso en calidad de una serie que, tomando como pretexto los buenos datos de audiencia reportados a The CW desde sus inicios, se ha alargado en exceso. La partida de Nina Dobrev pasó factura a la ficción y esto se vio reflejado en la progresiva pérdida de seguidores que, con toda razón, no estuvieron satisfechos cuando se empezaron a incluir en TVD (abreviatura de The Vampire Diaries, su título original) personajes y tramas pasajeras con escaso interés simplemente para poder seguir renovando aun sin su protagonista.
Afortunadamente, este no fue el caso de las temporadas en las que hicieron aparición los vampiros originales y que, de hecho, tuvieron el tirón suficiente para escindirse de The Vampire Diaries y protagonizar su propio spin-off (The Originals), que estrena cuarta temporada esta semana tomando el relevo a su predecesora.
Pero volviendo a TVD, no hay que olvidar que el capítulo final ha dejado la puerta abierta al desarrollo de nuevas tramas a través de una carta que Klaus Mikaelson (Joseph Morgan) envía a Caroline Forbes (Candice Accola) ofreciéndose como inversor de su proyecto para crear una escuela dedicada a niños con poderes sobrenaturales. La showrunner Julie Plec ha aclarado que este guiño no se refiere a incluir a Caroline en The Originals, sino a otro posible spin-off. Eso solo significa una cosa: sin lugar a dudas, el universo creado por L. J. Smith no ha dicho adiós, solo hasta pronto.
Aitziber Polo