“Pues normal, ¿verdad? Los cines son para los ricos…” dice Laura, cuanta razón tiene. Quizás la grandilocuencia también lo es. Esa pomposidad solo se abre a determinados ámbitos sociales en los que Sueños y pan (Luis Soto Muñoz, 2023) no se molesta en existir, ellos son la historia para “los pobres”, la universal. Esa que no necesita cientos de recursos porque su naturaleza yace en la simplicidad.
La ópera prima de Soto (Muñoz) cuenta la historia de Javi (Javier de Luis) y Dani (George Steane) tras el que definitivamente no es el robo del siglo. Dos jóvenes terminan con un cuadro ajeno y, en sus intentos por venderlo, caen en todas las trampas que el Madrid menos romantizado tiene por desperdigar. Quieren comprarle una bici a Carlitos, el hijo de Laura, cuyos dibujos pasan por la pantalla a la par de una voz en off que le recuerda al espectador la inocencia de este filme.
Temáticas neorrealistas, antecedentes de cine quinqui y un director al que, hace sesenta años, los cahieristas hubiesen encajado en la Nouvelle vague. El cine que claramente firma la obra de Soto (Muñoz), la cual parece rendir homenaje a los filmes que la precedieron. Espacios abiertos porque, de acuerdo a su director, no había mucho presupuesto. Y, una clara intencionalidad en encuadrar la crudeza de estas zonas. Sus patrones marcados por la rugosidad del cemento y las líneas formadas por las pintadas en la pared, con colores que no se ven, porque Sueños y pan se reboza en su monocromía.
El inexperto director dejó caer su obra en plena periferia de la capital española y el resultado se percibe con tremenda honestidad. Es el Madrid menos ‘aesthetic’, pero el más frontal. El del día a día. En el cual dos chavales robarían un cuadro que aseguran, podría pintar hasta su sobrino pequeño, aunque para los grandes seguramente se trate de un pintor francés.
ELLOS Y ELLAS
La dinámica entre sus protagonistas es el verdadero hilo conductor de toda la película. Son ellos dos contra el resto del mundo, aunque a veces no se aguanten. Javier de Luis y George Steane tienen la suficiente conexión para darle aún más cuerpo a esta obra.
LA SECUENCIA/ EL MOMENTO
Carlitos, Dani y Javi jugando frente al espejo del baño mientras Laura se destruye en el cuarto de al lado. Un montaje en que las imágenes se superponen las unas a las otras mientras el público se enternece por los cuatro. El dúo de mejores amigos crean una esfera marcada por el desconocimiento. La ternura del imaginario se pelea con la rudeza de la realidad.
LA SORPRESA
Esa escena final en donde Javi, tan tranquilo de la vida, se entera de la historia que precede al cuadro robado. Dani lo escucha con atención sin poder creer lo que escucha. Es como si no valiera nada. Todo es un juego y lo único que pueden hacer es reír para no llorar.
TE GUSTARÁ SI…
- Buscas historias que reflejen la realidad de una sociedad
- Disfrutas a las hijas de aquellas películas que marcaron un antes y un después en qué tipo de historias el cine decidiría contar
- Te interesan los encuadres con intencionalidad narrativa
LO MEJOR
La manera de retratar una marginalidad no romantizada.
LO PEOR
La falta que hace el personaje de Laura durante el resto de la película.
ELLOS Y ELLAS
La dinámica entre sus protagonistas es el verdadero hilo conductor de toda la película. Son ellos dos contra el resto del mundo, aunque a veces no se aguanten. Javier de Luis y George Steane tienen la suficiente conexión para darle aún más cuerpo a esta obra.
