CRÍTICA: ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE

Jorge Gutiérrez Leguina 13 julio, 2022

ANTECEDENTES

Hace 30 años, un joven Antonio de la Torre se licenció en periodismo en la Universidad Complutense, lo cual le llevó a trabajar como presentador en Canal Sur. Durante los años en los que ejerció como periodista, nunca dejó de lado su sueño de ser actor, por lo que compaginó sus jornadas laborales con viajes a Madrid en los que se dedicó a estudiar interpretación. Años después y, tras recibir todo tipo de galardones, incluidos dos Premios Goya, podemos confirmar que Antonio acertó de pleno no abandonando su sueño de ser actor. Tras cosechar innumerables éxitos, resulta complicado innovar y buscar nuevos y estimulantes retos, aunque De La Torre ha logrado hacerlo con Entre la vida y la muerte. Ante la llamada de Giordano Gederlini, director de esta película, De La Torre se enfrentaba al complicado reto de protagonizar una película rodada en francés en la que da vida a un hombre al borde del colapso. El resultado, en el siguiente apartado y en cines a partir del 15 de Julio.

LA PELÍCULA

El argumento de Entre la vida y la muerte es sencillo: un español afincado en Bruselas que trabaja como conductor de metro (Antonio de la Torre) presencia el suicidio de Hugo, su hijo, del que llevaba más de dos años sin saber nada. Tras lo sucedido, Leo empieza a indagar en las causas de su muerte y descubre que estuvo implicado en un atraco. La búsqueda de respuestas lo conducirá a una peligrosa investigación y a enfrentarse a su propio pasado.

Podemos afirmar que Entre la vida y la muerte forma parte de ese tipo de películas que consisten en la lucha incesante de un padre dolido contra todo y contra todos. Al leer esta frase, es probable que vengan a la cabeza películas como Venganza, del incombustible Liam Neeson, u otras películas taquilleras. Es cierto que comparte ese punto de partida de un padre al borde del colapso que es capaz de hacer cualquier cosa, aunque las diferencias entre ellas también resultan evidentes. Al contrario de lo que uno puede esperar de una película como Venganza, Entre la vida y la muerte no tiene la necesidad de ser tan comercial, por lo que explora, de forma sincera y dolorosa, el vacío que a un padre le crea la muerte trágica de su hijo. Ahí es donde reside la gran fortaleza de Entre la vida y la muerte, la honestidad y la cercanía que nos transmite el personaje de Antonio de la Torre.

Más allá de todo ello, se debe destacar la atmósfera que envuelve a toda la película. A lo largo de sus 100 minutos de duración, el misterio y la sensación de vacío nunca desaparecen. Para ello, la dirección de fotografía se encarga de sacar el máximo provecho posible a cada escena, y la puesta en escena contribuye a crear esa atmósfera que aumenta la credibilidad de la película y la aúpa a un nivel superior. Por otro lado, es posible que el desarrollo de la película lleve a algunos a pensar que nos encontramos ante otra película más que trata un tema muy similar, aunque se les podría decir que la diferencia no se encuentra tanto en el fondo (que no es revolucionario), sino en la forma en la que todo es retratado. En cuanto a forma, la película es exquisita y sabe cómo debe contar su argumento para potenciarlo. Ahí es donde se encuentra otro pilar fundamental de Entre la vida y la muerte.

ELLAS Y ELLOS

Si nos faltaba algún pilar en el que se sustenta Entre la vida y la muerte por comentar, ése es la interpretación de sus actores principales. Comenzando por el protagonista, de sobra conocido por el público español, se debe valorar el gran trabajo de Antonio de la Torre, que entiende a la perfección lo que le pide su personaje. A pesar de no cambiar prácticamente su expresión durante toda la película, logra cautivar y emocionar con su interpretación, que se sobrepone a las dificultades que podía encontrar y firma otra interpretación brillante.

Más allá de la interpretación de De La torre, también se debe destacar a Marine Vacth, cuya presencia resulta magnética y se confirma como un personaje fundamental en el desarrollo de la película. Resulta una gran elección de casting, ya que se adapta a la perfección a lo que le pide la película.

LA SORPRESA

No es una película de grandes sorpresas, aunque quizás su final es un tanto inesperado y refuerza el argumento en el que se fundamenta la película.

LA SECUENCIA/EL MOMENTO

Cualquier secuencia en la que vemos un primer plano de Antonio de la Torre y podemos observar que se encuentra sumergido en un dolor profundo, es digna de ser vista una y otra vez.