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Crítica de Cosas de la edad - El Palomitrón
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COSAS DE LA EDAD

Crítica de Cosas de la edad - El PalomitrónLOS ANTECEDENTES

Guillaume Canet es uno de esos actores a los que vemos disfrutar tanto delante como detrás de las cámaras con bastante atino: obtuvo muy buenas críticas y reconocimientos con No se lo digas a nadie (2006) y un gran éxito de taquilla con Pequeñas mentiras sin importancia, y mientras tanto no dejaba atrás su dedicación a la actuación y seguía apareciendo en varias cintas. No obstante, de sus cinco películas como cineasta, hasta la fecha solo en una de ellas, Mi ídolo, se había atrevido también a dirigirse a sí mismo… hasta la fecha.

En la cinta con tintes biográficos Cosas de la edad no solo se posiciona como protagonista (lo cual le valió una nominación a Mejor actor en la pasada edición de los Cesar), sino que lo hace con la siempre agradable compañía de Marion Cotillard, su esposa en la vida real y con quien ya compartió protagonismo en esa pequeña joya que es Quiéreme si te atreves.

LA PELÍCULA

Cosas de la edad es una comedia dramática (otorgarle únicamente el género cómico es no haber captado nada de lo que cuenta) en la que Guillaume Canet se interpreta a sí mismo como lo que es: un (atractivo) actor con una trayectoria muy exitosa a sus espaldas… y con 40 años. 40 años que no deberían suponer un problema pero que, como hemos comprobado en infinidad de ocasiones (y sobre todo en cuanto a género femenino se refiere), muchas veces lo es. En su caso no tanto por la falta de papeles, como ocurre con las mujeres, sino por lo que supone para un actor que siempre ha estado posicionado en las superficiales listas de los más atractivos dejar paso a las nuevas generaciones para que ocupen tanto esas listas como los papeles protagónicos más deseados. ¡Ley de vida, amigos!

Y claro, a Canet, como a cualquiera, enterarse de que para esta nada agradecida sociedad 40 años ya son demasiados… no le hace ninguna gracia, y todo desemboca en una de estas crisis de edad con número redondo que nos entra (o entrará) a todos alguna vez en la vida. Y si ello conlleva un posterior despiporre más propio de un viejoven que de un actor reputado como él ante la atónita mirada no solo de su mujer sino también de sus allegados, pues mejor que mejor. Cada uno gestiona las crisis como puede, y la manera en la que lo hace Guillaume Canet en Cosas de la edad (Rock’n’roll como título original, lo cual nos da una idea de por dónde van los tiros) resulta, además de muy fresca, totalmente natural y realista, propia tanto del star system como de cualquiera que se haya sentido algo «perdido» en algún momento de su vida.

Es cierto que su argumento se tambalea un poco en el último tercio, del mismo modo que también es cierto que nos habría gustado que la parte meramente cómica nos sacara muchas más carcajadas, pero ni siquiera esos peros logran empañar el conjunto total de una cinta que sabe que no va a permanecer en los anales de la historia cinematográfica. Y no le importa.

Crítica de Cosas de la edad - El PalomitrónELLOS Y ELLAS

Ese realismo del que hablamos, esa consciencia de que el tiempo pasa irremediablemente y de que a los cuarenta años uno no puede aspirar a llevar la vida de cuando tenía veinte (ni a cambiar lo que hizo o no hizo) no sería posible sin un Guillaume Canet dispuesto a dejarse la piel tanto a la hora de poner sus propias vivencias en el asador como a la hora de exagerarlas (e inventarlas) sin pudor. De ser capaz de reírse de sí mismo, pero sin llegar a caer en la parodia inverosímil a la que muchos filmes nos tienen acostumbrados.

Canet sabe cuándo tanto él como Cotillard, en un papel mucho más secundario pero no por ello menos relevante, tienen que dejarse llevar dentro de los límites de una locura bien traída y una exageración precisa, o cuándo tienen que bajar al mundo real y conseguir que nos identifiquemos con ellos no como con una pareja estelar del cine, sino como dos humanos con sus miedos e inseguridades.

LA SORPRESA

Los efectos de maquillaje en Guillaume Canet de cara al último tramo de cinta son extremadamente creíbles, tanto que uno llega a dudar de si es realmente el francés quien está en pantalla. Exagerados, sí, pero exactamente de eso se trata.

Crítica de Cosas de la edad - El Palomitrón

LA SECUENCIA

Aunque quizá lo fácil podría ser escoger los muy bien traídos planos secuencia que dan inicio y cierre al filme, sobre todo el del comienzo con su evocación directa a Birdman mediante una batería extrañamente familiar de fondo (¿quizá por eso de que esto también es cine dentro del cine? No lo sabemos, pero nos encanta), nosotros vamos a decantarnos por apostar por una escena más cómica, que a fin de cuentas es lo que se espera de la cinta: la reacción de los atónitos productores ante la apariencia de Canet en el último tramo de la película. Deliciosamente desquiciada y desquiciante, posiblemente como habría sido la de cualquiera de nosotros.

TE GUSTARÁ SI… 

Si te enamoraste del dúo que forman Guillaume Canet y Marion Cotillard en Quiéreme si te atreves y tu nostalgia te obliga a querer disfrutar de su química en pantalla una y otra vez. Y, por supuesto, si te gustan las comedias frescas con un trasfondo dramático en el que seguro alguna vez te has visto reflejado. Además, con tintes autobiográficos. Hay donde elegir.

LO MEJOR

  • La dirección e interpretación de Guillaume Canet.
  • Su argumento, natural como la vida misma.
  • Sabe reírse de sí misma, pero sin caer en la parodia vulgar.

LO PEOR

  • Se echan en falta gags cómicos que funcionen de una manera más fuerte.
  • 122 minutos pueden llegar a ser excesivos.

Silvia Martínez

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Ally McBeal fue la primera serie que vi y el personaje de Robert Downey Jr. del primero que me enamoré. A partir de ahí, periodista, cinéfila, seriéfila y una mezcla entre Bridget Jones y la niña de El exorcista en mis ratos libres. Actualmente, en busca de un pacto con el diablo que me otorgue más años de vida para ver todo lo que me queda... ¡Y poniendo orden a este sarao como buenamente puedo!