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BIBLIOTECA: OBRA LITERARIA REUNIDA DE LUIS BUÑUEL

Quienes hayan leído Mi último suspiro, las luminosas y divertidas memorias de Luis Buñuel, probablemente no dejarán escapar este nuevo volumen de la colección Letras Hispánicas de Cátedra: su Obra literaria reunida, en una edición de Jordi Xifra, que ha alumbrado un trabajo admirable. Un estudio que abarca unas 200 páginas de introducción, además de comentarios a los textos, apéndices, alrededor de 1460 notas al pie y una obsesión por el detalle entre las distintas versiones de cada pieza publicada por el director de Viridiana que le habrán llevado a dejarse los ojos y la piel en esta labor de detective de pliegos antiguos.

Hay algunos matices que debemos apuntar para no confundirla con otras compilaciones de textos de Buñuel. El presente libro agrupa los escritos entre 1922 y 1935. Xifra lo aclara ya en el estudio introductorio:

“Bajo el título Obra literaria reunida compilamos –reunimos– los textos hoy conocidos, conclusos e inconclusos, que Luis Buñuel Portolés compuso con vocación de prosista, poeta, dramaturgo o teórico. Se excluyen, por tanto, aquellos que se urdieron en el marco de un proceso, logrado o frustrado, de producción fílmica, o derivados de su actividad de cineasta, como pueden ser sus escritos autobiográficos o memorias”.

Así, el lector se encuentra con un índice que incluye su Poética Presurrealista, su Teatro, su Poética Surrealista y su Ensayismo Cinematográfico. Y, dentro de estas secciones, varios apartados temáticos que entusiasmarán a sus admiradores: Buñuel escribió ensayos, crítica de cine, poemas y prosas que se movían entre los polos de la poesía y de la narrativa, escapándose de este modo de las posibles etiquetas que los críticos gustan de adjudicar a los creadores para encerrarlos en sus jaulas.

Un poeta y escritor devorado por su obra como cineasta

Esta compilación es motivo de gozo y disfrute para cinéfilos y amantes de la literatura. Quienes conozcan sus películas podrán rastrear aquí algunas huellas y conexiones que sirvieron de aperitivo para lo que vendría después. El mayor problema de los escritos de Buñuel, y esto lo recalca el editor, es que su trayectoria de cineasta acabó devorando a su perfil de escritor. Sus películas se comieron a sus textos, tanto en la Historia como en la memoria colectiva. También es cierto que para Buñuel la escritura era una empresa muy fatigosa: “Lo que a un escritor le cuesta dos minutos a mí me cuesta dos horas”.

Algunas de las piezas son célebres o más o menos célebres. Como “Una jirafa”, “Por qué no uso reloj” o “La descomunal batalla de las catedrales y las vagonetas”. En muchas de ellas encontramos el humor como llave maestra para alumbrar la metáfora al estilo de Ramón Gómez de la Serna, el deje surrealista que lo enlaza con Lorca y Dalí, la pasión que proviene de su faceta de hombre libre que hace y dice lo que le da la gana y, sobre todo, unos golpes de genio y de ingenio que resuenan aquí y allá y debemos anotar para que no se nos olviden; funcionan como relámpagos, es decir, hallazgos que nos pillan desprevenidos y nos iluminan:

“Yo creo que he de morir / con las manos hundidas en el lodo de los caminos”, “Un adjetivo vulgar puede romper la emoción de un verso: así, dos metros de más pueden destruir la emoción de una imagen”, “Es la hora en que comienza el solitario parto de las farolas”, “El cine será el fiel intérprete para los más atrevidos sueños de la Arquitectura”, “Xilofón: Juego de niños. Agua de madera. Princesas tejiendo en el jardín, rayos de luna”, “Platillos: Luz hecha añicos”, “Llovía. Llovía. Llovía. / Todo tenía o presentía un palpitar de pulpo. Todo era repugnante a la vista y al tacto”, “El film es como una simulación involuntaria del sueño”, etcétera. El lector interesado puede leer algunas citas en este enlace.  

También son evidentes en sus escritos muchas de las obsesiones del cineasta: los ojos, la putrefacción, los insectos, el cine, los sueños, la literatura… Este volumen, de edición exhaustiva e indicios que preludian el talento de un cineasta, supone una herramienta indispensable para acercarse a la figura de Luis Buñuel.       

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