La verdad es que si nos paramos a pensar cómo JJ ABRAMS ha sido capaz de sacar del pozo una franquicia agotada, obsoleta, y condenada a sobrevivir en un limbo freaky de por vida, como era STAR TREK, de la que personalmente sólo salvo de la quema la primera entrega,  dirigida por ROBERT WISE en 1979, despierta en nosotros una nueva esperanza de ver por fin el universo STAR WARS abordado de una manera más parecida al tono de la trilogía clásica, que a la ñoñez con medios que nos coló LUCAS con sus tres primeros episodios.

Visto el trabajo de ABRAMS con el reboot de la saga STAR TREK en 2009, y a puntito de disfrutar de la segunda cinta de ésta nueva etapa en la franquicia (STAR TREK: INTO DARKNESS), el anuncio de DISNEY es una gran noticia. Que disfrutemos de los últimos tres episodios (VII, VIII, y IX) de la mano del director nos asegura una experiencia formidable. Sólo con pensar en guiones mínimamente decentes, infantilismos gratuitos eliminados, y licencias personales enterradas, esperar hasta 2015, año de estreno de la primera parte de la nueva trilogía, puede convertirse en un suplicio para muchos fans. Menos mal que durante estos dos años que vienen internet y su maquinaria de rumores ejercerán de perfecto pasatiempos para aliviar la espera.

Olvidaros todos de una vez de NOLAN, que aunque apetezca mucho, no será el director. Éste último, para compensar, está poniendo en marcha otro filme de corte fantástico llamado INTERSTELLAR, con guión de su hermano, como es habitual, y un argumento centrado en unos exploradores que viajan a través de un agujero de gusano a otra dimensión.