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LA ESTACIÓN DE LAS MUJERES

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Películas relativas a la rebelión de mujeres ante las injusticias instauradas en la sociedad y que tienen que sufrir en su propia piel no es nuevo y, muchas veces, ni siquiera original en nuestro cine actual. La estación de las mujeres resulta ser una crítica al patriarcado en Gujarat, situado en la India, donde un consejo de «sabios» formado por hombres es el que toma las decisiones del poblado.

La directora Leena Yadav narra la historia de cuatro mujeres atrapadas en las tradiciones de su pueblo que sueñan con el amor y, ante todo, con la esperanza de una mejor vida: Rani (Tannishtha Chatterjee), que sufre y teme en lo que se ha convertido su hijo; Laijjo (Radhika Apte), maltratada por su esposo borracho todas las noches; Bijli (Surveen Chawla), una bailarina desinhibida pero con esperanza de una vida mejor, y Janaki (Lehar Khan), la nuera de Rani y víctima del hijo de esta.

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El argumento de esta cinta, como ya hemos apuntado, no es novedoso, y en algunos momentos recuerda a películas como Thelma y Louise, pero en este caso situado no en Estados Unidos, sino en la India. Sin embargo, el poderío de La estación de las mujeres, y por lo tanto lo que la hace eficaz, es la óptica que elige para mostrarnos sin tabúes los pensamientos de las mujeres protagonistas y la química entre estas cuatro.

En efecto, una de las claves es la actuación y complicidad entre las cuatro protagonistas: cada una de ellas representa una forma distinta de victimismo y, a la vez, la esperanza de algo mejor en sus respectivas vidas. Esto se refleja en sus miradas, que, además, transmiten fortaleza y firmeza en sus deseos. Todas estas cualidades se mezclan y explotan en forma de «fuegos artificiales cinematográficos» cuando Rani, Laijjo, Bijli y Janaki se juntan en la pantalla y nos ofrecen las mejores y más sinceras actuaciones que provocan en el espectador un «buenrollismo» y positivismo abismal. Y sobre todo crea en este un sentimiento de cercanía y, por lo tanto, de deseo de que las cuatro mujeres logren huir de su aparente destino dominado por el machismo inculcado en su cultura. De las cuatro actrices cabe destacar la actuación de Radhika Apte, que con una sola mirada o un solo gesto es capaz de enamorar a la cámara, de transmitir dulzura, fortaleza e ingenuidad en una sola toma y simplemente de llenar la pantalla con su sola presencia.

La estación de las mujeres. Crítica en El PAlomitrón

El guion resulta flojo cuando estamos ante una historia que podría haber sido contada desde una vertiente más original y, sobre todo, más arriesgada. Hay momentos en los que esta falta de originalidad puede crear la sensación de que la cinta se hace demasiado larga. Aun así, volvemos a destacar que, a pesar de estar ante un argumento que suena a más de lo mismo, y que, seamos sinceros, es totalmente previsible, su frescura y reparto (y también ambientación) consiguen captar el interés en casi todo momento de sus 116 minutos de metraje.

La estación de las mujeres brilla por sus potentes imágenes, por sus personajes bien definidos, cuyos deseos traspasan la pantalla hasta llegar al corazón del espectador, y por la labor interpretativa de sus actrices, así como por su frescura y optimismo, a pesar de su trasfondo duro y que todavía perdura en demasiadas sociedades. Esa conexión que se crea con el espectador convierte a La estación de las mujeres en un visionado muy recomendable y que creará en todos una esperanza, y sobre todo necesidad, de que el rol de la mujer en ciertas sociedades terminará por cambiar de una vez por todas.

LO MEJOR:

  • Las cuatro protagonistas.
  • El optimismo y la frescura que transmite.

LO PEOR:

  • La falta de originalidad de la historia.
  • Demasiado previsible.

 

Gabriela Rubio

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Abogada defensora de las causas perdidas que nunca ha dejado de soñar. El cine ha sido mi fiel compañero desde que tengo uso de razón, así que toca devolverle todo lo que me ha dado durante todos estos años. Ya no vale ser mera espectadora desde la butaca, ha llegado el momento de actuar, de ir más allá. Ya era hora, ¿no? Luces, cámara y acción.