ESPECIAL HAYAO MIYAZAKI: NICKY, LA APRENDIZ DE BRUJA
Cada uno tenemos que encontrar nuestra propia inspiración… y a veces no es nada fácil.
Úrsula, Nicky, la aprendiz de bruja
Este verano El Palomitrón lleva el sello del Studio Ghibli gracias al repaso que estamos haciendo de la filmografía de Hayao Miyazaki. Para finalizar el mes de julio, damos paso a la quinta película del estudio: Nicky, la aprendiz de bruja, estrenada en 1989 y escrita y dirigida por Hayao Miyazaki. Es cierto que, desde la creación del estudio japonés de animación, es la cuarta película: El castillo en el cielo, La tumba de las luciérnagas y Mi vecino Totoro eran las tres estrenadas hasta el momento por el estudio (dos de ellas de Miyazaki).
Sin embargo, al considerar Nausicaä del Valle del Viento como la primera película del estudio, Nicky pasa a ser la quinta producción de este. Además, esta película (basada en el libro de Eiko Kadono) es la primera del estudio en conseguir fama internacional, ya que su distribución corrió a cuenta de Disney, la gran factoría de dibujos animados, que tenía sin estrenar todos los éxitos que doblaron su fama durante los años 90. A pesar de su importancia internacional, no es uno de los personajes más famosos, como puede serlo Totoro. Sin embargo, Nicky no faltó a la reunión de personajes de Miyazaki que la serie Los Simpson hizo en un capítulo (ya sabemos la máxima de Los Simpson: si sale en la serie, es un referente importante). Concretamente, Patty y Selma aparecen vestidas como ella en el 0:40 del siguiente vídeo:
Nicky, la aprendiz de bruja nos habla de un momento crucial en la vida de las brujas: el paso a la madurez. Cuando cumplen trece años, las brujas han de marcharse de casa y acudir, durante un año, allí donde se las necesite para así desarrollar todas sus capacidades. Este argumento, aparentemente naíf, nos presenta temas de reflexión interesantes e importantes que se repiten en la filmografía de Miyazaki. El director cree que el talento es algo innato en nosotros; sin embargo, debemos esforzarnos para que ese talento dé sus frutos. Es lo que aprende Nicky durante su viaje, que sus poderes no sirven de nada si no entrena y mejora con cada cosa que hace. Esto lleva a la joven bruja a situaciones de frustración y también a conocer el lado más desagradable de algunas personas, otra lección que pretende dar aquí el director a los más jóvenes.
La solidaridad va a ser la virtud más destacada de Nicky, siempre dispuesta a ayudar a Osono y a los vecinos de la ciudad. Miyazaki extrae este valor de las obras de Saint-Exupéry, uno de sus referentes literarios más claros (sobre todo en las referencias a la aviación en su filmografía). Esta actitud de Nicky ayuda también a entender la magia y la brujería como algo positivo, y en ningún momento se le da una connotación negativa, como sí puede verse en las películas de Disney como, por ejemplo, Frozen (las comparaciones son odiosas, pero esta era necesaria).
Uno de los poderes más evidentes de la bruja Nicky es que puede volar. Su escoba y su gato Jiji van a ser, junto con su lazo rojo, los elementos distintivos de su personaje (inevitable pensar en Salem, el gato de Sabrina, cosas de brujas). Para Miyazaki, el vuelo es una gran metáfora de la libertad. Ya en el propio nombre del Studio Ghibli hay una gran referencia a la aviación, además de sus referencias a Saint-Exupéry y a la cantidad de personajes o de tramas que se presentan volando o relacionados con el viento. En el caso de Nicky presenta una triple metáfora, entendiendo esta destreza como símbolo de su independencia, de la soledad que implica ser uno mismo y de su propio talento, que ha de trabajarlo y mejorarlo para conseguir lo que desea: ser una verdadera bruja.
Gracias a Nicky comprendemos la importancia de entender y proteger a quien nos rodea, pero también descubrimos que no todos los seres humanos merecen nuestros esfuerzos por igual, y eso ya es un gran paso en la madurez de un niño (de hecho, cuanto antes lo aprenda, mejor). Nos quedamos con esa sensación derivada del ambiente tan cálido de la ciudad que escoge Nicky, aunque realmente Miyazaki se inspirase en una Estocolmo nada mediterránea.
Lorena Rodríguez