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AUTÓMATA

 

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Rodar Ciencia ficción es España siempre es una apuesta arriesgadísima. Nuestros cineastas no solo se enfrentan al sempiterno problema de la limitación de recursos (que no de profesionales), obstaculo decisivo para que muchos proyectos queden atrapados en el papel o en una serie de bocetos, sino que además tienen que enfrentarse a una turba de espectadores acostumbrados a consumir un género que oculta bajo un millonario manto de efectos especiales múltiples carencias o su continúa falta de originalidad. Y es que la Ciencia ficción no sólo ha concebido algunas de las mejores (y más populares) películas de la historia del cine, sino que se perfila como uno de los géneros más complicados en su abordaje sin que la sombra de las referencias aniquile el producto en cinco minutos.

Y solo con sus cinco minutos iniciales bastará para que muchos espectadores carguen contra AUTÓMATA, destruyendo sin concesiones una rara avis de nuestro cine más reciente. Y lo que es peor: muchos de estos verdugos no darán tregua al resto de la cinta, cegados por la incómoda comparación entre AUTÓMATA y un cine, el de Hollywood, que juega en otra liga, la de los grandes presupuestos. Por suerte, AUTÓMATA vive más allá de los presupuestos holgados, excelente maquillaje del 90% de títulos que llegan a nuestras carteleras. AUTÓMATA encuentra su lugar alineándose con la obra de Assimov porque más allá de sus limitaciones técnicas nos encontramos con una historia trabajada que bebe de las referencias más clásicas del género para dar forma a un original relato disfrutable plenamente por los aficionados al género.

 

AUTÓMATA. Crítica de la última película de GABE IBAÑEZ, una cinta española de Ciencia Ficción protagonizada y producida por ANTONIO BANDERAS

 

GABE IBAÑEZ toma de aquí y de allá y no se molesta en disimular su fuentes. Consciente de que el envoltorio no es la estrella de la función, el director asume el valiente reto de presentar un título que viene a confirmar la ausencia de complejos dentro de esta nueva generación de directores que están llamados a abanderar al nuevo cine español (podéis recuperar aquí nuestro especial) y firma un estimulante (y arduo) ejercicio que obliga al espectador a desprenderse de sus prejuicios para poder disfrutar de una trama en las que las famosas tres leyes de la robótica de assimov se reescriben, sin ánimo de profanación, para dar forma y empaque a una nueva visión sobre los límites de la conciencia artificial. De nuevo los límites de la inteligencia artificial y de nuevo el miedo del hombre (creador) a ser suprimido por la máquina (la creacción), cuyo arco evolutivo es tan perfecto que rechaza la violencia centrando todos sus esfuerzos en lograr la supervivencia.

La cascada de referencias es brutal. Un contexto apocalíptico muy setenteros (MAD MAX), esos primeros minutos en los que todo ¡hasta el vestuario! (ese abrigo plastificado) recuerda a BLADE RUNNER, la convivencia entre hombres y máquinas, (muy en la línea de ALEX PROYAS y su YO, ROBOT) o la existencia de un enorme basurero, territorio prohibido que linda la ciudad (DISTRITO 9) avalan la capacidad de GABE IBAÑEZ para comprimir las líneas maestras del género y componer un relato lleno de ritmo que es consumido por el espectador casi sin darse cuenta. Buen pulso narrativo y una loable utilización de los (limitados) recursos para un filme que tiene muchos más aciertos que fallos.

 

AUTÓMATA. Crítica de la última película de GABE IBAÑEZ, una cinta española de Ciencia Ficción protagonizada y producida por ANTONIO BANDERAS

 

Y gran acierto también colocar a ANTONIO BANDERAS al frente del reparto. Él es el pilar maestro de la cinta y sobre él giran el resto de personajes. La galería de secundarios, plagada de rostros populares como el televisivo DYLAN MCDERMOTT (STAALKER, REHENES o AHS: MURDER HOUSE), ROBERT FORSTER (más de 40 años tocando todos los palos en cine y televisión) o BIRGITTE HJORT SORENSEN (popular actriz danesa que muchos reconoceréis gracias a la serie BORGEN), entre otros, rodea a nuestro protagonista muy eficazmente, aunque el principal atractivo es Duprè, un robot con el que Jacq entablará una relación en la que él será tan alumno como testigo de un nuevo orden, porque como nos recordaba CUARÓN hace poco más de un año, la vida se abre paso. Y en la ciencia ficción no hay nada imposible.

La principal debilidad de AUTÓMATA es su último tercio, en el que la garra de su primera parte comienza a desaparecer gradualmente para dar paso a un climax final poco convincente y excesivamente vendido a un ajuste de guión que difícilmente justifica la presencia o el comportamiento de algunos personajes.

Por último, aconsejar al espectador que no se enfrente a AUTÓMATA rendido ante los cantos de las comparaciones. Esto no es Hollywood, y aquí no hay 40 millones encima de la mesa para distraernos si una película falla en todo lo demás. Esto es un producción española de 5 millones de presupuesto, una partida muy escasa si atendemos a las necesidades de una producción de esta naturaleza. Así que lo mejor, y los más constructivo, es prestar atención a los logros y soluciones que aporta AUTÓMATA en diseño de producción y efectos especiales, cuyos responsables seguirán hoy a buen seguro oyendo atónitos una y otra vez los nominados a los Goya 2015 en dicha categoría. Porque así estamos los que ya la hemos visto.

 

LO MEJOR:

  • La capacidad de nuestros profesionales para un rendimiento más que notables pese a los exiguos presupuestos con los que cuentan
  • Que estrellas como ANTONIO BANDERAS, del que muchos (de aquí y de allí) deberían aprender, se vuelquen con proyectos inviables sin su decisiva ayuda.
  • La cantidad de referencias cinéfilas que residen en AUTÓMATA. Desde ATMÓSFERA CERO hasta ÚNICO TESTIGO. Se nos puede ir la cabeza.

LO PEOR:

  • Sus primeros cinco minutos son tremendamente arriesgados y pueden echar de la película a más de uno.
  • La presencia de algunos personajes en el tramo final es casi injustificable. El guión flojea para asegurar la esperada escena final.
  • Que no se apueste más por este género en España, relegado a no más de tres películas destacables en los últimos años.

 

 Alfonso Caro

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Alfonso Caro Sánchez (Mánager) Enamorado del cine y de la comunicación. Devorador de cine y firme defensor de este como vehículo de transmisión cultural, paraíso para la introspección e instrumento inmejorable para evadirse de la realidad. Poniendo un poco de orden en este tinglado.